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El carnaval ya comenzó en Santos con el Tri

SANTOS.- Su ritmo es cadencioso. Los tambores parecen que la mueven como títere, mientras los smartphones de la gente buscan el mejor ángulo del grupo que ofrece a los mexicanos la segunda exhibición de samba. La primera fue en "exclusiva" para los seleccionados, quienes apenas llegaron al hotel de concentración, escucharon el ritmo inigualable de la música típica brasileña.

"Mira los meseros nos están saludando", se escuchó decir minutos después a una jovencita local que estiraba la palma de su mano. No, no, en realidad ese 'mesero' no lo es precisamente. Es el portero de la Selección Nacional , Guillermo Ochoa, obviamente, más bien no le gusta que le 'mesan' sus redes y responde cada saludo desde el primer piso del hotel donde se aloja el equipo mexicano.

La avenida Ana Costa comenzó a poblarse cuando el sol apenas se despedía. Una puerta de globos tricolor se formó para darle la bienvenida al equipo que causó revuelo e hizo vibrar por momento San10s la ciudad de Pelé.

La Policía Militar y la de Táctica debieron 'organizar' el desorden que comenzó a sentirse un par de horas después del cansancio que causó la larga espera por ver a "Chicharito" Hernández, Giovani dos Santos, acaso los jugadores más emblemáticos a nivel internacional que posee el equipo mexicano.

Lamentablemente para niños que llevaban su álbum del mundial con las páginas llenas del equipo mexicano, debieron sólo verlos salir del autobús, pero sin detenerse a autografiarle su "estampa".

Por ejemplo, un niño llamado Ricardo Pinheiro sólo tomó una sola 'estampita', la de Javier Hernández, pero el delantero del Manchester United no la pudo ni tocar. Obvio, no tuvo éxito. Menos cuando una docena de militares forman una valla para impedirlo.

México, sin duda, es la atracción en cada Mundial. Sus expectativas regularmente no son altas, pero sí la afición mexicana que mezclada con la brasileña hizo su propio carnaval, esta noche, entre gritos de "México... México... México... México...". Los mexicanos quizá no seamos nunca campeones del mundo, pero por lo visto y escuchado esta noche, a miles de kilómetros de nuestro país, sí la peleamos al mejor del mundo en cuestión de apoyo.

Es medianoche y los gritos por el Chicharito no cesan. La pelea, quizá no tan enconada como la tiene con Jesús Corona, en la portería de la Selección, la da Guillermo Ochoa, quien muestra esa sonrisa que seduce, según se pudo apreciar, a las decenas de brasileñas que pegan de gritos apenas lo vieron pasar por el pasillo hacia el hotel de concentración.

El camión mexicano con la leyenda "Siempre Unidos... ¡SIEMPRE Aztecas!" ya está aparcado en la Av. Ana Acosta. Las ilusiones de cerca de 100 mexicanos de los 300 aficionados que estuvieron esta noche en el hotel sede, ahí están. México ya pisó tierra mundialista. Los resultados previos deben quedar en el olvido. Justino Compeán, quien estuvo previo a la llegada de del Tri y se abrazó con Paulo Alexandre Barbosa, sonríe se ve distendido. Lo peor ya pasó. México está entre las 32 selecciones más importantes del mundo y eso le genera tranquilidad no sólo a en el tema deportivo, sino también en lo económico.

Mientras la afición se desgañita con el "México... México... México...", adentro, en el lobby del hotel truenan los tambores y la samba hace retumbar la tranquilidad del lugar. No se hacen esperar las fotos de los seleccionados con las guapas bailarinas que se menean al ritmo con raíces africanas le saca la sonrisa a más de uno.

El sueño para estos 23 seleccionados se cumplió. Pase lo que pase se llevarán el recuerdo de este Mundial que alcanzó México con las uñas, pero que vive con el corazón. La samba ya hizo eco en el corazón de los mexicanos. Aquí comienza el sueño, mientras, alrededor de la medianoche, la última nota rítmica acalla. Es hora de descansar. Mañana comenzará un nuevo reto para Miguel Herrera y sus jugadores. Mañana habrá una nueva recepción, entre ritmo de tambores y mariachi mexicano.