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Los hermanos Dos Santos Ramírez

Más allá de la eliminación con el Villarreal en la Copa del Rey, Giovani y Jonathan han encontrado, finalmente, la estabilidad futbolística que tanto anhelaban. Gio ha aprovechado los minutos para demostrar que sigue siendo ese jugador con la capacidad necesaria para trascender en la cancha y su hermano menor se ha ganado la titularidad con base a su juego serio, fuerte y regular. Los hijos de Zizinho y Liliana parecen estar mejor que nunca, física, técnica y anímicamente.

LOS ANGELES, CA. -- Gio tiene cara de niño. Por momentos parece la imagen fresca de su padre, aquel Zizinho que se asomaba con la camiseta del América en la década de los ochenta y Jonathan parece más serio, más atento, más alerta, más a la defensiva, con algunas expresiones típicas de Doña Liliana, su madre. Ambos, vestidos en el amarillo encendido del Villarreal, corren tras el balón y festejan a sonrisa abierta los éxitos de un equipo de clase social media en España que amenaza con inquietar a los "grandes". Giovanni y Jonathan Dos Santos están viviendo un autentico sueño. A la par de su sueño, el futbol mexicano también sueña y se ilusiona.

"Toda la familia lo esta gozando", me dice Zizinho, el orgulloso padre de los jugadores mexicanos del Villarreal. "Creo que Gio ha alcanzado una madurez y Jonathan se siente fortalecido por tener a su hermano cerca. Eso queríamos para los dos".

La estabilidad futbolística no ha sido un proceso sencillo en el andar de la familia Dos Santos. Giovanni era uno de los proyectos más ambiciosos en la historia del futbol mexicano. Un chico que combinaba el maravilloso talento de "dos tipos de sangre" excepcionales. Cuando era más Dos Santos, aparecía la magia, el talento desbordado para tratar y acariciar el balón como si fuese un pernambucano más y cuando florecían los genes del "Ramírez" (el apellido de su mamá) tenia la fortaleza física para no rendirse jamás. Tras su salida del Barcelona, comenzó un largo peregrinaje a la búsqueda de estabilidad: Inglaterra, Turquía, España. Tal parece que ese largo y por momentos interminable "viaje" ha llegado a su etapa final. Hoy, aunque es parte de una rotación en el equipo que dirige Marcelino García Toral, juega con mucha regularidad y es una de las fortalezas que tenían, al menos hasta ayer, vivo al llamado "Submarino amarillo" en todos los torneos. Giovani ha logrado no solo un estabilización futbolística. También ha mejorado en la parte emocional. Atrás quedaron parajes típicos de la juventud que sin duda no son parte de la educación que recibió en casa de Zizinho y de Liliana.

Y lo de Jonathan también ha sido asombroso. Se ha convertido en un titular casi indiscutible del Villarreal. Un jugador fuerte, que corre, mete la pierna y muestra carácter. En el pasado quedaron las temporadas de incertidumbre donde el Barcelona jugaba con la posibilidad de darle más oportunidades en la cancha. También, sin duda, ha superado aquel terrible paraje donde "fue cortado" por el entrenador Javier Aguirre cuando faltaban apenas algunos días para el Mundial de Sudáfrica 2010. Hoy, Jonathan es un jugador que cumple cabalmente lo que se pide en el campo y que puede, sin duda, seguir creciendo como futbolista y como persona.

El futbol mexicano esta de plácemes. Tiene a dos exponentes que tras un largo peregrinar encontraron el sitio adecuado desde donde mostrar las grandes facultades que Dios y el destino les dieron.

Gio y Jonathan, Dos Santos y también Ramírez , los hijos de La Masía, del Barcelona, los hijos de Zizinho y de Liliana, hoy, en un estado puro, amarillo encendido del Villarreal y lleno esperanza, sueños e ilusiones para el futbol mexicano.

@Faitelson_ESPN