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¿Jugará LeBron para Gilbert?

Si yo podría tener mi propia reunión con LeBron James, yo le preguntaría como es posible que él pueda considerar comprometer a sus valores y bajarse de la posición moral superior a la que él ascendió durante los playoffs al considerar una oferta de parte de Dan Gilbert, el dueño de los Cleveland Cavaliers.

LeBron fue el critico más punzante y notorio de Donald Sterling, el dueño de los Clippers, después de que Sterling emitió declaraciones racistas y TMZ las hizo publicas, diciendo que "eso es inaceptable en nuestra liga". Nadie ha acusado a Gilbert de contar con las mismas perspectivas tan equivocadas como racistas de Sterling. En el caso de Gilbert, se trata de los ataques personales apuntados al carácter de LeBron y a sus puntos de vista diametralmente opuestos sobre el negocio de la NBA.

Gilbert, para aquellos que nunca se molestaron en leer su respuesta desquiciada a 'La Decisión del 2010' antes de que los Cavaliers recientemente la borraron de su sitio web, denominó a la partida de LeBron como una "traición cobarde" y dijo que LeBron era un mal ejemplo para los niños de Cleveland. Esta no era solamente una crítica dirigida a su anunció por televisión; fue un berrinche sobre la esencia misma de la agencia libre, como si cualquier cosa que no sea un compromiso por toda su carrera hacia el equipo que lo eligió en el draft fuese una traición.

Un año más tarde, Gilbert formaba parte de un grupo de dueños que estaba firme cuando la NBA ejecutó su cierre patronal, dispuesto a sacrificar partidos jugados para crear un nuevo convenio colectivo que limitó a los sueldos de los jugadores y a la posibilidad de que se formen súper equipos.

Si James regresa a los Cavaliers, eso sería una aceptación implícita de todo lo que él rechazó alguna vez. Eso no solo representaría que él se tragaría su orgullo -- sería rendirse en la batalla por la independencia de los jugadores de la NBA.

Existe una trama secundaria durante el periodo de agencia libre de este verano que lo convierte en algo más que una simple reestructuración de planteles. Lo que está sucediendo es producto del conflicto laboral del 2011 y quizás el comienzo de una nueva batalla en la próxima negociación.

Yo he interpretado a los reportes sobre que LeBron no aceptará nada menos que un contrato máximo como una manera de rechazar la premisa de que es vital que los jugadores tengan que hacer concesiones financieras para poder ganar, como si los dueños tampoco contaran con la opción de pagar el impuesto por sobrepasar el tope salarial para crear un equipo con aspiraciones de campeón. El jugar para Gilbert también sería recompensar a un hombre que quería que esto suceda así. Esto también significaría dejar a Micky Arison, el dueño del Heat, quien dejó bien claro por Twitter que él no estaba de acuerdo con la manera en que las negociaciones por el convenio colectivo estaban encaminadas en el 2011. (Arison también demostró que no quería nada a Sterling, respondiendo a un tuit que criticaba a Sterling en sus menciones con un "lol", ¨riéndose en voz alta¨ en inglés)

Quizás LeBron quiere mandar un mensaje que va más allá del negocio del básquetbol. Quizás él quiere demostrar que, para obtener una disculpa, uno primero debe estar dispuesto a perdonar. El regreso de LeBron a Cleveland en su plenitud sería la mejor reconciliación entre un jugador y los simpatizantes de un equipo en la historia del deporte. Sin embargo, eso también nulificaría cualquier comentario de LeBron sobre la relación entre dueños y jugadores de la NBA en el futuro.

Mientras tanto, Gilbert jamás explicó por que él estaba dispuesto a ofrecerle un contrato máximo a LeBron si es que tenía a su carácter en tan baja estima. Esa misma estima tampoco ha prevenido que Gilbert intente repatriarlo este verano. Él no ha expresado remordimiento por haber escrito la carta, solo un deseo por volver a escribir partes de ella. Así que la opinión de Gilbert sobre LeBron sigue siendo la misma hasta que nos digan lo contrario.

Gilbert es un hombre de negocios que es lo suficientemente inteligente como para no permitir que sus sentimientos personales interfieran en su oportunidad para incrementar drásticamente al valor de su franquicia. La pregunta ahora es si LeBron cuenta con esa misma visión limitada, si sus ganas de regresar a su estado natal y unirse a un plantel con más talento joven contratado que el Heat son suficientes para que él se aparte a si mismo de la discusión por la división entre dueños y jugadores.