Esa parece ser la condición de México a unas horas debutar en la Copa América. En el entorno del equipo, no hay confianza. Se le considera una "selección de segunda mano", que no tiene ni los nombres ni la estatura para sobresalir en el complejo torneo continental, pero Miguel Herrera sabe que uno de los grandes secretos de competencia en el futbol esta en formar grupos sólidos, fortalecidos anímicamente, que corren y se parten el alma en la cancha. Y a eso quiere llegar. Una combinación de ello, más un buen resultado el viernes en Viña del Mar, puede significarse como la esperanza que tanto busca el entrenador nacional.
LOS ANGELES -- Lo de la Selección Mexicana en la Copa América podría terminar siendo un arma de doble filo: un equipo al que se considera de segunda categoría que no tiene responsabilidad o compromiso o un grupo de jugadores que se unen, en esa, llamémosle "adversidad", para fortalecerse y generar una gran sorpresa. Miguel Herrera apuesta por lo segundo. La realidad, indica que es lo primero.
Salvo por algunos nombres que destacan por ahí, nadie tiene la menor duda de que se trata de un equipo alternativo y de que México se ha "guardado" sus mejores armas para afrontar la Copa de Oro, donde tiene, en apariencia, sus mayores intereses económicos y deportivos. A partir de ahí, esta selección ya tiene una historia malograda, ya viaja con una marca y un estigma del que solo puede alejarse con resultados. Los que se han dado en los partidos previos al torneo -juegos amistosos- no ayudan demasiado.
El entrenador insiste en enviar un mensaje de confianza al grupo: "Sigo pensando que tenemos un equipo para llegar a la final". En el fondo, Herrera sabe que miente, pero no puede caer en el mismo síntoma de la idea generalizada de que este equipo no alcanza a competir en un torneo de esta complejidad.
México tiene dudas por todos los sectores de la cancha. El primero y más notable se refiere a asuntos defensivos, donde las figuras de los veteranos José de Jesús Corona y Rafael Márquez deben terminar tomando el liderazgo. Luego y como casi siempre, esta selección adolece de generación de juego, de futbol, de oportunidades de gol. Para ese rubro se ha confiado en el intermitente talento de Marco Fabián de la Mora y de Jesús Montes. Adelante, la selección depende del joven Raúl Jiménez, quien tuvo escasos minutos en la temporada europea del Atlético de Madrid y en la capacidad de generar huecos y profundidad de Jesús "El Tecatito" Corona. Pero más que nombres y condiciones de juego, Herrera quiere un equipo, solidario, fortalecido, con hambre y deseo de triunfo. Un equipo que salga a la cancha a partirse el alma y que termine dificultándosele al rival. Y esta utilizando todo el entorno negativo que se ha generado en esta selección para tratar de traducirlo y llevarlo a una enfoque positivo.
Futbol para ganar la Copa América no tiene esta selección mexicana, pero mentalidad para competir, se han visto casos muy sorprendentes en la historia del futbol y de las selecciones mexicanas.
Cuando no tienes talento ni una capacidad innata, lo que necesita es fuerza de voluntad. ¿Tendrá tiempo para lograrlo?
@Faitelson_ESPN