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Está claro: El balón no se mancha

Mexsport

MÉXICO -- Difícil ver el encuentro de padre e hijo. Uno festejaba y el otro había llorado. Los sentimientos ahí están. Los Martínez (padre e hijo) son el ejemplo que en lo deportivo el tema de la multipropiedad queda a un lado, porque en el campo los famosos duelos entre hermanos quedan en el olvido y se demuestra exhibiendo vergüenza deportiva de principio a fin... La pelota no se mancha, dijo algún día Diego Maradona.

Más allá de que la serie resultó en términos generales "floja" (quizá una de las peores finales), el partido de Vuelta, lamentablemente, exhibió lo que tanto se critica del balompié mexicano: Sus altibajos. Un partido puede meterse entre los mejores y más dinámicos futbolísticamente y otro estar incluído entre los peores de la historia. Lo fue el Pachuca-León que definió al "Bi" Campeón.

Sin embargo, no puede minimizarse este triunfo esmeralda. Producto del trabajo, humildad, continuidad y visión. Gustavo Matosas, técnico del equipo, reflejó en sus jugadores su liderazgo y forma de entender el futbol de principio a fin: Con pasión.

Podría criticarse que el León entró con suerte, sin embargo, eliminar a Cruz Azul (1) y Toluca (2) no era tarea fácil y los Panzas Verdes lo hicieron con autoridad. Pachuca quiso ganar un título con mezquindad. Sin arriesgarse, no obstante la experiencia que tiene en el banquillo Enrique 'Ojitos' Meza. Pagó cara la osadía.
Si te vas a morir que sea de algo. Tuzos no lo entendió. Meza quiso mantener el resultado denostando la posibilidad de agradar a la gente, pero también a sus principios que algún día mostró. En su propia casa fue incapaz de ir por el juego y en el Hidalgo tener un dominio claro sobre un equipo que mostró cohesión y obsesión por alzar su segundo título.

Desde acá felicito a la afición leonesa. Siempre fiel. Sufrió siempre. Diez años en la Liga de Ascenso pueden parecer nada, pero para una hinchada que respira futbol por los poros fue una eternidad. Jesús Martínez Jr, junto con Gustavo Matosas, han construido un equipo de época, una escuadra que dejará un buen sabor de boca en la a veces agria historia del balompié mexicano.

Hoy no se trata de gastar millones de dólares en refuerzos. León es el ejemplo de los llamados clubes grandes, porque de la nada ha hecho todo. Un grupo de elementos con brillo natural que explotó con el tiempo, gracias a la confianza que depositó en ellos Gustavo Matosas. Pocos entrenadores creen en el futbolista mexicano y el sudamericano ha refrendado el talento de los nuestros que otros rechazan.

Siempre será criticada la multipropiedad. No es sana. No es buena a los ojos del futbol. Sin embargo, esta noche quedó claro que no siempre puede creerse lo negativo. El balón se jugó con deportivismo y León es un digno campeón. Enhorabuena Jesús, Gustavo y jugadores... En el futbol, como bien lo dice uno de los grandes jugadores del mundo, afortunadamente "la pelota no se mancha".