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El problema del gurú de los Mets

Un reto constante para aquellos que trabajaron bajo el mando de George Steinbrenner cuando estaba encargado de los Yankees era el tratar de mantener récord de quiénes estaban a su lado y tenían mucha influencia en ese momento. Algunas veces podía ser un escritor deportivo, otras veces podía ser un amigo. Algunas veces podía ser un ex ejecutivo que había despedido en algún momento (y que luego había logrado volver a ser favorecido), y algunas veces podía ser un empleado del equipo que en teoría estaba en la parte de abajo de la cadena de mando pero que en realidad tenía más poder real que los ejecutivos por encima de él.

Billy Connors, un ex coach de los Yankees que era tildado como el gurú de pitcheo de los Yankees, tuvo este tipo de influencia de manera intermitente con Steinbrenner, algunas veces yendo a almorzar con El Jefe y saliendo con él. Otros en la organización estaban convencidos de que incluso si Connors no estaba minando su poder directamente, él estaba menospreciando su trabajo.

Pero los Yankees no son el único equipo de Nueva York con un historial de problemas de gurús. Por años, los Mets tuvieron el mismo problema, cuando alguien en el medio de la cadena de mando ganaba influencias que iban más allá de su título, y obtenía un estatus favorecido con el dueño de la novena. Eso de por sí no hacía al gurú una mala persona, y en algunos casos, el gurú contestaba preguntas que la persona que firmaba sus cheques le hace. Ese tipo de cosas de forma inevitable se vuelve problemático en cualquier negocio; en este caso, en el negocio del béisbol.

El gurú de los Mets era Steve Phillips antes que se convirtiera en el gerente general del equipo. Entonces después de eso lo fue Bobby Valentine, quien pudo congeniear con Phillips debido a su fuerte relacion con los dueños. Años después, Rick Peterson tuvo más influencia que ningún otro coach en las mayores debido a que su trabajo estaba bien valorado por la gerencia. Ahora el gurú es Tony Bernazard, cuyo título sugiere que es responsable del desarrollo de los jugadores del equipo, pero cuya influencia va más allá de ser el director del sistema de fincas. La gente que trabaja en la organización cree que eso es debido a que tiene una relación particularmente cercana con el dueño Jeff Wilpon. De acuerdo con fuentes del equipo, Bernazard fue uno de los que más influenció para despedir al ex manager Willie Randolph y a Peterson, y ha sido clave en muchas otras decisiones de personal.

Sea cierto o no, la percepción de algunos dentro de la organización es que Bernazard tiene más poder en la práctica que el gerente general de los Mets Omar Minaya. Y eso no es bueno porque fue Minaya quien lo contrató. Y la percepción, cierta o no, es crucial, porque afecta la manera en que otros hacen su trabajo.

En muchos casos, los mánagers le dicen de manera cortés a los ejecutivos de la oficina central que se mantengan alejados de los camerinos, o que le pedirán a los gerentes que hagan esa petición o reclamo. Pero Randolph, conocido por sentirse frustrado por la constante presencia de Bernazard en el camerino, estaba reacio a lidiar con el asunto debido a la percepción de la relación entre el gurú y los dueños. Igualmente, por años, otras personas revolotearon alrededor de Connors, porque sentían que él podría torpedearlos al meter a Steinbrenner en su caso.

Ahora Bernazard está bajo investigación debido a algunos comportamientos extraños, y Minaya ha lucido sin poder porque no actuó agresiva y decisivamente. Minaya recibirá un golpe sin importar que suceda, la percepción de que no tiene mollero en la cadena de mando sigue aumentando. Incluso si despide a Bernazard o si meramente lo amonesta, la gente que trabaja para él asumiría que la decisión no fue de Minaya.

Pero esto es algo que va más allá de Bernazard y hasta los días en que Joe McIlvaine era gerente general. Una sola persona puede cambiar la dinámica de gurú en la organización de los Mets: Wilpon.

Wilpon necesita terminar con esta cultura, y sea cual sea su decisión de quién va a correr sus operaciones de béisbol entre Minaya, Bernazard o alguien más, él necesita crear una cadena de mando sólida y respetarla, porque la cultura de gurú ha sido responsable de años y años de puñaladas en la espalda, peleas internas y procesos disfuncionales. Esa es la única manera en que se puede asegurar que la gente que trabaja para él lo haga bien y con credibilidad.