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A 'matar o morir...'

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La Federación Mexicana de Futbol vive su propio tormento: elegir y no equivocarse en esa elección, a un entrenador nacional que dentro de poco más de sesenta días afronte, en un solo partido, todo su destino al frente de la selección mexicana. El reto no es sencillo. ¿Quién puede garantizarle a México el resultado del 10 de octubre en el Rose Bowl ante Estados Unidos? ¿Qué tipo de selección se puede 'montar' para esa fecha? ¿Y qué pasa con el periodo de adaptación, de reconocimiento que cualquier entrenador necesita para lograr la armonía en un equipo de futbol? Nada, no hay tiempo parta distraerse. El elegido, sea Bielsa, sea Sampaoli, sea Ferreti o sea Vucetich, deberá entregar el resultado inmediatamente.

LOS ANGELES, CA.- ¿En qué clase de "líos" está metido Decio de María? En uno que no parece muy sencillo de resolver: un entrenador que en un juego, un solo juego, de 'matar o morir', prácticamente le ponga un sello a toda su campaña como entrenador nacional.

Tras la abrupta salida de Miguel Herrera y mientras nosotros vivimos en el 'juego de los rumores', la Federación Mexicana de Futbol vive su propios tormentos.

Se enfría Bielsa, se entibia 'El Tuca' y se calienta Sampaoli. ¿Es ese un panorama real de lo que ocurre alrededor del proceso para elegir un nuevo entrenador en la selección mexicana de futbol?

Hay solo una realidad: que el tiempo corre; ha empezado a correr. Poco más de 30 días para afrontar a Argentina y a Messi y sesenta días para jugar el partido decisivo por el boleto a la Copa de las Confederaciones ante Estados Unidos. No hay ni tiempo ni espacio para nada, ni siquiera para un plan alternativo, para la nominación de un entrenador interino y para tomarse el lapso necesario para no equivocarse. Nada. La decisión urge y ya.

Marcelo Bielsa parecía contener el plan, el proyecto, y hasta el sueño más ambicioso para el futbol mexicano. El entrenador del Olympique de Marsella envió a media semana un mensaje casi contundente de que no había tenido ningún intercambio con la Federación Mexicana. Cabe la duda de que los dirigentes mexicanos hayan tenido un acercamiento con los representantes y promotores de Bielsa y cabe también la hipótesis de que en realidad no haya existido ninguna aproximación.

Ricardo Ferreti, en apariencia el candidato más poderoso dentro del futbol mexicano, envió un mensaje positivo el martes a horas de jugar en Buenos Aires la final de la Copa Libertadores. El resultado de Tigres ante River en la final del evento no ayudó mucho a sostener 'caliente' el nombre de Ferretti. Los medios internacionales, por otra parte, han sugerido que ya hubo acercamiento con el argentino Sampaoli, quien dirigió a la selección chilena campeona de la reciente Copa América. Y para cerrar el cuadro, habrá que agregar las encuestas de opinión que surgen siempre alrededor de una situación como esta, en la que Víctor Manuel Vucetich y Javier Aguirre ocupan los primeros lugares. Está claro, sin embargo, que la elección del entrenador nacional no se debe -o no debería ser- a una cuestión de popularidad.

La situación es confusa. Ciertamente exasperante y complicada. El nuevo entrenador deberá garantizar un equipo que compita y que gane el boleto a la Copa Confederaciones. Empezar una gestión con un fracaso no es, de ninguna manera, lo más recomendable. Podría haber sido distinto. Un proceso, juegos amistosos, la eliminatoria mundialista en partido a ida y vuelta, pero el reto, el desafío, exige un entrenador que comience un ciclo en un partido de vivir o morir ante el rival clásico del área.

El reto, insisto, no es sencillo. ¿Quién puede garantizarle a México el resultado del 10 de octubre en el Rose Bowl ante Estados Unidos? ¿Qué tipo de selección se puede 'montar' para esa fecha? ¿Y qué pasa con el periodo de adaptación, de reconocimiento, que cualquier entrenador necesita para lograr la armonía en un equipo de futbol? Nada. No hay tiempo parta distraerse. El elegido, sea Bielsa, sea Sampaoli, sea Ferreti o sea Vucetich, deberá entregar el resultado inmediatamente y aceptar a lo que el destino le depare.

@Faitelson_ESPN