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El dueño de los reflectores

Mexsport


"El poder es como un explosivo: o se
maneja con cuidado, o estalla".

Enrique Tierno Galván,
político e intelectual español.

Ex secretario general de la OTI (Organización de Telecomunicaciones Iberoamericanas), consultor independiente, subsecretario de Promoción de la Industria y del Comercio Exterior de la Secofi, subgerente de Información Financiera del Banco de México, candidato a Doctor en Economía por la Universidad de Rice en Houston, maestría en la misma universidad y licenciado en economía por el ITAM, Decio de María Serrano agregó a su voluminoso currículum otra monería: es ahora el vocero del gremio arbitral ante los medios de comunicación.

Antiguamente, ese cargo era conferido al presidente de la Comisión de Arbitraje, quien en nombre del gremio hablaba del pasado, el presente y el futuro de los silbantes, de sus sueldos, de sus errores y aciertos, de las designaciones y de su posición en el mapa del futbol.

Ahora, el titular de esa área, Rafael Mancilla, quizá en agradecimiento con Don Decio porque lo puso en el cargo, desaparece de una rueda de prensa en la que él tenía que haber sido el eje central.

Pero no fue así. El maestro y casi doctor en economía, Don Decio (ahora el todopoderoso de la naciente Liga MX) comenzó a cumplir el sueño de los que ambicionan reflectores marca "sólo para mí".

Durante diez años jugó en la ingrata posición de "segundo de a bordo", detrás de las fotos en las que aparecían Alberto de la Torre y Justino Compeán.

Don Decio, quien hoy encarna la perfección del pantalón largo, pues lo mismo pontifica sobre economía, administración y finanzas, como también dicta cátedra de arbitraje, de sanciones, de apelaciones y hasta de estrategia y táctica en un equipo de futbol. Casi un sabio.

A punto de cumplir 57 años (30 de agosto de 1955, según currículum que extrañamente acaban de desaparecer de la página electrónica de la Federación Mexicana de Futbol), americanista desde niño, el nuevo presidente de la Liga MX, ha sido investido con un poder absoluto para conducir a la familia del futbol nacional como si fuese un moderno flautista de Hamelin.

El poder, ya lo dice la historia (que es la madre de la vida), suele ser peligroso si no se maneja con inteligencia. El gobernante griego Pitaco de Mitelene decía que "si queréis conocer a un hombre, revestidle de un gran poder", mientras que John F. Kennedy acuñó otra frase de gran valor cuando afirmó que "en el pasado, aquellos que locamente buscaron el poder cabalgando a lomo de un tigre, acabaron dentro de él".

Con todo el poder que le otorgaron los dueños de la primera división para manejar la Liga MX prácticamente como si fuese suya, Don Decio informó en la rueda de prensa que los árbitros vivirán un escenario distinto con él. "La liga le ha pedido a la Federación tener un nuevo modelo de arbitraje en México y ese concepto de un nuevo estilo de arbitraje conlleva lo que sucede en la cancha y (también) la parte administrativa".

Ahora habrá un sueldo fijo para los silbantes y su salario se incrementará conforme a los partidos que cada uno dirija. Tratará que todos vivan en el Distrito Federal para que trabajen "como un equipo de futbol" (Don Decio ya sabe mucho de preparación físico-atlética y tácticas arbitrales).

También podrán recibir, como parte de sus ingresos, un bono que otorgan los patrocinadores comerciales para que el gremio arbitral no se preocupe de la parte operacional. "Los árbitros llegaban a cada uno de los Estadios y ahí les pagaban, y eso ya se acabó", dijo contundente la voz del todopoderoso presidente MX.

Bajo su mando, que raya en la perfección, los árbitros ahora sí tendrán seguro de gastos médicos, seguro de vida y un fondo de retiro. "Lo que estamos buscando es que tengan una mejora económica en su trabajo", afirmó tajante y sereno un Don Decio dueño del escenario. Lógico, un economista habla siempre de dinero.

Pero... ¿y por qué no nos dijo cómo harán mejores a los árbitros mexicanos?, ¿cómo los capacitarán?, ¿quiénes serán los nuevos instructores?, ¿quién corregirá sus errores de todas las semanas y de prácticamente todos los partidos?

Don Decio es economista. Amigo del dinero. Pero, ¿quién nos garantiza que haciendo más gordos los cheques tendremos árbitros de excelencia?