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Se busca un proyecto, no un nombre

Getty Images

Entramos al "jueguito" que nos plantea la Federación Mexicana de Futbol: busquemos un nombre: Bielsa, Sampaoli, Ferreti, Vucetich, Lavaolpe, Matosas, Camacho. Lo que realmente necesita la selección mexicana de futbol es un cambio en las formas y en las maneras en las que se ha administrado a la selección mexicana. Nadie tiene una "varita mágica", nadie tiene "el remedio maravilloso" para ganar partidos e impulsar a que esta selección dé el paso en las competencias internacionales. Lo que debe existir es un proyecto, un plan, que se respete, que se cuide, que se alimente y al final, llegarán los resultados.

LOS ANGELES, CA.-- Y hablan de riesgos... ¿Riesgo? ¿Cuál riesgo? Por favor: el futbol mexicano no ha ganado jamás algo relevante a nivel internacional. El futbol mexicano no tiene un estilo propio, una condición que cuidar con recelo en la cancha. El futbol mexicano no tiene grandes figuras o estrellas futbolísticas en las mejores ligas del mundo. Lo único que tiene claro el futbol mexicano es el negocio. Ahí lo ha hecho muy bien, en eventos de su propia Liga, en campeonatos regionales y hasta en los Mundiales. El futbol mexicano es un negocio, un gran negocio.

Por ello, al momento de elegir un entrenador, sea el que sea, no se toman grandes riegos futbolísticos. Usted toma riesgos en la vida cuando hace o empuja un cambio sobre una postura o un producto ganador, pero aquí el riesgo, en todos los sentidos, parece valer la pena.

El problema es el de siempre: Aquellos que cuidan del "negocio" son reticentes a los cambios. Para ellos, mostrar una actitud conservadora les permite mantener todo como está, con los números a su favor, con las cuentas claras mientras la cancha y los aficionados suspiran, hace ya tiempo, por una transformación que les dé esperanzas de crecimiento.

"En la parte futbolística, nos faltó siempre un paso más", dice en el programa de Raza Deportiva de ESPN el ex capitán de la selección mexicana, Pavel Pardo. "Un paso para seguir en el Mundial, un paso para ganar la Copa América, un paso para ganar la Libertadores, un paso, siempre nos falto ese paso. Busquemos al hombre que pueda ayudarnos a darlo".

Y está claro que lo que debía impulsar la Federación Mexicana de Futbol en esta nueva oportunidad es un cambio, una metamorfosis, en la administración deportiva de las selecciones mexicanas. Para ello, no basta un nombre. Se necesita de un proyecto y de las personas con la experiencia necesaria para producirla, pero lo más importante sigue siendo que las personas que mandan en el futbol mexicano realmente quieran impulsar ese cambio. Si no hay voluntad, no hay absolutamente ninguna posibilidad de hacerlo.

Ni Bielsa, ni Ancelotti, ni Sampaoli, ni Ferreti, ni Lavolpe, ni Vucetich, ni Camacho ni nadie cambiará el panorama futbolístico de México si no cambian las condiciones a su alrededor. Sigo pensando que más que un nombre, un entrenador, México necesita un plan de trabajo y nuevas condiciones para administrar a la selección.

Así que sigamos en el "jueguito" al que nos puso a "jugar" la Federación Mexicana de Futbol. Hoy es Bielsa, mañana es Camacho, luego Sampaoli y enseguida "El Tuca", Vucetich, Matosas o alguien más. Lo que realmente se necesita es un cambio en las formas y en las maneras de conducir a las selecciones mexicanas. Y ello solo ocurrirá con cierta voluntad y mucha inteligencia.

¿Y los riesgos? Los riesgos no existen, porque finalmente, si este futbol logrará desprenderse de esas "cadenas" y tener cierta libertad de trabajo, de crecimiento, de continuidad, de respeto por los proyectos, seguro que la parte deportiva, con resultados, haría que el negocio fuese aun mucho mayor.

@Faitelson_ESPN