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'Mantener el espíritu ganador en el clubhouse es importante', Contreras

Nota del editor: Pueden ver esta historia en inglés aquí.

El receptor de los Cachorros de Chicago, Willson Contreras, hizo su debut en las Grandes Ligas el verano pasado después de siete años en el sistema de los Cachorros en Dominicana y en ligas menores. Él bateó un jonrón en su primer turno al bate en las mayores, le recibió a un finalista de Cy Young cada cinco partidos y jugó en (y ganó) una Serie Mundial. El joven de Puerto Cabello, Venezuela, habló con Marly Rivera acerca de sus primeros 12 meses en la mejor liga del mundo y cómo se está adaptando a las reglas escritas y no escritas de MLB.

Tú eres un jugador muy apasionado, ¿te han traído problemas las reglas 'no escritas' del béisbol?

Hay reglas que se me olvidan; no todo el tiempo sigo las reglas del béisbol. Pero bueno, son cosas que uno va aprendiendo a través de los juegos, pero de verdad no me aflijo mucho por las reglas del béisbol, sino que sigo jugando mi misma pelota y si cometo algún error las reglas me lo van a enseñar.

Cuando se interpreta la pasión como una falta de respeto al béisbol, ¿qué te gustaría decirles a esas personas que piensan de esa manera?

Me gustaría decirles que uno no está haciendo cosas para faltarle el respeto al béisbol ni a los otros equipos; que son cosas que a veces se nos escapan de las manos como jugadores agresivos, como jugadores apasionados, como tanto amor que le tenemos al béisbol. Las ganas que hay de ganar aquí en Grandes Ligas a veces nos llevan a hacer cosas, o me llevan a hacer cosas que yo no quiero hacer y que muchos equipos o muchas personas lo toman a mal. No lo tomen a mal. Que simplemente vean la adrenalina que uno vive en el cien por ciento que uno entrega al juego todos los días.

¿Cuál es la diferencia principal entre el béisbol que se juega en Venezuela, en la liga invernal, y el que se juega aquí en Estados Unidos?

Yo creo no están las mismas reglas. El béisbol invernal es un poco más rudo, no existe todavía la regla en segunda base de tirarse, aquí sí, si te pasas de la base es doble play automático. Si tocas al shortstop o al segunda base, el doble play es automático. Son cosas que uno creció no poniéndolas en práctica, uno va poniéndolas en práctica creo que desde el año pasado y este año. Pero creo que el béisbol tiene que ser siempre un deporte agresivo. La única regla que sí me gusta es la de home plate, donde Buster Posey lo llevaron a partirse el tobillo. Creo que esa es la única regla donde sí aplica ser un poquito más limpio.

¿Se pierde un poco esa pasión latina cuando ustedes se tienen que conformar a estas reglas "no escritas"?

Quizás se pierde un poquito el amor latino [por el béisbol] porque hay que acostumbrarse a las reglas, como a todo. Somos latinos, estamos jugando béisbol de Grandes Ligas, en las Grandes Ligas de Estados Unidos, y uno tiene que regirse por las reglas de ellos. Pero si me ponen a mí. Si me dicen, mira tienes esta regla para tirarte en primera, tienes esta regla para tirarte en segunda, yo no las voy a cumplir. De verdad que yo no, porque yo no me caracterizo por jugar el béisbol como quien dice de niños. Yo juego al béisbol fuerte, juego al béisbol de hombres, sin faltarle el respeto a ningún equipo. Si alguna vez hago algo muy agresivo, yo también tomo mi responsabilidad por los hechos.

Cuando primero llegas a Grandes Ligas, ¿a los latinos se le habla de eso, de cómo esperan que se juegue al béisbol acá?

Siempre te están hablando desde ligas menores, 'cuidado con la agresividad', 'cuidado con esto', 'cuidado con los gestos'. Pero son cosas que uno también va aprendiendo viendo a los que tienen tiempo jugando aquí, como viendo a Miguel Montero, 11 años en Grandes Ligas, no es porque ha estado aquí echando bromas sino que haciendo las cosas correctas. Viendo a los demás peloteros también se aprende; viendo a los otros equipos jugar, de la manera que juegan, de la manera que se comportan en el juego, la manera que hacen las jugadas de rutina, todas esas cosas uno la va viendo y va aprendiendo.

¿Qué opinas de 'cobrar venganza', como sucedió en el caso de Manny Machado y de José Bautista?

Lo de Manny Machado no lo veo que fue justo. De verdad que no fue justo porque Manny Machado, yo vi la jugada, no se tiró en segunda base con maldad. Apenas rozó a [Dustin] Pedroia. Pedroia se tiró en el piso y lo sacaron del juego; se lesionó. Boston quiso tomar, no digo venganza, sino lo que fue justo para ellos, darle bolazo a Manny. Pero tirarle 4-5 veces seguidas, creo que ya eso se le salió de las manos. Con lo de José Bautista, ya lleva haciéndolo varios años, que lo haga una vez más no sorprende a nadie. A mí no me sorprendió; es la manera que él juega. Incluso, los jonrones que da sí son largos, pero, tengo que decirlo, a veces se pasa un poquito, por lo menos [con] el bat flip.

Yo lo hice en la Serie Mundial, incluso me sentí avergonzado. Me sentí avergonzado porque siento que le falté el respeto a la fanaticada. Le falté el respeto al equipo contrario, los Indians de Cleveland. Puse un tuit donde dije que ya eso no iba a volver a pasar, que yo me corrijo. Son cosas que he venido aprendiendo. Son cosas que uno va aprendiendo.

Cuéntame más de ese momento en la Serie Mundial, una Serie Mundial histórica para tu equipo, ¿qué pasa por la cabeza de un jugador cuando comete lo que tú dices fue 'un error' en un bat flip? ¿Por qué es un error?

Fue un momento emocionante, fue una Serie Mundial, pero estábamos perdiendo. Tal vez si estuviésemos ganando, no hago nada, no digo nada, porque fue mi emoción de que estábamos ganando. Pero como estábamos perdiendo, y estábamos perdiendo por ventaja, no fue bien visto. Estuve hablando con mi papá, con mi mamá, con mi agente, y fue mi decisión mandar un tuit y disculparme con toda la fanaticada de los dos equipos y con mi equipo principalmente, porque sé que éste es un equipo que juega de la manera correcta, que hace las cosas bien. Pero ya eso pasó, me disculpé y he venido aprendiendo de mis errores.

El comisionado de la NFL anunció que las reglas de celebración de touchdown cambiarían, e incluso envió una lista de las celebraciones que serán permitidas. ¿Te gustaría que eso sucediera en el béisbol, que de vez en cuando le permitan al lanzador celebrar y al bateador también de igual manera?

A mí sí me gustaría, porque el béisbol no es un deporte nada fácil. Como que un pitcher tenga tres hombres en base, sin outs, y que saque los 3 outs sin que le anoten una carrera. Eso es algo que necesita ser celebrado. O que un bateador con tres hombres en base dé un grand slam, o un bateador en el noveno inning cerrando venga y la saque 'walk off', esas son cosas que se deberían permitir. También si un bateador rompe un récord personal, dar 25, 50 jonrones en un año, creo que sí debería haber una lista [de celebraciones] que se permitan en Grandes Ligas.

Dentro del clubhouse, ¿qué hacen ustedes para crear esa cultura que requiere ser un equipo ganador?

Lo principal es el respeto. Hay que tener respeto por cada persona y hay que respetarle su espacio. Nosotros nos pasamos bromeando, no tenemos diferencias con nadie. Mi forma de ser es de pasar por cada locker, hablar con cada persona. Si no está haciendo algo lo saludo, si está haciendo gimnasio lo dejo tranquilo porque sé que está trabajando, en el momento que esté solo empiezo a hablar con él. Ser cortés, ser cordial y mantener ese mismo ánimo ganador en el clubhouse es importante.

Establecer camaradería no siempre es fácil, no sale automático, ¿cómo se trabaja en eso?

A veces tenemos cenas de equipo, a veces Jason Heyward, [Anthony] Rizzo, [Jon] Lester, dicen 'mira, hoy hay una cena a las 8 de la noche en tal restaurante' y cumplimos con llegar allá y compartir. O si estamos en el dugout o en el clubhouse echamos chistes; jugamos playstation; jugamos básquet. Aquí en el clubhouse tenemos de todo eso para distraernos. Pero más que todo es echándonos chistes, bromeándonos, gritándonos; son cosas que nos mantienen alegres y despiertos.

¿Fueron entonces buenas las mejoras que le hicieron al clubhouse?

Sí, ahora lo que te provoca aquí es llegar más temprano de la cuenta y no salir del clubhouse. Hay mesas de ping pong, hay canchas de básquet, hay para jugar playstation; para ver películas, tienes para dormir. Aquí hay de todo. Hay que estar muy agradecido con Dios y con la gente de los Cachorros de Chicago, con todos los cambios que han hecho positivos aquí en este campo.

Cuéntame un poco más de las cosas que han hecho Heyward y Lester, siendo líderes veteranos en este equipo, ¿cómo han contribuido ellos en eso?

En dejarnos ser libres, en dejarnos jugar. Hasta lo que yo sé, no son peloteros de poner reglas o decirte 'mira rookie haz esto'. Son peloteros bien liberales, se dejan llevar por el respeto que uno de les muestra. Jaso Heyward es una persona muy profesional dentro y fuera del terreno. Un profesional, así falle y se vaya de 4-0, siempre va a estar ahí en right field jugando la mejor defensa y viene para acá a dar ánimo. Jon Lester es un competidor cada vez que sale; cada vez que sale hay que saberlo llevar porque quiere competir tanto que a veces el querer competir y querer ganar nos lleva a la frustración. Pero no podemos caer en la frustración, siempre tenemos que salir adelante a salir ganando. John Lackey es otra persona que es un competidor, un guerrero allá afuera. Pero después que termina el juego todos vuelven a ser esas personas de hogar, esas personan que se llevan en el clubhouse.

¿Sientes más orgullo de haberte ganado el respeto de esos lanzadores veteranos con tan poco edad?

Sí. Me siento orgulloso por el respeto que me he ganado. No es nada fácil llegar a mitad de año, empezar a comenzar a conocer a los peloteros como tal, empezar a conocer el 'stuff' que tienen porque no es lo mismo catcharle a un abridor en spring training que catcharle a un abridor en la liga; cambian completamente, el 'stuff' cambia de una manera radical. Me preocupé bastante con aprender de mis pitchers qué les gusta hacer, qué no les gusta hacer, el tiempo que les gusta llevar, qué pitcheos les gusta en cierta situación; son cosas que de verdad les puse bastante interés y gracias a Dios me han llevado hasta adonde estoy hoy.