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¡O triunfas o pereces!

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Cara a cara: Cotto vs. Martínez (6:07)

Miguel Cotto y Sergio Martínez se encuentran cara a cara fuera del ring en esta entrevista exclusiva con Max Kellerman. Cotto vs. Martínez pelearán el sábado 7 de junio en vivo por pay-per-view, comenzando a las 9pm ET/6pm PT. (6:07)

Hay combates donde no existe margen de error. Determinadas circunstancias obligan a rozar la perfección. Una victoria te relanza al estrellato, pero un fracaso te sentencia al ostracismo o simplemente marca el sendero del adiós definitivo. Así es el boxeo. ¡Y por qué no! Así también es la vida.

Sometidos a esa presión adicional acaban de pelear el mexicano Juan Manuel Márquez (56-7-1, 40 KO) y el estadounidense Mike Alvarado (34-3-0, 23 KO) en el Fórum Inglewood de California (sábado 17 de mayo). Ambos llegaron urgidos de despojarse del incómodo ropaje de la derrota, sufridas ante Timothy Bradley (31-1-0, 12 KO) y Ruslan Provodnikov (23-2-0, 16 KO), respectivamente.

Aunque para Márquez cada pleito se antoja el último, porque el almanaque no cree en lágrimas, esta victoria por decisión unánime le colocó en posición de sentarse, en igualdad de condiciones, a la mesa de debate con el filipino Manny Pacquiao (56-5-2, 38 KOs), que posee la faja welter de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y está esperando por su sí para montar el Márquez-Pacquiao V.

Un revés suyo hubiera echado por tierra la posibilidad de convertirse en quíntuple campeón mundial en divisiones diferentes -busca ganar en peso welter- y de extender la saga de la mayor rivalidad boxística de la nueva centuria. Además hubiera desatado una (otra) campaña para hacer entrar en razón a un hombre que supera los 40 años y quizás debería estar alejado de la crudeza del ring.

Márquez salió bien librado y Alvarado no llegó al fondo del abismo por la simple razón de que peleadores frontales y que gustan del intercambio siempre tendrán segundas, terceras y hasta cuartas oportunidades. Su estilo atrae y en consecuencia… vende. Y nada es más importante en estos menesteres que el negocio.

Pero como dicen que lo cortés no quita lo valiente es evidente que Alvarado deberá recuperar espacios perdidos si quiere ostentar nuevamente el status que tuvo y se esfumó tras dos golpizas sucesivas, que rasgaron su resume y lo peor de todo, su autoestima.

MARAVILLA VS. COTTO

En similar encrucijada se encuentran Sergio 'Maravilla' Martínez (51-2-2, 28 KO) y Miguel 'Junito' Cotto (38-4-0, 31 KO), quienes cruzaran golpes en la división mediana (160 libras) el 7 de junio en la Catedral del boxeo el Madison Square Graden. Ganar o ganar, no hay espacio para más.

Quien salga cabizbajo mantendrá el respeto de especialistas y fanáticos al Arte de Fistiana. Del mismo modo habrá firmado su carta de "retiro".

Para el sudamericano sería la normal consecuencia juzgando que va camino de los 40 y las lesiones -rodilla y mano izquierda- ya son parte de su día a día. Un éxito le proporcionaría un segundo aire y el convencimiento de que su carrera no está acabada.

Junito Cotto no es tan "añejo" como Maravilla, 33 por 39. De cualquier modo ha declarado tantas veces que va a retirarse que sus palabras se han convertido en su peor enemigo. Un revés puede ser el argumento ideal para que acabe de colgar los guantes y se dedique a actividades en las cuales sienta mayor motivación. O quizás se convierta –aunque lo dudo- en una especie de Shane Mosley cuyo empeñó en seguir sobre el encordado le ha convertido en una especie de trampolín para púgiles en franco ascenso.

De ganar consolidaría su leyenda al convertirse en el único puertorriqueño en ostentar coronas mundiales en cuatro divisiones: superligero, welter, superwelter y mediano.

CANELO-LARA

Otro emparejamiento que no podía faltar es el que escenificarán Saúl Canelo Álvarez (43-1-1, 31 KO) y Erislandy 'El Sueño Americano' Lara (19-1-2, 12 KO) el 12 de julio en el MGM Grand de Las Vegas, Nevada.

Ninguno de los dos tiene derecho de caer. Dispensen por el uso del imperativo pero en esta historia ni uno ni otro pueden darse el lujo de perder. Para Canelo sería la confirmación de que es un púgil del montón. Inflado hasta el hastío y que ha conseguido determinado status por el respaldo de poderosas televisoras y su nacionalidad.

La victoria, sin embargo, le brindaría credibilidad que necesita para recolocarlo -- en el plano estrictamente deportivo y no de marketing -- en la cresta de la división de las 154 libras.

Para el Sueño Americano caer sería una pesadilla. El estilo de la escuela cubana es vilipendiando por parte de la fanaticada y en correspondencia las oportunidades de trascender son ínfimas. Esta ocasión la tiene en la mano y sería herético no aprovechar la ocasión en la más pecaminosa de las ciudades.