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Ozzie Guillén... ¿se va o se queda?

Los Marlins de Miami salieron de Heath Bell y su envío hacia el desierto de Arizona lanza un mensaje entrelíneas para los seguidores del equipo de la Capital del Sol: Ozzie Guillén volverá en el 2013.

Bell fue un rotundo fracaso en su única campaña como cerrador de Miami, a donde llegó con bombos y platillos tras salvar más de 120 juegos en las tres temporadas previas con los Padres de San Diego.

Pero más allá de su incapacidad para cerrar los partidos de los Marlins, fueron sonadas las broncas con el incendiario manager venezolano, cuya cabeza piden a gritos los fanáticos miamenses.

Con el canje de Bell, Guillén podría comenzar a restaurar la armonía en un clubhouse que fue un desastre a lo largo de todo el 2012, un año en que los Marlins estrenaron su estadio y gastaron buen dinero en un intento por conformar un equipo ganador.

Pero todo salió mal desde el principio. No había arrancado la temporada y ya Guillén se echó encima a la comunidad cubana, base principal de la fanaticada del equipo, con sus comentarios políticos sobre Fidel Castro.

El equipo, salvo un mes de mayo memorable que hizo a muchos soñar, fue de mal en peor hasta terminar en el sótano de la división Este de la Liga Nacional, con balance de 69 victorias y 93 derrotas.

Cierto es que el manager no batea, fildea o pitchea. Son los jugadores los encargados de hacerlo y salvo contadísimas excepciones, todos fallaron en sus tareas.

Tras caer el out final de la temporada regular, muchos esperaban que el dueño Jeffrey Loria anunciara el despido del director, sobre todo teniendo como antecedentes sus drásticas decisiones con Joe Girardi y Fredi González, a pesar de que ambos tuvieron temporadas victoriosas. Entonces, ¿por qué no con un dirigente perdedor?

Sin embargo, tanto Loria como Guillén se fueron de vacaciones a Europa y nada se ha dicho sobre la suerte del venezolano.

Existe una regla no escrita de que los equipos hagan la menor cantidad de movimientos posibles durante la postemporada, algo que se cumple más o menos, sobre todo en lo que respecta a despidos de managers y coaches.

Quizás debamos esperar a que termine la Serie Mundial para saber si será Guillén quien dirija a los Marlins el año próximo o si habrá una nueva plaza vacante de manager.

Por lo pronto, los foros deportivos miamenses están inundados de comentarios y especulaciones sobre quién debería llevar las riendas de los Marlins en el 2013 y uno de los nombres que con más fuerza se mencionan es el del ex antesalista Mike Lowell.

El rumor no es nuevo. Lowell es una figura miamense de pura cepa, nacido en Puerto Rico, pero criado en la Capital del Sol, donde jugó en sus años de colegial para la Universidad Internacional de la Florida y fue una de las figuras claves de los Marlins campeones de la Serie Mundial del 2003.

Cuando a inicios de la campaña se especuló si el equipo despediría a Guillén por sus comentarios sobre Castro, el nombre de Lowell fue mencionado como una opción.

En su contra podría decirse que jamás ha dirigido un equipo de béisbol.

Pero ahí sale otro Mike, Matheny, como ejemplo de que todo es posible.

Sin ninguna experiencia anterior, Matheny ha debutado por la puerta grande al frente de los Cardenales de San Luis, al llevarlos a las puertas de la Serie Mundial.