<
>

Harden y Prigioni lideran a Rockets

Los Houston Rockets volvieron a ganar, obteniendo su séptima victoria en ocho partidos y cuarta al hilo, por 99-91 frente a unos Washington Wizards que se postulan para formar parte del elenco de "The Walking Dead" ya que parecen zombies dentro de la cancha hoy en día.

Los Rockets hicieron que derrotar a un rival encaminado a la postemporada parezca algo rutinario y lo hicieron sin una gran contribución de Dwight Howard. Esas son buenas noticias para su entrenador Kevin McHale y temerarias para el resto de la Conferencia Oeste.

Lo que significa: Los Rockets (50-23) no solo están de racha, sino que alcanzan a los Memphis Grizzlies en la cima de la División Sudoeste y en el segundo lugar del Oeste, al menos hasta que los Grizzlies enfrenten a los Spurs más tarde esta noche.

Los Wizards (41-33) siguen quintos en el Este y todo parece indicar que allí se quedarán a menos que ocurra una catástrofe inesperada. Ah, esta fue su quinta derrota en seis partidos y van en el rumbo equivocado a medida que los playoffs se acercan.

Harden marca el camino: Harden no hizo nada espectacular como para sellar su candidatura a MVP ya que su efectividad en tiros de campo dejó que desear, pero él anotó más de 20 puntos por cuarto partido consecutivo a pura voluntad.

Ya ven, cuando Harden no anda preciso su "Plan A" consiste de embestir hacia el aro como un toro y así fue como él impactó al partido. Nueve de 10 tiros libres encestados para el escolta que cuenta con un formidable 86,6 por ciento de efectividad y promedia más intentos por partido (10,1) que nadie en la NBA en ese rubro.

Su bloqueo de un triple clave sobre el final del encuentro fue la frutilla del postre y grata señal de su maduración como jugador.

La impotencia de John Wall: Los números nunca mienten, pero a veces si engañan. Cuando uno ve 25 puntos, 12 asistencias y cuatro robos entonces uno se inclina a decir ¨guau, que partidazo¨, pero la calidad individual del base de los Wizards no se reflejó en el rendimiento colectivo de su equipo.

Wall elevó su propio nivel pero no al de sus compañeros, y ese es el requisito principal de un armador. Él convirtió siete de sus 17 tiros de campo, pero su equipo logró convertir solo el 38 por ciento ante una defensa rival que no es precisamente intimidante.

De esa manera, ser un gran jugador de fantasy no hizo nada para alimentar las esperanzas de su equipo en casa.

Gigante incómodo: Dwight Howard estuvo inactivo por mucho tiempo, y eso se nota. El pivot y figura de Houston tuvo 11 puntos y bajó diez rebotes durante sus escasos 19 minutos en cancha, un coctel de límite de minutos combinado con acumulación de faltas en la primera mitad.

A su crédito, él encestó tres de sus cuatro tiros libres en el último cuarto cuando los Wizards le cometieron falta intencionalmente y cinco de ocho en total.

Los Rockets intentan involucrarlo desde el comienzo y, al igual que el miércoles contra los Pelicans, ellos regalaron la pelota como si fuese navidad con siete balones perdidos en los primeros cinco minutos.

El estilo frenético de juego del equipo los ayuda a sobreponerse a ello eventualmente, pero queda claro que hace falta sincronización entre Howard y el resto del equipo con poco tiempo más para experimentar.

Prigioni se destaca: Pablo Prigioni llegó a Houston proveniente de Nueva York por su experiencia y temple como veterano a los 37 años de edad, y este domingo él le agregó un nivel de protagonismo inesperado al asunto jugando a un gran nivel.

El base argentino promediaba 1,5 puntos y 12 minutos por partido antes de llegar a Washington con los Rockets pero sorprendió placenteramente esta vez al anotar 10 puntos, bajar seis rebotes y distribuir tres asistencias en 27 minutos contra los Wizards.

Prigioni fue vital en el último cuarto y protagonizó dos jugadas que cambiaron el partido en aquel periodo.

Los Wizards se habían acercado a cuatro con ocho minutos por jugar y Prigioni desinfló sus esperanzas con uno de sus dos triples para luego asistir a Corey Brewer en la próxima posesión.

De repente la ventaja visitante era de 10 puntos y los locales no volvieron a amenazar. Reflejo de un partido perfecto tanto para él como para su equipo.