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No encuentra centrales

Lo quiere el Barcelona, parece dificil... Getty Images

BARCELONA -- Llegaron a Barcelona embarcados en un crucero de lujo que, curiosamente, hacía escala en la ciudad condal, y en apenas unas horas han alborotado el entorno azulgrana. De un tiempo a esta parte no hay verano en que Adriano Galliani, administrador del AC Milan, no revolotee por cataluña agitando el mercado del fútbol. Esta vez, el dirigente italiano llegó a Barcelona acompañado de Ernesto Bronzetti, agente FIFA que negocia fichajes y traspasos en el club lombardo. Una visita que coincide, también curiosamente, con el supuesto interés del Barça por el fichaje de Thiago Silva.

El Milan presume de una oferta de 40 millones de euros por el brasileño, probablemente, del Paris Saint Germain. "¿40 millones de euros por un central?", preguntan incrédulos los hinchas azulgrana. "El club fichará desde la recesión", añaden desde el club.

Históricamente, en la época moderna, al Barça le costó acertar con el fichaje de zagueros. La compra de Ronald Koeman en 1989 por 1000 millones de pesetas desató una agria y larga polémica (cerrada en 1992 con el gol del holandés en Wembley). El aficionado entiende que los goles (los goleadores) se pagan, pero invertir en un defensor siempre resultó complicado en can Barça.

Por la filosofía de juego que propone, encajar en la defensa del campeón de Copa resulta complicado. Además, dirigentes y entrenadores no estuvieron finos en las últimas selecciones y ni Martín Cáceres, ni Henrique, ni Chigrinskiy salieron airosos del desafío.

Ahora, con Abidal convaleciente de un trasplante de hígado y Fontás y Puyol recuperándose de una operación en la rodilla, el Barcelona se plantea reforzar de nuevo la defensa. Y encontrar la pieza adecuada resulta, otra vez, un reto.

En las inferiores, destacan Marc Muniesa (que en las dos últimas temporadas jugó más de lateral que de central) y Marc Bartra, de cuya madurez dependerán los minutos que puedan 'robarle' a los propios Puyol y Piqué. Pero desde el club andan con cuidado, preocupados por no quemar a sus jóvenes estrellas; haciendo equilibrios entre oportunidades y responsabilidad.

Con este panorama, ya nadie piensa en la vuelta de Mascherano a la medular, su posición más natural. Más allá de relevo y descanso, Piqué, probablemente el mejor central del mundo para el Barcelona, necesita a alguien en el vestuario que lo presione. Alguien que pueda quitarle el puesto si vuelve a dormirse en los laureles. Y eso hizo el curso pasado el argentino, ahora mismo, el número uno en el puesto de central en el equipo de Tito Vilanova. Thiago Silva, un año más, parece sólo un sueño.