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Un tipo extraordinario

BUENOS AIRES -- "Era pequeña y rubia/ y casi no tenía pechos./ Yo soy un hombre extraordinario/ y tuve que ir en un barco/ trabajar,/ y conocer todo el mundo./ Ahora es de un pobre tipo./ Yo soy un tipo extraordinario./ Conocí todo el mundo/ bebí en los puertos/ y trabajé en un barco./ Era pequeña y rubia/ y casi no tenía pechos.". Así, como dice este poema de Gonzalo Millán, podría comenzar la historia de Julio Grondona, un gran dirigente de fútbol que acaba de fallecer.

Antes de comenzar con el fútbol quiero decir que Gonzalo Millán es uno de los poetas más importantes de toda Hispanoamérica. Quizás junto a César Vallejo sea el poeta más importante de todos, por encima de Neruda y Darío. Por otro lado, no entiendo cómo los chilenos festejan los cien años de vida de Nicanor Parra y no celebran cada momento que no tienen a Gonzalo Millán. En fin, tontas apreciaciones, comparaciones vanas...

Volviendo al fútbol. Ayer murió Julio Grondona, el dueño infinito de la AFA. Grondona fue ese hombre extraordinario del poema de Millán y el fútbol argentino fue esa muchacha pequeña y rubia. Finalmente se acabó una época, una era, 35 años bajo la vara de un dirigente inteligentísimo que supo tener el control de todo. Un dirigente, como bien dice la palabra.

Más político que el más audaz de los políticos, número 2 de la FIFA. Lo que ningún hombre pudo hacer lo hizo la simple muerte. Solo muertos podíamos sacar de su trono a Don Julio. Esto tiene que ser un aprendizaje para todo el mundo del fútbol.

Los pusilánimes que dirigieron los clubes argentinos no fueron capaces de sacarlo por sus propios medios. Los gobernó a todos, porque fue sencillamente el mejor de todos. Hizo su trabajo como nadie y aunque es cierto que necesitábamos que se fuera en vida, porque la renovación a través de la democracia siempre es importante.

Se fue Don Julio y se acabó un ciclo. Vendrá otro. Pero será imposible que alguien pueda emularlo, será imposible que toda la sociedad olvide estos 35 años de éxitos y fracasos. Éxitos con Maradona y las selecciones juveniles. Fracasos con la poca transparencia, la nula participación y la violencia que jamás se pudo erradicar.

Por último, como dice el poema de Millán que, en una primera lectura, parece no decir nada, lo dice todo. Grondona fue ese hombre extraordinario, hizo todo para conquistar a la muchacha y la conquistó. Esa muchacha era la AFA y el fútbol argentino. Su último gran golpe político fue el Fútbol Para Todos, que demuestra la gran capacidad para hacer negocios de Don Julio.

No sabemos quién lo sucederá en su puesto, lo único que esperamos es que no sea un pobre tipo el que se siente en el trono más alto del fútbol argentino.