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Cotto-Maravilla, la más competitiva de 2014

Miguel Cotto y Sergio Martínez no cumplen con el estereotipo de los boxeadores del presente. Son una especie de rara avis en un contexto donde hosquedad, vulgaridad y poco seso marcan pautas y sobre todo... atraen al público. Su comportamiento en la previa del pleito que sostendrán delata animadversión. Es evidente que no se toleran. Sin embargo, se dicen y contradicen en voz baja. Se atacan y hasta se ofenden, pero sin llegar al terreno de la vulgaridad.

El desenlace de esta controversia deportiva será el 7 de junio. Y el escenario escogido: el Madison Square Garden. Allí, en la catedral del boxeo mundial, estos dos hombres saldarán diferencias en lo que aparenta ser el combate más competitivo de la temporada boxística en 2014.

¿Claro favorito? Ni uno ni otro. La primera señal de paridad proviene de las casas de apuestas, esas que no se ciegan por simpatías ni nacionalidades. Los que nunca pierden otorgan mínima ventaja (2-1) para Maravilla Martínez, dueño del cinturón mediano (160 libras), versión del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

El argentino es el campeón y merece el beneficio de la duda. Aunque en su caso las continuas lesiones que lo han afectado y tuvieron alejado del ensogado durante más de un año -peleó contra Martín Murray el 27 de abril de 2013- abren un sinnúmero de interrogantes.

El boxeador sudamericano las despejó -con la palabra- cuando aseguró al colega Andrés Vázquez "me siento muy bien, la recuperación viene marchando dentro de los parámetros esperados. Gracias a Dios mi doctora, Raquel Bordons, hizo un trabajo maravilloso que me permitió recuperar algunos movimientos vitales para mi boxeo; obviamente, con los cuidados lógicos que una rodilla destrozada y reconstruida a nueva requiere. Hace un año estaba pensando en volver a caminar y hoy estoy a días de una gran pelea. Me siento muy feliz y motivado".

Nadie sabe a ciencia cierta la veracidad de estas declaraciones. La única alternativa posible es esperar al día de la pelea y ver si la rodilla no le traiciona y le impide imponer su estilo, que tanto depende de sus veloces desplazamientos.

Él lo tiene claro: "frente a Cotto tendré que anular su presión, evitar que me encierre. Para esto voy a tener que caminar muy bien el ring y atacar mucho también".

Si las lesiones son una molesta losa en las aspiraciones de Martínez, el hecho de ser un mediano natural le brinda una ligera ventaja ante un adversario que ha venido subiendo de peso desde 140, 147 y 154, divisiones donde llegó a coronarse como campeón mundial.

Dicha transición genera dudas sobre si la pegada y movilidad del boricua será tan efectiva ante un peleador mucho más grande (5'7 por 5'10). "Sin lesiones y con una preparación completa, Miguel Cotto sentirá la diferencia de pesos, (...) Cotto tiene pegada cuando estaba en las 147 libras, pero en las 160, quien la llevará seré yo, dijo Maravilla en una pausa que hizo en su campamento de entrenamiento en Miami, Florida.

Su contraparte considera que la diferencia en la báscula no será factor. "Soy un muchacho de 33 años, creo que es imposible en un período de 9, 10 semanas meter o elaborar en mi cuerpo mucha masa muscular, hemos trabajado en cuanto a la fortaleza, en cuanto a preservar y mantener lo que tenemos y no perder en el entrenamiento".

Para el tricampeón mundial puertorriqueño, que busca convertirse en el único de esa nacionalidad en ser tetracampeón mundial, la preparación física será la clave del éxito: "yo me estoy preparado para doce asaltos. Para una pelea fuerte ante un gran oponente. Lo que está en mi mente son doce asaltos de pura guerra".

Este es otro punto discordante entre ellos porque el argentino está convencido de que el más inteligente, a pesar de saberse el más fuerte y augurar una victoria por la vía del cloroformo en la novena ronda, saldrá con el brazo en alto. "(...) esta pelea no se determinará por la fortaleza física de uno u otro, sino que la ventaja estará en la inteligencia", afirmó.

¿Cotto o Maravilla? ¿Maravilla o Cotto? Habrá que esperar al 7 de junio para saber cuál de estos dos ilustres veteranos, que se han ganado el respeto sobre el cuadrilátero, obtiene la victoria.