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Sadismo: Madrid ante su Real Bestia Negra

LOS ÁNGELES -- La grandeza se confirma siendo más grandes que el resto de los grandes rivales. Pero la fortuna, o los tahúres perversos de la UEFA, se ensañaron con el Real Madrid. Se reedita la Final de la anterior Champions, y a los Merengues los lanzaron al Circo Romano ante su Bestia Negra: Atlético de Madrid, en los Cuartos de Final.

El sorteo, de existir pura, prístina e inmaculadamente como tal -algo improbable-, dejó los dados envenenados en los dedos sadomasoquistas de la fatalidad, y más allá de que la Guerra Civil en Madrid necesitará de asistencias médicas extra, en otros escenarios, no serán menos cruentas las batallas.

Más allá de que ni el Real ni el Atlético son en este momento la mejor versión de sí mismos, la rabia emponzoñada, infectada, histórica, entre ambos, es garantía de la inquina con que se jugará cada pelota en el campo por al supremacía de un reino compartido en un vecindario infectado de desprecio.

Pero ni el Barcelona puede sentirse a salvo totalmente ante el París Saint Germain, ni la Juventus respirará tranquila ante el Mónaco, aunque el Bayern Munich parece haber encontrado, por los estilos de ambos, las condiciones propicias para seguir adelante, con ese estandarte de favorito obligado, para que Pep Guardiola cumpla con la prioridad no escrita, pero implícita en su contrato: ganar la Champions... o irse.

Mientras que los catalanes controlan España y ante el Manchester City dieron muestras de que Europa puede caer de nuevo bajo su mando, con el poderío de su ataque con Messi al frente, y Neymar y Luis Suárez como escoltas de estirpe especial, el PSG lanzó una proclama mundial de su intrepidez y coraje al tomar por asalto Stanford Bridge, aunque en el arranque de la llave, no contará con Zlatan Ibrahimovich, expulsado ante el Chelsea.

Jugarretas de esta ruleta de Champions: David Luiz y Thiago Silva, héroes que derrumbaron los muros de José Mourinho, ahora desafiados ante la horda barcelonista, pero también con la advertencia de que ellos pueden aprovechar la fragilidad azulgrana en jugadas a balón parado.

Con el Porto, aparece el mexicano Héctor Herrera, quien ha solidarizado su liderazgo futbolístico con el competitivo, al recibir eventualmente la cinta de capitán, y aunque en Champions, la palabra imposible es una ociosidad, lo cierto es que el Bayern Munich sólo espera recuperar a Arjen Robben y a Frank Ribery, para cimentar aún más sus condiciones de favorito.

Porque en Alemania ya no queda duda para nadie: Pep Guardiola está a punto de robarse la Liga, por eso, su torneo doméstico ya sólo debe servir para un inquietante ensayo de lo que en verdad es el Everest para el catalán y su plantilla de estrellas: ganar la Champions.

La Juve, añorando la constancia de Andrea Pirlo, lastimado por la lesión de Pogba, esperanzado en Morata y Tévez, pero con la necesidad de que Massimiliano Allegri encuentre con Roberto Pereyra la fórmula ante el Mónaco, que entró a la fase de Cuartos de Final con estertores y calenturas, tras sufrir la derrota ante el Arsenal, pero con las bendiciones del marcador global y el reglamento.

Y en medio de la seguridad de que serán batallas intensas, la Guerra Civil madrileña será el manjar más apetitoso, más cargado de adrenalina, más allá de las dudas sobre la exquisitez de su sabor.

El Real Madrid hace cargo de conciencia y prevalece su momento veleidoso e inconstante, y sabe que el Cholo Simeone ha encontrado la fórmula para cambiar la investidura de protagonismo: cinco victorias, tres derrotas y tres empates, es su saldo ante el Real Madrid.

Aunque, queda claro, el Rey de Europa sigue presidiendo su territorio desde la Casa Blanca, pero la fortuna pudo ser un poco menos arpía con los merengues.