<
>

¿Sojo o Pedrique?

Sólo quedan dos nombres entre los candidatos para dirigir a Venezuela en el Clásico Mundial.

Al menos en el papel, los dos tienen condiciones de sobra para asumir la responsabilidad.

Alfredo Pedrique es uno de los dos managers venezolanos que han conducido un equipo en las grandes ligas.

Luis Sojo fue finalista en el campeonato invernal pasado y estuvo al frente de la novena vinotinto en el Clásico 2006.

Ambos también cuentan con la rémora de ciertos aspectos en contra.

Pedrique fue despedido por Magallanes en diciembre pasado, aunque la medida fue criticable y posiblemente injusta.

Sojo fue el centro de la polémica popular cuando Venezuela fracasó en la primera edición de esta competencia.

Entre ellos dos elegirá el Comité Organizador, compuesto por representantes de la Federación Venezolana de Beisbol y la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, de acuerdo con la decisión que anunciaron este lunes.

Una delegación de estos dos organismos viajará a Estados Unidos para conversar con los finalistas al cargo, a finales de mayo o comienzos de junio.

El periplo no será corto, porque la intención de los ejecutivos es entrevistarse también con Oswaldo Guillén, Eduardo Pérez, Luis Dorante y otros técnicos del país suramericano.

Quieren consejo y luces de parte de quienes viven de enseñar y dirigir.

También evaluarán candidatos a formar parte del cuerpo técnico, aunque al menos un miembro del Comité Organizador quisiera contar con los dos preseleccionados a la cabeza del equipo de entrenadores, uno como manager y el otro como coach de banco.

¿Qué reacción tendrá la opinión pública ante la inclusión de Sojo en la dupla final?

Pedrique pareciera ser el candidato ideal, no solamente porque alguna vez estuvo al frente de los Cascabeles de Arizona, sino porque tuvo una larga trayectoria en las menores antes de llegar a ese cargo, en 2004. Pero habrá quien diga que el activo más importante del ex infielder de los Tiburones de La Guaira es no tener antecedentes en el Clásico.

Sojo no será recibido con unánime beneplácito por los seguidores de este deporte en Venezuela si es designado manager de la escuadra vinotinto. En 2006 fue acusado de la debacle que sufrió su novena, eliminada antes de las semifinales, a pesar de haber comenzado como uno de los cuatro grandes favoritos. Mucho de lo que se dijo entonces fue injusto y exagerado, aunque habrá quienes no hayan cambiado de idea respecto a él.

Lo más curioso es que el antiguo utility de los Yanquis de Nueva York tiene ahora los méritos que antes no tenía. Ya no es manager-jugador, sino que acumula tres años completos como estratega en clase A y uno más en el circuito invernal de su país; y es un ganador: al título que consiguió hace unos años en doble A debe unirse ahora la final que alcanzó en enero con los Cardenales de Lara.

Sojo parece ser el favorito de una parte del Comité Organizador. En su carrera acumula tantos logros, tantos éxitos frente a lo imposible en apariencia, que no cuesta entender a sus mentores.

El asunto está en saber si liga y federación optarán por el camino seguro, representado por Pedrique, o si aceptarán el equipaje de Sojo y harán caso omiso a la reacción que pueda tener la opinión pública.

La escogencia de ninguno de ellos garantiza, per se, una corona para Venezuela; Pedrique no lanzará en la competición mundialista, ni Sojo tomará un bate entre sus manos.

Para muchos, sin embargo, la escogencia del mánager es el primer paso hacia el título o el fracaso. A eso se enfrentan los que tienen tamaña responsabilidad.