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Tres historias, tres medallas

BEIJING -- Eric Shanteau, Natalie Du Toit, Maria Belén Dutto.

Sus historias, seguramente, serán conocidas por algunos y totalmente novedosas para otros. Historias mínimas y gigantes de Beijing 2008.


La historia de Natalie Du Toit

Hace poco menos de dos meses, en los Estados Unidos se realizaron las eliminatorias para conformar el equipo de natación que representaría al país en los Juegos Olímpicos. Por la calidad y la cantidad de los competidores, los trials son casi tan importantes como los juegos mismos.

Una semana antes de la competencia, Eric Shanteau, de 24 años, nacido en Atlanta, Georgia, y residente en Austin, Texas, quien participó del selectivo de los 200 metros pecho, recibió la dura noticia de que padece cáncer testicular.

Igualmente, Eric intervino en su competencia y logró, junto a Scott Spann, las dos plazas que había en juego, dejando en el camino a otros grandes favoritos, como Brendan Hansen, ex récordman mundial y medalla de bronce en Atenas 2004.

Los médicos le permitieron competir y retrasar el tratamiento para después de la competencia, asegurándole que no habría riesgo hacerlo y que a la menor sospecha de algún peligro, regresaría a casa para comenzarlo.

Pero Eric llegó a Beijing, compitió en su eliminatoria, en la que fue segundo, y se clasificó para las semifinales. El sexto puesto que logró en una de ellas no le permitió estar entre los ocho finalistas.

Según dijeron los otros integrantes del equipo, Eric fue una inmensa fuente de inspiración para todos ellos, y así se lo hicieron notar el día de las semifinales, cuando le brindaron un gran aliento, al igual que todo el público presente en el Cubo de Agua, que lo despidió con una sentida ovación.

"El cáncer es mucho más grande que los Juegos Olímpicos y me ha ayudado, pero yo sólo me centro en la natación. Estar aquí sirve para mostrar el lado positivo de la enfermedad", manifestó Shanteau.

En 2001, Natalie Du Toit era una de las grandes maravillas que la natación tenía para mostrar en el inicio del nuevo siglo, destacándose en las pruebas de velocidad y en las de especialidad pecho.

Allí, en Ciudad del Cabo, donde nació el 29 de enero de 1984, regresaba a su casa de un entrenamiento manejando un scooter, cuando fue atropellada por un auto. Las lesiones que sufrió en la pierna izquierda provocaron que una semana después de la tragedia, y pese al desesperado trabajo del equipo médico, debieran amputársela por encima de la rodilla.

Tres meses después estaba otra vez en el agua. A raíz de su minusvalía, debió dejar las pruebas de pecho, porque "patear con solo una pierna sólo me hacía dar vueltas en círculo", define ahora con una sonrisa.

Menos de un año más tarde, se clasificó para la prueba de 800 metros de los Juegos de la Commonwealth, en Manchester, donde culminó octava.

Los Juegos Paralímpicos de Atenas la tuvieron como una de las grandes estrellas, donde ganó seis medallas: cinco de oro y una de plata.

Pero su enorme sueño era estar en Beijing. Para ello, debió cambiar todas sus rutinas, porque la prueba que consideró la ideal para lograrlo era la maratón de 10 km de aguas abiertas, que durante estos juegos debutaba como prueba olímpica.

Natalie se clasificó en el mundial de Sevilla, que se realizó en mayo de 2008, al terminar cuarta, sólo cinco segundos detrás de la extraordinaria rusa Larisa Ilckenko, que acaba de ganar también la medalla de oro olímpica.

En Beijing, Natalie terminó en el puesto 16 y se convirtió en la primera mujer discapacitada motriz que participa de un Juego Olímpico.

El Comité Olímpico de Sudáfrica la premió de una manera que no olvidará nunca: el 8 de agosto fue la abanderada de la delegación de su país en la ceremonia de apertura de los Juegos.

La prueba de bicicross, al igual que la de aguas abiertas en la que participó Natalie, debutó en el programa de estos Juegos Olímpicos.

Maria Belén Dutto tiene como ejemplo a Gabriela Díaz, compañera de equipo de la delegación argentina, cordobesa como ella, actual subcampeona mundial y campeona mundial en los tres años anteriores, y por quien se dedicó a practicar este deporte tan especial.

¿Qué lo hace especial? La competencia de BMX, tal su nombre específico, dura menos de 40 segundos, tiempo durante el cual los ciclistas recorren un circuito sinuoso, deben sortear obstáculos de tierra y en menos de un suspiro termina.

Una buena largada es fundamental. La misma se realiza con el disparo electrónico. Maria Belén suele ser siempre la última en largar, y descontar esa ventaja en tan poco tiempo la obliga a un desgaste supremo.

Maria Belén Dutto tiene 98 por ciento de hipoacusia bilateral profunda. Al poseer un índice tan elevado, los médicos la consideran sorda.

En algunas pruebas, como ocurrió en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, le permitieron a su padre colocarse detrás de ella y darle la orden de partir, tocándole la espalda. Pero aquí está sin su familia y un voluntario le indica cuándo hacerlo. No es lo mismo.

Maria Belén tiene sólo 21 años y hace más de diez que practica bicicross. En la mañana de este viernes en Beijing, competirá en las semifinales de su prueba, buscando un lugar entre las ocho que, un rato después, disputarán la final.

Ella, como Eric, como Natalie, no necesita ninguna medalla en el pecho para sentirse una auténtica campeona.