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Meolans, paredón y después...

BEIJING -- José Martín Meolans le está poniendo fin, no sólo a su carrera olímpica, como ya era sabido desde hace bastante tiempo, quizás también a más de 20 años dedicados día a día a ser un mejor nadador.

Su objetivo de estar en una final olímpica habrá quedado sólo en eso. Quedó quinto en la sexta serie que ganó el triniteño George Bovell. Aun tiene, en la mañana del jueves argentino, una nueva chance, casi imposible por cierto, de ser semifinalista de los 50 metros libre.

Meolans corrió su semifinal de los 100 metros libre en 49:50, mejor que su tiempo de clasificación (49:58) aunque lejos de su marca histórica (49:07). Pero su actuación estuvo en sus tiempos lógicos y no hay nada que reprocharle. Su objetivo estaba en bajar los 49 segundos, más por el anhelo personal de nadar bajo esa marca que por la posibilidad remota de estar en una de las semifinales.

Con su tiempo de la serie, el cordobés hubiese estado entre los 16 en los últimos cinco grandes torneos. En Sidney 2000, el último semifinalista marcó 49:83; en el mundial de Fukuoka 2001, 50:08; en el mundial de Barcelona 2003, 50:08; en Atenas 2004, 49:72 y en el mundial de Montreal 2005, 49:73. No sólo eso: los 49:50 de ayer, también lo habrían hecho finalista en Sidney, Fukuoka y Barcelona. Pero su registro en Beijing también lo hubiese eliminado en las semifinales de Fukuoka 2007, donde el peor tiempo de clasificación fue 49:48.

Estos números muestran el descomunal avance de los nadadores: en Beijing 2008, el suizo Dominik Meichtry fue el 16° semifinalista con un tiempo de 48:55, o sea ¡93 centésimas menos que el último tiempo del año pasado en Japón! Y un segundo y medio menos que el último de hace cinco años.

Meolans ya había avisado en Buenos Aires que sus tiempos no le permitirían hacer más de lo que hizo, por realidades propias y ajenas, y si bien él cumplió con su registro, la mejoría en conjunto del resto lo hizo retroceder a su peor puesto en un torneo de esta categoría: finalizó 35° entre 64 y sólo superó a seis de los 41 que nadaron bajo 50 segundos. Aunque hubo 64 competidores, el resto sólo cumplió con el objetivo de universalidad del COI.

No todo debería tomarse a la tremenda y bueno sería que se respeten los objetivos personales que cada competidor se impone, sea cual fuere su disciplina. Vale como ejemplo el venezolano Albert Subirats, bronce en el mundial Melbourne 2007 en 100 mariposa, que ayer en la eliminatoria de los 100 libre, estaba más que feliz porque batió el récord nacional de su país con una marca de 48:83. ¿Ganó su serie? No, fue segundo. ¿Se clasificó para las semifinales? No, culminó 22°.

Estos fríos números, puestos en el marco referencial de la competencia, la convierten en la mejor presentación de la natación en la historia. Además, por los nombres y la calidad de los competidores, deporte por deporte, kilo por kilo, en una emulación ligera al boxeo y mal que le pese a los chinos, la natación es y será por lejos el mejor deporte de Beijing 2008.