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Se cierra la emboscada sobre Carlos Vela

LOS ÁNGELES -- A Carlos Vela lo caza su pasado. Lo arrincona. Lo encalaboza. Hoy que parece tener la razón, nadie cree en su verdad.

Vela ha dicho que no es el momento de pensar en el Tri sino en la Real Sociedad, en riesgo de descenso.

Y dice que en este momento no le es útil absolutamente a nadie, sino hasta que recupere su mejor forma.

Parece la antesala inconfundible de una nueva negativa. La última. La sepulcral. La terminal. La determinante.

Tantas veces dijo no sin tener una razón razonable, que ahora que es razonable su cavilación, la asesina la incredulidad que él mismo se generó. "Amo de tus silencios, esclavo de tus palabras".

Miguel Herrera ha contestado. Lo hizo en Raza Deportiva de ESPNDeportes Radio. Su malestar fue creciendo. La reflexión precipitada de cada palabra y de cada antecedente, lo llevaron a contradecir la postura de Vela.

1.- "Lo vi jugar el domingo los 90 minutos y lo vi bien", explicó Herrera. Y aclaró que no lo quiere para hoy, sino para el 12 de noviembre en Ámsterdam ante Holanda.

2.- Y tampoco lo quiere sólo para verlo en la cancha. Quiero percibirlo como parte del grupo. Quiere interpretar su relación con el grupo. Y quiere descifrar la relación del grupo hacia él. Porque no duda de la capacidad futbolística del jugador de la Real Sociedad.

3.- Y si cree que no debe forzarse su presencia en la cancha, El Piojo quiere ver a Vela dentro del esquema, de las órdenes, de los movimientos, de las precisiones, de la misma semántica futbolística que el resto de los jugadores del Tri.

4.- Después de la charla con Miguel Herrera en Raza Deportiva, queda como reflexión que no es un imperativo tenerlo en la cancha ante Holanda, sino encontrarle los tiempos para que juegue al futbol.

5.- Y fue evidente que El Piojo sí necesita que se concentre, que le dé la oportunidad al nuevo grupo de seleccionados, al nuevo proyecto del Tri, pero especialmente, saber si aún queda viva una chispa de ilusión, devoción y compromiso por consolidarse en la selección mexicana.

6.- Necesario recordar el cambio de postura del técnico del Tri. Antes del Mundial, dijo que nunca más volvería a convocarlo. Después del Mundial, con la calma y el sosiego, pero la determinación y la ambición de iniciar un nuevo proyecto, decidió partir de cero, y entre ese pacto libre de rencores, encajaba una nueva oportunidad para el delantero.

7.- Que la convocatoria sea para los juegos en Europa implica una liberación. No tendrá que confrontar los litigios implacables de los aficionados mexicanos en el volumen que implicaría jugar en Estados Unidos o México, donde correría el riesgo de recibir un juicio sumario de cometer desaciertos naturales.

De esta manera, con este horizonte, la negativa de Vela sería punto final. No más puntos suspensivos, ni punto y aparte. Nadie le salvaría del estatus que hoy vive, el de apátrida futbolístico.

Su nacionalismo, su mexicanismo, él lo reitera de formas genuinas, pero, como futbolista, como profesional, queda claro que no le interesa el Tri, y eso, ni remotamente lo convierte en traidor o en menos mexicano, porque ser un desertor a la selección nacional, es una actitud estrictamente de desdén a la mayor condecoración que suele buscar cualquier jugador profesional, sin olvidar que él incluso fue campeón del mundo juvenil en Perú 2005.

¿La mejor solución? Si no hay posibilidad de diálogo, o si no habrá ya nunca diálogo, lo mejor sería que Miguel Herrera no lo convocara para la gira por Europa.

Esa sería una decisión salomónica. Si no lo convoca, no forzaría situaciones, porque de ser genuina la angustia actual de Vela, por su equipo que está el riesgo de descenso, y del cuál él es hoy el jugador más importante, recibirá el beneficio de la duda, ese que en otros momentos y hasta con otros técnicos y con el actual, se mantuvo con tolerancia hacia Guillermo Ochoa, Javier Hernández y hasta Raúl Jiménez.

Aunque aclaro, aquí, a Carlos Vela su pasado lo condena.

Su credibilidad ya había naufragado antes de este martes.