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Los tres tenores del boxeo

Wladimir Klitschko ha sido la figura dominante en los pesos pesados durante más de una década JOHN MACDOUGALL/AFP/Getty Images

Hubo una época, no muy lejana por cierto, en que coincidieron en un escenario Luciano Pavarotti, José Carreras y Plácido Domingo. La comunión de sus talentos durante más de una década revolucionó la opera y en general la música clásica. Ellos no tenían paralelos... al menos el registro popular, como tampoco hoy los tienen los boxeadores Floyd Mayweather Jr., Manny Pacquiao y Wladimir Klistchko.

Ellos carecen de la tesitura vocal y la aureola de revolucionarios, pero con sus puños han acaparado toda la atención sobre sí e impuesto una dictadura casi inexpugnable. Sus colegas de profesión deben, por regla, conformarse con ser meros acompañantes y mirarles en su pedestal. Nunca como iguales.

Aparecerán otros nombres, aunque ninguno tiene el pedigrí de estos tres tenores del boxeo; los más dominantes del escenario mundial.

Floyd Mayweather Jr. podrá ser criticado por correlón, pero es la esencia misma del boxeo. Nadie como él, salvo el cubano Guillermo Rigondeaux, ha respetado al pie de la letra la máxima de "pegar y no recibir".

Resulta sublime verle poner en ridículo a esos que en las previas de los combates se autodenominan oponentes de nivel y no pasan de ser insípidas marionetas, desprovistas del elemental ABC del deporte.

Los que le acusan de "cobarde" y prefieren guerras, nunca las encontrarán con Mayweather. 'Vayan al UFC', seguramente diría Floyd. Sin embargo, esos mismos detractores no pierden uno de sus combates. No les gusta cómo pelea, de todos modos le verán... y para su desdicha personal, le verán ganar. Al menos ha sido así hasta el momento.

Guste o no, el extrovertido púgil de 38 años encontró la fórmula para ser el indiscutido número uno, el púgil que mayor cantidad de dinero ha recaudado en la historia del boxeo y el deportista mejor pagado en los últimos tres años.

Quiso el negocio, la presión del público y la providencia -aquí el orden de los factores sí altera el producto- que 'Money Man' y 'Pacman' decidieran coincidir en un mismo cuadrilátero. Finalmente sabremos cuál de los dos recibirá la distinción de mejor púgil de la primera parte del nuevo siglo. Será el 2 de mayo en Las Vegas cuando se despeje esa interrogante, y de paso conozcamos cuál filosofía prevalecerá: ¿la defensiva o la ofensiva?

Y es que si Mayweather es la virtud en la defensa, Pacquiao es el maestro del ataque.

Sí, ya sé, el diputado filipino fue noqueado. Esas cosas pasan. A quién no noquean es porque no sube al ring. Lo mejor del fuera de combate que le propinó Juan Manuel Márquez es que Pacquiao aprendió la lección. Su velocidad sigue siendo espeluznante y ahora sumó las dosis de prudencia que en el pasado le costaron derrotas.

Ni hablar de los peleadores que lo sufrieron. Su resumé está cargado de súper estrellas que salieron de favoritos ante él y al final debieron inclinarse para rendirle plesitecía. ¿Será igual ante Mayweather?

El tercer magnífico es el ucraniano Wladimir Klistchko, monarca de peso completo en tres de las cuatro organizaciones que rigen el boxeo mundial. Si bien no deslumbra ni a la defensa ni a la ofensiva como sus acompañantes, el europeo es un súper atleta de casi dos metros de estatura (1.98) y puro músculo.

Sobre el ring tampoco es atractivo pero ha sabido ganarlo casi todo. No ha dejado margen a la polémica. Van 11 años sin la sombra de un revés y bien pudiera ocurrir que el retiro llegue primero a su puerta que una derrota.

Con luces y sombras, ellos han sido los mejores, los tres teneores del boxeo mundial.