Atlético presiona con triunfo ante Rayo

MADRID (Paola Núñez, corresponsal) -- Atlético de Madrid logró mantener la presión sobre los punteros de la Liga gracias a una victoria por 3-1 sobre el Rayo Vallecano en el encuentro disputado esta noche en el Vicente Calderón.

Los visitantes, fieles a su estilo, habían salido a matar. Aunque el Rayo intentó hacer su juego ofensivo desde el principio, tenía problemas para controlar. El Atlético, que jugaba con una media cancha de puro músculo, con Tiago, Mario y Gabi, se benefició de las pérdidas de balón en esa precisa zona para generar peligro. Así llegó el primero del cuadro colchonero, al minuto 11, cuando Antoine Griezmann sacó petróleo de un regalo de Zé Castro en la salida para meterse al área y fusilar a Toño.

Diez minutos después, el atacante francés duplicó la ventaja del conjunto local, esta vez, en una jugada que inició desde la puerta. Un balón largo de Moyá que Mario Mandzukic apenas logra peinar para ponerlo a los pies de Griezmann, que con un par de movimientos rápidos se deshizo de la marca y completamente solo se metió en el área para marcar su décimo gol en el torneo.

Con la ventaja, el Atlético se relajó. Replegados, esperaron al Rayo en su mitad de la cancha y aunque de vez en cuando intentaban hacer daño por las bandas, parecían haber olvidado que los de Vallecas no claudican jamás. El recordatorio llegó pasada la media hora de juego. Aunque los hombres de las bandas batallaban para poder poner un balón a modo para Manucho, no dejaron de intentarlo y fue el capitán Roberto Trashorras el que descontó con un derechazo al pase de Kakuta.

Suficiente para despertar al Atlético, que volvió a ser un equipo duro y con hambre. Los laterales del Rayo sufrían para contener las carreras de Arda y los centrales intentaban multiplicarse para frenar a Griezmann, que aparecía por todos lados; o bien, esquivarlo, pues presionaba como nunca a la salida. Y estuvo a punto de anotar el tercero con un nuevo disparo de la frontal que se fue desviado por muy poco justo antes de que en un tiro de esquina Manucho rematara en propia puerta en un intento por despejar.

El Atlético de Madrid había aprendido la lección y no volvió a bajar la guardia, si bien tuvo que emplearse con dureza para conservar la ventaja, pues el Rayo, con un ataque reforzado por Alberto Bueno, no cesaba en sus intentos por mantener el control del balón y generar peligro. El cuadro rojiblanco no cedió más allá de la posesión al rival, que apenas gozó de un par de ocasiones, y aun así tuvo las oportunidades más claras de anotar en la recta final con Griezmann convertido en un peligro latente hasta el final. Pero la pólvora del francés había terminado de dar de sí y se guardó, como minutos antes hiciera el Cholo con Manzukic y Arda, para el encuentro ante Barcelona del próximo miércoles.