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Yogi fue más que un manojo de frases

ORLANDO, Florida -- "El juego no se acaba hasta que se acaba". Para Lawrence Peter Berra, conocido simplemente como "Yogi" en el mundo del béisbol, el juego concluyó la noche del martes 22 de septiembre, a los 90 años de edad y exactamente en el aniversario 69 de su debut en Grandes Ligas.

Berra fue compañero de Joe DiMaggio, Mickey Mantle, Don Larsen y Whitey Ford; dirigió a Mantle y Roger Maris; estuvo presente en muchos de los grandes momentos de Derek Jeter y Mariano Rivera y fue más exitoso con los Yankees de Nueva York que Babe Ruth, Lou Gehrig, Reggie Jackson y todo el que se ha puesto el legendario uniforme rayado de los muchachos del Bronx.

Y aunque para muchos Berra fue simplemente el creador del "Yogismo" -- debido a las cientos de frases sencillas y redundantes, a veces contradictorias, pero brillantes y sabias, que son atribuidas al fallecido -- en realidad estamos hablando de uno de los mejores jugadores de la historia del juego y el último referente de la dinastía más larga que ha tenido el béisbol.

"El béisbol es 90% mental. La otra mitad es física", dijo Berra, quien es considerado por muchos como el mejor catcher de todos los tiempos, por encima de Johnny Bench, Iván Rodríguez, Roy Campanella y el resto de sus colegas. Sin poseer una corpulencia física, estuvo detrás del plato por 19 años, ganó tres premios de Jugador Más Valioso y peleó siete, acudió a 18 Juegos de Estrellas, bateó 728 extrabases y puso out al 49% de corredores que intentaron robarle bases.

"Puedes observar mucho con solo mirar". Berra es el único pelotero en la historia con 10 anillos de Serie Mundial. Esos son más títulos que los que tienen de forma conjunta las franquicias de Colorado (0), Houston (0), Milwaukee (0), Tampa Bay (0), Texas (0), San Diego (0), Seattle (0), Washington (0), Anaheim (1), Arizona (1), Kansas City (1), Cleveland (2), Filadelfia (2) y Mets de Nueva York (2).

Berra jugó toda su carrera con los Yankees, entre 1946 y 1965, un tramo en el que los Bombarderos solamente fallaron cinco veces en jugar la Serie Mundial y tuvieron récord de 10-5 en títulos disputados. Después de los Yankees, solamente los Cardenales de San Luis (11) tienen más coronas que Berra.

Era duro, agresivo, competitivo, jovial y único. Sus frases, algunas reales, otras inventadas para enriquecer la leyenda urbana, son referencia obligatoria para escritores, narradores y aficionados del béisbol. "En realidad, yo nunca dije lo que dije", confesó en algún momento el gran maestro del pleonasmo.

Berra dijo que "En béisbol, uno nunca sabe", pero en realidad el sabía mucho de nada y poco de mucho. "No voy a comprar una enciclopedia a mis hijos. Que caminen hasta la escuela como hice yo", dijo una vez. "Si no sabemos hacia dónde vamos, terminaremos en cualquier otro lugar", agregó en otra ocasión.

Berra en ocasiones parecía no poner mucha atención a los detalles. "No puedo decir (si eran hombres o mujeres los aficionados que entraron desnudos al campo) porque tenían bolsas sobre sus cabezas".

Pero en realidad era un genio del "repentismo ilustrado". "El tipo batea a ambos lados del plato. Es anfibio". Admítanlo, nadie pudo definir mejor al bateador ambidiestro.

Berra, el único manager que ha llevado a Mets y Yankees, los dos equipos de Nueva York, a la Serie Mundial, dejó de asistir por un largo tiempo a las festividades en Yankee Stadium por un conflicto con el fenecido George Steinbrenner, pero nunca fallaba en acompañar a los familiares de un amigo fallecido.

"Siempre voy a los entierros de los demás, porque de lo contrario ellos no vendrán al mío", se le cita haber dicho.

En paz descanse Yogi Berra, símbolo de la cultura moderna de los Estados Unidos y uno de los mejores peloteros de la historia.