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Los hinchas argentinos cortaron la Avenida Atlántica en Copacabana

RIO DE JANEIRO -- La avenida Atlántica, en el corazón de Copacabana, debía estar colmada de autos, pero se convirtió hoy en una enorme senda peatonal. Fueron unos dos mil argentinos los que vistieron de celeste y blanco a una de las playas más concurridas de esta ciudad, con un banderazo que tuvo mucho de cábala e ilusión.

Hubo un intento de la policia para que los argentinos no se juntaran, tirando gas pimienta, pero fue en vano, porque los hinchas volvieron a unirse a quinientos metros y ahí los efectivos desistieron de reprimir, limitándose a custodiar la movida.

Hoy, como aquella tarde del sábado 14 de junio, previo al debut ante Bosnia-Herzegovina, unos dos mil argentinos se juntaron para alentar al equipo de Alejandro Sabella. En el mismo lugar, a la misma hora, pero con mucha más ilusión y una adrenalina que les cuesta controlar.

El puesto 4 de la playa de Copacabanase se llenó de argentinos apenas pasado el mediodía y al rato se produjo la efímera intervención policial, al punto que finalmente el grupo logró el cometido de interrumpir un tramo de la avenida para montar su fiesta.

Los agentes decidieron mirar y seguir de cerca cada movimiento, pero no impidieron la manifestación. Las canciones de siempre, acompañadas por bombos, redoblantes y trompetas repitieron una escena que bien podría haber ocurrido en cualquier estadio argentino.

El banderazo fue una cábala, porque todo empezó bien en Río y sueñan con que mañana termine con gloria, y en las canciones, y en los gestos y las lágrimas de muchos, fue un grito de ilusión. La ilusión de ser nuevamente campeones después de 28 años.

Hacia cualquier lado que se dirigiese la vista aparecía una camiseta celeste y blanca, y el portugués no fue el idioma más utilizado. Copacabana, como buena parte de esta ciudad, fue hoy un pedacito más de Argentina. Hubo banderas de muchas ciudades de casi todas las provincias, y hubo canciones que ya son un himno para los argentinos mundialistas. Y Messi, como siempre, fue el protagonista de todos las ilusiones hechas canciones, porque el abanderado de las aspiraciones argentinas.

Que el seleccionado va a ser campeón "como en el 86" y que será "de la mano de Leo Messi" fueron los gritos ilusionados de los hinchas, que imaginariamente hicieron que las playas cariocas fueran parte de la soberanía argentina.