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La tregua de Navidad

Neuve-Chapelle Getty Images

Neuve-Chapelle es una municipalidad del departamento de Pas-de-Calais, en el norte de Francia, frontera con Bélgica. Era el 25 de diciembre de 1914 y en medio de la Primera Guerra Mundial se encontraba el Brigadier General Walter Norris Congreve al frente de la 18va Brigada de Infantería de la armada británica. El General Congreve le escribió una carta a su esposa el día aquel. La carta fue encontrada hace unas semanas entre miles de documentos guardados por la librería del condado de Staffordshire en Inglaterra.

En la carta el General Congreve describe detalles de la tregua que ingleses y alemanes establecieron aquel día: "un alemán gritó que pedía una tregua de un día y que él saldría si uno de los nuestros lo hacía", escribió el General. "Lentamente uno de los nuestros salió de la trinchera y vio como un soldado alemán hacía lo mismo. Ambos salieron y les siguieron más. Han estado caminando juntos todo el día, intercambiando cigarros y cantando canciones".

El alto rango militar de Congreve lo dejó sin experimentar los encuentros amistosos entre aquellos enemigos. Su historia la formaron los que cuentos que al regresar a la trinchera compartían los subalternos. Temía que los alemanes no resistieran ante la posibilidad de liquidar a un General de la armada británica. "Uno de mis informantes me dijo que había fumado un fino cigarro con el mejor soldado de la armada alemana", escribe en la carta "dicen que él sólo, ha matado a más de los nuestros que el resto de sus compañeros juntos".

La carta del General luego hace referencia al fútbol. "Al día después de estar jugando al fútbol, ya se disparaban unos a otros", escribió a su esposa. Así la actividad de aquel día de navidad registra nueva evidencia de la presencia de una pelota en aquellos campos de batalla. El fútbol fue el vehículo para un acercamiento entre bandos enfrentados. Del mito a la realidad hay una carta en el medio que avala que en Neuve-Chapelle, jugaron al fútbol.

Pero de un partido entre los dos bandos, como uno imaginaría, sólo hay evidencia en un par de cartas escritas por soldados ingleses. No hay, por ahora, testimonio del otro bando. La prensa inglesa si registró el evento en una de sus portadas. Un periódico de Manchester, el Guardian, lo describió en la víspera del año nuevo: "un oficial se encontró con un bávaro, fumaron un cigarro... y jugaron un partido de fútbol con una lata de carne aplastada".

En los 100 años que han pasado desde aquel día de Navidad, la historia ha crecido hasta superar el rigor académico por constatarla. Recientemente se jugó un partido entre soldados ingleses y alemanes en un estadio en la localidad de Alershot en Inglaterra. Lo ganaron los ingleses y Sir Bobby Charlton, leyenda del Manchester United estuvo ahí para verlo. Michel Platini, presidente de la UEFA, hizo instalar un monolito decorado por una pelota de fútbol para recordar a quienes hace 100 años "mostraron su lado humano jugando juntos".

Historiadores se han dedicado a desmitificar el cuento del fútbol en aquella tregua, mientras, ante la necesidad de mantener vivo aquel evento se agiganta el simbolismo y la relevancia que el juego tuvo en la tregua. Que del cese al fuego no hay dudas. Lo que es irrefutable es la capacidad del fútbol, y del deporte en general, de ser una herramienta única y capaz de construir desde sus valores una historia semejante. El argumento del fútbol como vehículo de unidad. El deporte como camino a la hermandad.

Aquel alemán de gran puntería y el más prolífico de los soldados de su batallón, había compartido cigarros, canciones y cuentos con los informantes del General Congreve. Envuelto en el momento de paz y confraternidad, algunas de sus historias cruzaron la línea de la prudencia. Como cita el General en la carta a su esposa, la tregua sólo alimento la guerra: "ya conozco desde donde tira ese soldado y espero que mañana lo liquidemos". El fútbol fue el símbolo con el que se alimentó la leyenda de la tarde navideña hace 100 años, cuando el ruido de la guerra se silenció.