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Entrevista con Ken Griffey, parte II

Esta es la segunda y última parte de mi charla y entrevista con Ken Griffey Jr. Aprovecho para agradecer todos sus comentarios, los cuales les aseguro leo y también los elogios que le hicieron al artículo anterior. Espero disfruten todo su contenido, tanto como lo hice yo.

M.B.: ¿Qué es lo más importante para ti en este juego en este momento de tu carrera?

K.G.J.: Yo creo que lo más importante de todo es sentirte en familia. Mis compañeros son mi segunda familia y así siempre lo he visto. Uno tiene su familia inmediata, que son los que te unen por sangre, y tienes tus compañeros que son los que pasan la mayor parte del tiempo contigo.

La familia de un compañero también es tu familia, pues si algo afecta a uno de nosotros y eso influye en su rendimiento, eso nos incumbe a todos como equipo. Esa fue la forma en que yo crecí en este juego y por eso, si alguno de mis compañeros tiene un problema ya sea dentro o fuera del terreno, el resto de sus colegas tenemos el compromiso de ayudarle lo mejor que podamos.

M.B.: ¿Nunca hubo un día en que estuvieras en el jardín central y te quedaras mirando todo ese millar de gente en las graderías, personas que invirtieron su dinero para verte jugar, y te hayas dicho a ti mismo: "béisbol, haciendo esto es cómo me gano la vida"?

En ese instante, un pequeño silencio y un gemido fueron su primera reacción, levantó su cabeza, su mirada se incrustó fija en el techo y contestó.

K.G.J.: Yo en realidad no me preocupo cuando la gente se sienta en el estadio y me ve. Yo me preocupo más por lo que pasa en el terreno de juego y en nuestra banca cuando estamos jugando.

Creo que lo importante es salir al terreno y dar lo mejor de ti cada día. Todo el mundo no lo va a entender, pero muchos lo agradecerán. Varios fanáticos te aplaudirán y otros te abuchearan, casi siempre depende si juegas en la casa o de visitante. Pero cuando uno juega y hace las cosas bien el público lo reconoce, no importa si tú les caes bien o no.
Los fans pueden decir atrocidades de uno sin ninguna razón, simplemente por el hecho de que no les caes bien, pero cuando hablen de tu carrera tendrán que admitir y decir, yo estuve ahí cuando hizo eso, o estuve allá cuando logró aquello. Uno no puede preocuparse demasiado por lo que pueda decir la gente. Hay incontables cosas que se han escrito sobre muchas personas que no son ciertas y los lectores se las han tomado como verdades porque las leyeron en los periódicos.

A mí me preocupa más lo que mis compañeros puedan decir de mí, ya que ellos son los que pasan más tiempo conmigo, son los que en realidad me conocen.

Aproveché la intensidad del momento para embargarlo con una pregunta que considere oportuna.

M.B.: Como lo has expresado, se dice que nunca se puede creer en todo lo que se lee. Béisbolistas como yo, que hemos jugado en contra tuya por mucho tiempo y que ahora tenemos la oportunidad de hacerlo juntos, hemos leído tantas cosas sobre tu persona por varias temporadas. ¿Cómo te gustaría que te recordáramos?

Sus ojos volvieron a parpadear rápidamente y luego de una décima de segundo volvió a sonreír.

K.G.J.: Como alguien que siempre estaba dispuesto a darlo todo, como un buen compañero y gran amigo. Sé que muchos me recordaran por mi talento, pero el ser amigo es una de las virtudes más grandes del ser humano.

Alguien que le gustaba pasarla bien, divertirse en el juego y que de una u otra manera siempre trató de ayudar a todos a ser mejores.

M.B.: Tú al igual que yo hemos visto este deporte evolucionar de una manera increíble en los últimos 15 años. Vivimos en las eras del bateo y el pitcheo de poder. ¿Crees tú que con esta gran producción de atletas hay alguien hoy que pueda ser tan bueno como Ken Griffey Jr.?

K.G.J.: En realidad yo no me preocupo por eso. Pero honestamente te puedo decir que muy pronto habrá jugadores más fuertes, más rápidos y con mejor defensa también. ¿Qué si serán jugadores de cinco herramientas? Eso sí no lo sé, pero algo sí te puedo asegurar y es que será emocionante de ver.

La gente que vio a Mickey Mantle pensó que nunca verían un jugar igual. Luego llegó Willie Mays y se dijo lo mismo y sé que igual pasará conmigo. Cuando llegue el momento en que el béisbol pase la barrera del racismo de comparación donde un jugador negro tenga que ser comparado con Willie Mays o Barry Bonds; un blanco con DiMaggio, Babe Ruth, Mantle; los latinos con Roberto Clemente etc. etc. Todo llegará a ser mejor. Cuando sólo se pueda decir, "es un excelente jugador". Yo mismo no me considero en la categoría de esas leyendas. Esos jugadores pusieron números en este juego que en estos tiempos sólo el conejo Bugs Bunny puede hacerlo.

M.B.: ¿Tú piensas que si no hubiera sido por la gran cantidad de lesiones que tuviste durante toda tu carrera hubieras podido alcanzar y pasar varios de esos números? Como, por ejemplo, el récord de cuadrangulares.

K.G.J.: Eso nunca hubiera pasado. La mayoría de mis lesiones fueron jugando a la defensiva. Yo me tomo con mucho orgullo la forma cómo juego a la defensa y nunca hubiera dejado de jugar fuerte en el terreno por miedo a lesionarme para poder seguir produciendo ofensivamente.

M.B.: Tú creciste en este juego. Tu padre fue jugador de Grandes Ligas. Has jugado en las mayores por más de 20 años. Eres una súper estrella y algún día llegarás al Salón de la Fama. Definitivamente tienes una visión de este deporte muy diferente a la que muchas otras personas puedan tener. ¿Si tuvieras que decir cuál es la parte más hermosa del béisbol, cuál sería?

K.G.J.: Cuando ves al niño salir dentro del hombre. Cuando los observas jugar como niños de Pequeñas Ligas que cuando miran a las graderías sólo ven a sus padre. Donde no importan los contratos multimillonarios, ni los acuerdos con las compañías que hacen los guantes o los zapatos. Cuando juegan por el sólo amor al juego. Cuando se olvida que se está allá afuera jugando por dinero, sólo por amor, es ahí donde ves a los hombres compartir en hermandad.

M.B.: Sabes que el día llegará en que en este estadio se ponga un estatua en tu honor. Tú has sido un gran jugador tanto ofensivo como defensivo. ¿De qué manera crees que debería estar tu monumento?

K.G.J.: Estoy más que seguro que será bateando como el logo del "hombre del swing" que tienen todas las cosas que uso. Es muy difícil ver una estatua de un bateador que no sea a la ofensiva. Además es lo que más la gente reconoce de mí.

M.B.: Tú fuiste escogido primero en el primer round del sorteo del béisbol en todo el país en 1987. Te convertiste en súper estrella a la edad de 21 años. Has ganado muchos reconocimientos como jugador ofensivo y defensivo. ¿Hay algo en el juego de la pelota que te hubiese gustado hacer individualmente, no como equipo, y no lo lograste?

K.G.J.: Ganar un título de bateo.

M.B.: ¿Eso te hubiera gustado?

K.G.J.: ¡Waoo, claro que sí! Quizás cuando era más joven pude haberlo hecho, pero luego que te conviertes en un bateador con más experiencia, te das cuenta cuál es tu zona de strike y ya no buscas pegar imparables sino extra bases. Lo más cerca que tuve fue mi tercer año cuando quedé en tercer lugar detrás de Julio Franco y Wade Boggs.

M.B.: Sabes que llegará el día en que tendrás que retirarte. ¿Si tuvieras la oportunidad de describir el día perfecto para hacerlo, cómo sería?

En ese instante le vi cambiar la expresión de su rostro. Era la primera vez que veía en él un aspecto de sobriedad y seriedad.

K.G.J.: Yo no quiero el típico adiós de los fanáticos y estar batiendo la mano desde el terreno diciéndoles adiós a todos. Yo no llegué al juego de esa manera …

M.B.: ¿No te gustaría pegar un cuadrangular en tu último turno al bate en la novena entrada y todo eso?

K.G.J.: Esa sería espectacular. Pero en cuanto al retiro, no quiero que sea una gran cosa, porque hay muchos niños y jugadores jóvenes que están mirando este juego y no quiero dar el mal ejemplo de que eso es necesario, que es parte de la carrera de uno como jugador. Hay mucha gente que necesita eso, el "mírenme a mí", el "alábenme". Pero yo no. Sólo quiero hacer una llamada y poder decirle a todos, "El Kid no regresará más".

M.B.: Pete Rose dijo una vez que "él se atrevería a cruzar el infierno encendido con gasolina por tener la oportunidad de volver a jugar béisbol". ¿Si Dios te diera la oportunidad de nacer de nuevo volverías a jugar pelota?

K.G.J.: ¡Claro que sí!

M.B.: ¿Por qué?

K.G.J.: Béisbol es todo lo que conocí, y me divertí como jamás imaginé.