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Spieth vs. Spieth fue el título de la vuelta final en Royal Birkdale

Spieth, ganador de la FedEx Cup en 2015, inicia los Playoffs de 2017 en el tercer lugar Getty Images

Jordan Spieth no es Tiger Woods. Es bueno ir acostumbrándose. Ni el mejor golf de Spieth es superior al de Tiger. Nunca tendrá la potencia ni el carisma. Solo el tiempo dirá qué lugar ocupará Jordan Spieth en la era post Woods. Mientras tanto, al coronarse campeón del Open, a los 23 años, batió records que hablan de cuantos y no de cómo.

Spieth será también distinto a Woods en otras cosas. En la conferencia de prensa al terminar la 3ra ronda dijo que Kuchar era el compañero ideal para una ronda final en un Major. Tiger jamás hubiera dicho algo así. El joven texano fue y será siempre amable y empático con sus rivales. Será igualmente cordial y honesto tanto en las victorias como en las derrotas. Jordan Spieth empezó la 4ta ronda del British Open, aventajando por 3 golpes a su compatriota, el siempre sonriente Matt Kuchar, y así terminó. Pero en el medio fue y volvió del infierno.

Cuando todo hacía suponer que el joven texano caminaría holgado hacia su 3er Major, un flojo comienzo anunció que el domingo volvería a resultarle difícil. Con 3 bogeys en los 4 primeros hoyos, la ventaja de Spieth se esfumó rápido, y fue un anuncio del drama que vendría. Consiguió mantenerse a flote, sin embargo, aunque estaba claro que no era el mismo de las 3 primeras vueltas. Luego de un inexplicable bogey en el par 4 del hoyo 9, ambos empataban en -8. Así siguieron hasta el hoyo 13. Kuchar pegó primero un buen drive al centro del fairway. Spieth, en cambio, falló el fairway por la derecha, y de mala manera. Su pelota quedó injugable en la ladera de una duna elevada con pasto muy alto, a unas 60 yardas del fairway al que había apuntado.

Los fantasmas se agitaban en la mente de Spieth mientras deliberaba sobre sus opciones con el oficial de reglas y con su caddy, Michael Greller. A todo esto, Matt Kuchar decidió ejecutar su segundo tiro, que terminó a unos 5 metros de la bandera, con una buena oportunidad para birdie.

Spieth corría hacia arriba y corría hacia abajo. Iba a la zona de práctica, que era su mejor opción de dropeo, y se metía entre los camiones que los fabricantes de palos estacionan en esa área para atender a los jugadores durante el torneo. Finalmente, con un golpe de penalidad, dropeó su pelota a unas 240 yardas del green y pegó un tiro completamente ciego con su madera 3. No llegó al green por muy poco. Desde allí, logró un “approach y putt” milagroso para llevarse lo que probablemente sea el mejor y más festejado bogey de toda su carrera. Kuchar falló apenas su birdie y así, por primera vez en el torneo, Jordan Spieth perdió la punta con solo 5 hoyos por jugar.

A partir de ese momento los increíbles sucesos que siguieron confirmaron cuan grandioso es el golf y que extraordinarios son los Majors. Por una razón o por otra, ya sea una estrepitosa caída, una épica victoria, o un enorme duelo de titanes, los grandes escenarios han sido siempre testigos de las historias que quedarán grabadas por siempre.

Veintitres minutos tardaron los punteros en terminar el hoyo 13. En el tee del par 3 del 14, Kuchar lideraba el British Open por un golpe y faltaban solo 5 hoyos. Desde allí hizo birdies en el 15 y en el 17 y, parado en el tee del hoyo 18, perdía por 2 golpes. Es por eso que, siendo el único que podía ganarle a Spieth, no fue más que un mero actor de reparto en una tarde que tuvo al joven maravilla como absoluto protagonista. Esos 4 hoyos de Jordan Spieth quedarán en la historia de los Majors. Birdie, águila, birdie, birdie.

No se supone que el golf tenga que ser un deporte justo. Spieth con 23 años y dos Majors. Mat Kuchar, 39 y luchando por su primero.

La mujer y los hijos de Kuchar estaban en Colorado y viajaron de sorpresa a Inglaterra para la vuelta final. Las lágrimas de su hijo al abrazarlo son testigos de cuanto dolió esta derrota. El propio Spieth se conmovió frente a esa triste escena. Estuvo cerca, dijo Kuchar, y solo Dios sabe lo difícil que es ponerse en posición para ganar el Open.

En otro plano, por supuesto, hay que destacar varias cosas en este Open. En primer lugar, Rory McIlroy volvió a jugar un golf extraordinario. Nunca estuvo en la contienda, pero después de haber empezado con 5 bogeys en los 6 primeros hoyos del jueves, su registro de -5 y un gran 4to puesto alientan las esperanzas de verlo brillar otra vez.

También fue notable lo del joven chino Hao-Tong Li, que con -6 quedó 3ero en su primer Open.

Como decía un comentarista, el trofeo del campeón, el Claret Jug no tiene relatos, solo nombres, y allí está el de Jordan Spieth, el quinto texano grabado en su costado (Justin Leonard, Bill Rodgers, Lee Trevino y Ben Hogan). Spieth es también el tercer jugador en la historia moderna, después de Henrik Stenson y Tiger Woods en ganar el Open con 4 vueltas por debajo de 70 golpes.

Quizá Jordan Spieth vaya y gane el mes que viene el PGA Championship. Quizá lo logre dentro de 20 años. Tendrá adeptos y detractores y posiblemente siga rompiendo records. Pero pase lo que pase, este British Open, en Royal Birkdale tendrá su sello para siempre. “See you in Carnoustie” como dice la R&A.