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Chepo y Chivas no logran descifrar a Einstein

Chepo se sigue pareciendo al Chepo del Hexagonal Final de Concacaf. Mexsport

LOS ÁNGELES -- En el discurso inspirador para la redención, Chivas y el Chepo de la Torre encontraron el epitafio de su primer desafío. Un Vía Crucis en el que Chivas ha dejado de ser dueño de su destino. Lo ha empeñado.

"Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo", exhibía el Chepo saleroso en su tabla de trabajo en su primer entrenamiento. Albert Einstein no se equivoca. El Chepo y Chivas sí.

El Guadalajara cae en León. Recibe dos y pudieron ser varios más. Los postes y el árbitro fungieron como benefactores del Rebaño.

León se encuentra más cerca de la Liguilla merecidamente. Chivas se encuentra más cerca del descenso merecidamente.

León puede escribir su destino. El de Chivas está en manos de Veracruz, Puebla y unos Leones Negros que saben que la aritmética voluble y volátil de su porcentaje los puede salvar.

¿Cambios en Chivas? Absolutamente. Ninguna de las presumible o contempladas modificaciones ocurrieron.

1. DESDÉN

Aquí se cuestionó y se cuestionó directamente al Chepo en Raza Deportiva de ESPNDeportes Radio, ¿qué garantías hay para la afición de Chivas que podrá estremecer a un equipo al borde del descenso cuando no pudo hacerlo con la selección en estado de coma durante el Hexagonal?

No se necesita sólo el decálogo exitoso y voluntarioso de Einstein. Se necesita creerlo, entenderlo, transmitirlo, difundirlo, transfundirlo.

Era una metamorfosis inminente para Chivas: recuperar la testosterona en la cancha de futbol. O él no pudo o ellos no quisieron. O él no supo o ellos no supieron.

En Chivas hay eslabones rotos con las hormonas principales del futbol: devoción, responsabilidad, compromiso. Todos siguen esperando a Arce. Y a Reyna. Y a Bravo. Y a Salcido. Y a media docena más.

2. INMOVILIZADOS

Como en los tiempos de pánico y terror del Tri, los jugadores de Chivas terminaron mirándose a los ojos, preguntándose a qué juegan.

Carlos Fierro era la posesión y posición más afortunada del Rebaño. ¿Qué ocurría? Todos huían de él, como si en lugar de tener la posesión más valiosa de la cancha, la bola, tuviera ébola.

Había atención relativa para tratar de recuperar la pelota, pero era lamentable la condición estática, egoísta o desorientada o irresponsable o resignada o mercenaria, en la que los jugadores al frente se negaban a poblar el área y ofrecerse como relevos.

Hay un pavor, un pánico, por asumir la responsabilidad de exigir el balón que provoca contagio, y quien pretendió hacerlo, Ángel Reyna, quería convertirse en el Mesías de estas Chivas en la pendiente del descenso.

3. CLAUDICARON

¿Es un cansancio físico o mental? ¿Es una renuncia muscular u hormonal? ¿No quieren o no pueden?

Lo cierto es que el equipo juega a sobrevivir de manera individual, pero incluso hay desatención y cuando los relevos no existen, cuando el acordeón colectivo no se expande para atacar y no se contrae para defender, es, queda claro, porque el futbolista ya claudicó, ya se entregó a la desgracia, sin buscar salir de ella, o porque físicamente no quiere o porque mentalmente no puede.

Y reinventemos nombres: ¿Arce? ¿Bravo? ¿Castro? Y Salcido, si perseguía rivales era por la ineludible responsabilidad de su puesto, porque de inmediato se alejaba del área, donde es evidente se requiere al menos un grito orientador.

Lo platicábamos con Fernando Quirarte hace días en Raza Deportiva, Chivas debe ser el equipo que más rebotes aéreos pierde en media cancha o en el área. O sus defensas son unos alfeñiques emocionales, físicos y hormonales, o técnica y tácticamente no se les orienta sobre una ley primaria: un balón no puede botar en tu media cancha o en tu área.

Tal vez Chepo quiso seguir el principio de Einstein: "Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo".

Lo cierto es que Chivas sigue siendo Chivas.

Y Chepo se sigue pareciendo al Chepo del Hexagonal Final de Concacaf.