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River, un ejemplo de cambio

BUENOS AIRES -- ¿Qué le pasa a River? ¿Estamos todos locos? ¡Parece el Real Madrid! Y esto lo expreso con toda felicidad, River cambió y eso es lo importante. River cambió y es un ejemplo para todo el fútbol argentino.

¿Cómo pasar de jugar a la B a ser uno de los grandes del continente? ¡Quién tiene la receta! Imagino que todo comenzó con Almeyda, continúo con el genio de Ramón Diaz y hoy se ven los frutos maduros con el equipazo de Marcelo Gallardo.

Escribo esto con gran felicidad que comparto con todos los hinchas de River, pero sobretodo con la salud del fútbol argentino. Es importante comprender lo siguiente: si River cambió, todos pueden cambiar.

Anoche estuve cerca de las inmediaciones del estadio de River, en Nuñez, donde fui por pura casualidad a sacarme unas fotos con una prestigiosa fotógrafa irlandesa. Ella está haciendo retratos de escritores latinoamericanos para una muestra en Dublín. Bueno, me encontré con todos los hinchas de River felicísimos.

De pronto, sentí como si hubiese vuelto a la década del 90 y River era la máquina que te vapuleaba en un par de minutos en su estadio. No había equipo que lo aguantara. Y hoy sucede más o menos lo mismo. Puede ser el comienzo de gran ciclo.

Ver las caras de felicidad, luego de tantos meses de sufrimiento, fue la gran noticia del día. Entusiasmado, alegre, motivado, me metí en un ciber de la Avenida Udaondo y escribí esto.

Con un 3 a 0 glorioso, pero más que nada, con las esperanzas de haber jugado un fútbol de toque, de belleza, de gran despliegue, de sobrada generosidad, de respeto para con la pelota. Con la aparición de cracks nuevos y raros, como el muchachito Martínez. ¡Cómo saca cambios de perfil ese delantero! Va con la pelota dominada al estilo Messi gambeteando a Dios si es necesario y como si tuviera un radar, de pronto, ¡zacate! , saca un pelotazo, un cambio de frente de 50 metros hacia un compañero Solari, Solari...

Un crack.

Pero River es ante todo un buen equipo que toca la pelota de maravillas, que tiene un plan y no lo cambia por nada del mundo. Anoche lo padeció el poderoso Defensa y Justicia, otro equipo que juega realmente bien, que jamás saca un pelotazo dividido, que sale jugando desde su arco siempre, que va al frente con mucha gente.

No obstante, River, La Nueva Máquina de este Siglo, lo pasó por arriba. Fue un 3 a 0 para los libros de estudio. Pero el resultado no es nada ante el espectador que se quedó con la boca abierta viendo lo bien que jugaba River.

Toque y toque. Al estilo del Barcelona. Toque y toque y un goleador fino, que sabe ubicarse arriba como Teófilo Gutierrez y un ocho con una dinámica de precisión como el Pelado Sánchez.

Pero todos, los de atrás, Ledesma, no me quiero olvidar de ninguno, Vangioni con su sube y baja, el incansable Kranevitter, que tiene 15 años pero juega como Mascherano, y todos, todos, dieron una muestra infinita de fútbol, como para que nos vayamos acostumbrando, que no solo el Barsa, el Real, el Manchester, sino también River...

Esto es solo el comienzo de lo que apunta a ser un equipo espectacular. Por ahora, solo me queda darle las gracias a los muchachos.