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Aplican Pacto de Caballeros a Chofis, Dieter, Gallito y Peña

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Amaury Vergara con mano firme: Cero tolerancia para Chivas (1:35)

Amaury Vergara quiere terminar de raíz con las indisciplinas en Guadalajara y quiere que los jugadores sean un ejemplo para la sociedad. (1:35)

LOS ÁNGELES -- Se tardaron. Hasta después del chivo ahogado, tapan el pozo. Pero, mejor tarde que nunca. Chivas borra del mapa futbolístico de México a los cuatro involucrados, activa o pasivamente, en el presunto abuso sexual contra una joven de 21 años.

“Ninguno de estos cuatro jugadores volverá a jugar en Chivas”, anunció el director deportivo Ricardo Peláez en un video difundido por el club, en el que lo acompañó el propietario Amaury Vergara.

Los nombres son de dominio y oprobio público: Dieter Villalpando --el acusado--, José Juan 'Gallito' Vázquez, Javier La Chofis López y Alexis Peña. Hoy, claramente, todos, balas perdidas en las necesidades competitivas del Guadalajara.

Chivas les coloca como transferibles, pero, lo cierto es que la forma en que el club los echa de su Rebaño, los etiqueta como innegociables, como desecho tóxico. Es decir, quedan enclaustrados bajo el Pacto de Caballeros, según confirma una fuente vinculada a la directiva rojiblanca.


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Los cuatro han sido estigmatizados “como jugadores totalmente indeseables dentro del futbol mexicano”, según explica el allegado a Chivas, aunque recuerda puntualmente como el caso de Renato Ibarra se manejó cínicamente entre América y Atlas, directamente entre Emilio Azcárraga Jean y Alejandro Irarragorri.

En el Guadalajara entienden que tal vez habrían podido pepenar unos milloncitos de dólares simplemente colocándoles transferibles y separados del plantel, aunque, es evidente, es mercancía de baja calidad y maltratadita moralmente después del incidente.

“Si algún equipo de México o de otro país se acerca a negociar, se escucharán ofertas, pero se les detallarán los motivos de la separación de los cuatro jugadores. No se va a engañar a nadie”, explicó el informante.

Por lo pronto, separar a las cuatro manzanas podridas de una canasta abundante de manzanas propensas a pecar, como ha quedado demostrado con anteriores casos de indisciplina en el club, es una medida drástica, tardía, pero totalmente necesaria y urgente, especialmente con un elemento tan contaminante como La Chofis.

El remezón es oportuno. La sacudida debe ser aleccionadora. Lamentable que este tipo de crisis terminen siendo una bofetada de advertencia para futbolistas que por su salario, sus privilegios, no necesitarían de semejantes amenazas.

Deberá funcionar. Y a corto plazo. Ante Monterrey este fin de semana. Porque ya ha sido evidente que dos de los que fueron apercibidos a ser expulsados del equipo, sin finiquito incluso, se han redimido: Uriel Antuna y Alexis Vega. Los dos han sido los mejores jugadores de Chivas en los últimos partidos.

Lo explica bien Peláez: Chivas pone en peligro sus planes deportivos y competitivos, pero empieza a sanear al equipo, incluso a sabiendas, insisto, de que difícilmente podrá recuperar un centavo de los millones de dólares invertidos en contratos y salarios de estos cuatro futbolistas.

Sin embargo, en el futbol mexicano, con los promotores adecuados y la complicidad de entrenadores o directores deportivos, siempre se puede encontrar un subterfugio para colocar a estas cuatro balas perdidas que Chivas desecha de su cartuchera. La corrupción conoce todas las rutas de las cloacas del futbol mexicano.

El peso del anuncio, con la presencia de Amaury Vergara y Ricardo Peláez, tiene, sin duda, un impacto poderoso. Redime o higieniza la imagen de la institución para tratar de salir lo mejor librada posible de un percance que evidentemente demuestra cómo no había respeto ni a la institución, ni a los dirigentes, ni a los propios valores del equipo, del vestuario y de los seres humanos.

Es inevitable pues que La Chofis, El Gallito, Dieter y Alexis Peña carguen con el peso de sus atrocidades, pero también es culpa de que en su momento, el mismo Peláez y el mismo Vergara, actuaran tan tolerantemente con los casos de Chicote Calderón, Alexis Vega, Uriel Antuna y de manera vergonzosamente reiterada, con La Chofis López.

Un beneficiado directo de esta separación absoluta de los cuatro fiesteros es Víctor Manuel Vucetich. Se fortalece su imagen de autoridad y retoma el control del vestidor, además de que dejará de perder, tontamente, el tiempo que dedicaba de manera incomprensible, extraña, a su apostolado de rescatar a La Chofis.

Tal vez, este miércoles, con las advertencias de Amaury y Peláez, restando jugadores en la plantilla, ha logrado fortalecer el vestuario, y si mantiene el plan de declararlos transferibles pero innegociables, de manera velada, estará ayudando a limpiar el futbol mexicano de personajes, como los consideran dentro de Chivas, “totalmente indeseables”.

¿Dónde se meterán todos los abogadillos del absurdo y lo incoherente, que esgrimían que el jugador puede hacer lo que le dé su gana en sus días libres, como arguye incluso el defensor directo de Villalpando, Enrique Venegas?

Un anuncio tardío, pero, en este caso, sin duda, más vale tarde que nunca.