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Alex con mucho que celebrar

Alex Rodríguez cumple 40 años con mucho que celebrar, más allá de haber llegado a una edad redonda, que marca un antes y un después en la vida de la mayoría de las personas.

En primer lugar, A-Rod está en medio de una temporada que ha superado todas las expectativas.

Tras perderse todo el 2014 por una sanción, ni los más optimistas creyeron que A-Rod tendría un retorno como este y si acaso le auguraban .250 de average, 15 jonrones y 60 carreras impulsadas.

Sus números de .277 de average, 23 bambinazos y 58 remolques lo ponen a las puertas del premio Retorno del Año de la Liga Americana, con una proyección cercana a los 40 jonrones y las 100 empujadas.

Dos días antes de su cumpleaños, fue capaz de disparar tres vuelacercas, como en sus mejores tiempos, cuando era considerado uno de los peloteros más sobresalientes del mundo.

De hecho, sus números son únicos entre los latinos que han pasado por las Grandes Ligas y con dos años que aún le quedan de contrato, tiene tiempo suficiente para los 23 cuadrangulares que necesita para incluirse en el exclusivo club de los 700.

O los 38 que le faltan para superar a Babe Ruth y quedar en el tercer lugar de los jonroneros de todos los tiempos.

A sus 40 años, es el noveno pelotero más viejo en las Mayores y el tercero entre los jugadores de posición, sólo superado por el legendario japonés Ichiro Suzuki, a punto de cumplir 42, y por Torii Hunter, nueve días más viejo que Alex.

En segundo lugar, tiene que celebrar el haberse mantenido saludable, tras someterse a operaciones de la cadera.

Es cierto que ahora se desempeña como bateador designado de los Yankees de Nueva York, una posición con menos exigencias que la antesala.

Pero quienes conocen a Rodríguez saben que es uno de los peloteros más dedicados, que con más pasión se entrega a los entrenamientos y ahí, el cuerpo le ha respondido.

Y en tercer lugar, porque después de demandar a medio mundo, de dar patadas de ahogado tratando de evitar un castigo inevitable, ha logrado fumar la pipa de la paz con la franquicia y recibido el perdón de la exigente fanaticada neoyorquina.

Sin embargo, son hitos que el mundo del béisbol celebrará con cierto recelo, a media máquina.

Y es que la carrera de Rodríguez llevará por siempre el estigma de los esteroides.

El jugador de origen dominicano es uno de los peloteros más talentosos que haya existido, que posiblemente habría tenido una carrera digna del Salón de la Fama de Cooperstown sin necesidad de acudir a ayuda adicional.

Pero no nos engañemos. Sin el uso de esteroides no hubiera llegado hasta este punto.

La coordinación ojos-brazos para pegarle a la pelota es algo que le dio la vida y que nada tiene que ver con las sustancias prohibidas.

Pero esas mismas sustancias le amplían a quien las consume la capacidad de trabajo en el gimnasio y la más pronta recuperación de fatigas musculares, lo cual se traduce en más fuerza.

Sin los esteroides, posiblemente Alex Rodríguez ya habría emprendido el camino del retiro y sus cifras ofensivas serían un 25 por ciento menores que las actuales.

¿Cuándo se torció un camino que lucía brillante como pocos? Eso probablemente nunca lo sabremos. Él dice que fue en su estancia en Texas, cuando los Rangers le dieron aquel contrato de 252 millones de dólares que lo convirtieron en el deportista mejor pagado del mundo.

Pero quizás sus lazos con los esteroides vengan desde su etapa amateur, cuando jugaba para la Universidad de Miami. Entonces, toda su carrera profesional habría estado plagada de trampas y mentiras.

¿Quién sabe? A fin de cuentas, estamos hablando de un tipo tan lleno de contradicciones, que su credibilidad casi nula da espacio para cualquier cantidad de especulaciones.