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Una nueva edición de la vieja historia

JOHANNESBURG -- Lo escribió Octavio Paz en el Laberinto de la Soledad en 1957: "(Al mexicano) Más que el brillo por la victoria, le conmueve la entereza ante la adversidad".

Los jugadores mexicanos, de la edad que sea, incluidos los naturalizados como Guillermo Franco, se ponen la camiseta nacional, defienden el escudo, representan al país, y hacen generalmente lo mismo en cada nueva edición de la Copa del Mundo.

Aunque se tuvo el control de la pelota y del partido en el primer tiempo, las opciones de gol pasaban una tras otra sin que surgiera ese mexicano diferente que las convirtiera en goles. Tampoco tenemos en el equipo que representa a México en la edición 19 de la Copa del Mundo a un fuera de serie. Aquí no hay Messis, ni Cristianos Ronaldos.

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Tenemos al Guille Franco, a Giovani, a Vela, al Chicharito. No hay más. Porque los días de Cuauhtémoc, con todo y que tenga algunos gramos intactos pero viejos de sabiduría, no alcanzan cuando faltan piernas para alcanzar la pelota. Nos falta el genio que saque de la chistera la jugada genial y el jugador poderoso que conduzca a la selección a la altura de las potencias, un Maradona de 1986. No hay ninguno hecho en México que sea diferente a lo que presenta México, con todo y que quizá Sinha pudo ayudar si venía con su mentalidad brasileña en un pasaporte mexicano.

Esta fue una edición más de la misma y vieja historia del fútbol mexicano en el mundial. Somos el eterno adolescente del fútbol mundial. Atrás Sudáfrica, ahora nos vienen en fila Francia y Uruguay, que esta noche mostraron parte de su arsenal y de su personalidad como los lógicos favoritos del grupo.

No toda la causa está perdida. Con un punto todos, empezarán a mostrar lo que resta en los dos siguientes partidos. Está México eliminado? Sería una osadía asegurarlo. Juega México mejor contra los grandes, como Francia y Uruguay que han sido campeones del mundo? Sería una temeridad vaticinarlo.

Creo que sólo se decepcionan los que esperaban más de México. Después de vivir los cuatro años del proceso mundialista, donde Justino Compeán, Decio de María y compañía tuvieron a cuatro entrenadores hay muchos descalabros deportivos, a nadie le sorprendería una eliminación temprana en esta Copa del Mundo.

Javier Aguirre habló de una generación de oro de futbolistas. Recuerda, Javier, a Brasil del 70, a Holanda de 1974, a Hungría de 1954. Esas eran generaciones de oro y sólo una de ellas logró el título.

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