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Rose y Westbrook: de cal y de arena

Derrick Rose regresó en buena forma con los Bulls AP Photo/Jeff Roberson

En Chicago por fin respiran con su estelar base de vuelta saludable. En Oklahoma City apenas internalizan que continuarán jugando sin el suyo.

Aunque las situaciones involucrando a Derrick Rose y Russell Westbrook son totalmente diferentes, quizás el Thunder puede aprender algo de los Bulls y la paciencia que demostraron en espera del ex MVP de la NBA.
Rose pisó, corrió y saltó en su primer juego desde que se rompió el ligamento anterior cruzado en su rodilla izquierda a finales de abril de 2012, anotando 13 puntos en un triunfo de Chicago sobre los Indiana Pacers para abrir la pretemporada que significó muchísimo más que lo que la pizarra leyó al reloj marcar cero.

El Thunder también estuvo activo ese primer día de partidos de exhibición, jugando por primera vez desde que recibieron las malas noticias de que Westbrook se perdería de cuatro a seis semanas de acción con otra operación de su rodilla izquierda, la misma que se lastimó (menisco desgarrado) en el segundo juego de la serie de primera ronda contra Houston y que sentenció la eliminación de OKC una ronda más tarde frente a Memphis.

La ausencia de Westbrook obviamente debilita al equipo que muchos consideran el mejor del Oeste, pero probablemente no es un golpe mortal a sus oportunidades a largo plazo para representar la conferencia en la Final, siempre y cuando el estelar armador regrese a tiempo y en optima condición; la presencia de Kevin Durant así lo garantiza.

Chicago no tuvo esa ventaja cuando perdió a Rose, uno de los canasteros más desiquilibrantes en la NBA y el mejor de la franquicia desde Michael Jordan. Su lesión le costó a los Bulls lo que fue en esencia dos temporadas y desató una ola de prensa negativa en su contra por el tiempo que le tomó regresar a cancha.

Sin embargo, el tiempo fuera podría ser una bendición para Rose, los Bulls y sus esperanzas titulares este año, considerando A) la forma que presentaría el ex Novato del Año de tan solo 23 años luego de fortalecer su cuerpo y afinar su tiro durante su rehabilitación, B) el hecho que Chicago controla el ritmo y estilo de juego cuando chocan con el campeón Miami Heat, y C) la motivación extra que existe para un equipo que tiene en su defensa y energía su gran carta ganadora. Todos para uno, y uno para todos.

Lo que nos trae de vuelta a Oklahoma City, donde sus aspiraciones titulares son iguales o más grandes que en Chicago. Con Westbrook (23,2 ppj, 7,4 apj) fuera, Durant cargará con más responsabilidades, similar a como ocurrió en la postemporada, pero probablemente de manera más eficiente (no todos los oponentes del Thunder tienen el talento de Memphis para sofocarlo). Eso, y no podemos olvidar ni subestimar, el crecimiento de un año al otro en el juego del estelar alero de apenas 25 años de edad; en otras palabras, tiene los hombros para cargar al Thunder en lo que regresa su lugarteniente.

Más que nada, el no tener a Westbrook afecta la defensa y la profundidad de la banca con Reggie Jackson -15,3 ppj y 3.7 apj en nueve juegos como abridor en sustitución de Westbrook durante la postemporada- pasando al cuadro titular. La movida deja al inexperto Jeremy Lamb en el papel de 'sexto hombre deluxe' que James Harden hizo famoso y que Kevin Martin continuó admirablemente.

De cualquier forma, OKC debe tener paciencia y ser cauteloso con Westbrook, quien -al igual que Rose- depende en gran parte de su veloz primer paso para brillar en ambos lados de la cancha. Además, el Thunder tiene el talento joven que puede aprovechar la ausencia del base tres veces Todos Estrellas para dejarse sentir, incluyendo el delantero Serge Ibaka (13,2 ppj, 7,7 rpj, 3,0 blpj), todavía en pleno desarrollo a los 24 años de edad y cuyo juego es crucial a largo plazo.

Por el momento, OKC y Chicago encaran distintos retos para la campaña que se asoma. Mientras uno se acomoda sin su estelar base, el otro se acostumbra a jugar con el suyo. A ver si en junio sus mundos opuestos se encuentran.