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Premier: los grandes gastaron con criterio en figuras, pero sin derrochar

La próxima temporada de la Premier League promete ser una de las más interesantes de los últimos años en Europa. No obstante, el mercado de verano fue un tanto inusual, pues los históricos derrochadores gastaron con mesura en cuanto al número de jugadores, pero con la cartera abierta, con lo que fortalecieron sus puntos débiles y nada más.

Con el Chelsea sucedió algo bien curioso. A pesar de haber tenido una pasada campaña con bastantes limitaciones en la defensa y los centros delanteros, Mourinho apenas realizó tres grandes contrataciones: Diego Costa, Francesc Fàbregas y Filipe Luis.

Ellos vienen a llenar tres puntos bien sensibles del plantel y los dos últimos cubren la salida de dos hombres claves en el pasado reciente de la entidad, Frank Lampard y Ashley Cole.

La venta de David Luiz le permitió equilibrar un poco sus finanzas, pero la disponibilidad de defensas centrales se queda algo comprometida. Si John Terry o Gary Cahill patinan en su rendimiento, apenas tiene a Branislav Ivanovic y al juvenil Kurt Zouma como escape.

El ataque sufrió grandes modificaciones, pues se marcharon Demba Ba, Samuel Eto'o y Fernando Torres y a la llegada de Diego Costa se suman también Loic Remy el regreso de Didier Drogba.

Con el Manchester City ocurrió algo similar. Por primera vez en varios años fueron pocos los hombres añadidos a una plantilla de por sí abundante.

Aunque Martín Demichelis sigue siendo el escogido para acompañar a Vincent Kompany en el centro de la zaga, el argentno está consciente de que sus 34 años pueden acabar dando una sorpresa cuando menos lo espere.

Con Joleon Lescott en libertad y Matija Nastasic regresando de una temporada plagada de lesiones, el arribo de Eliaquim Mangala resultó una decisión muy acertada.

También del Oporto llegó el centrocampista Fernando, una especie de clon de Fernandinho que acompañó a Yaya Touré como titular en los tres primeros partidos de Liga.

Por el contrario, los clubes tradicionalmente cautos fueron los máximos gastadores. El Liverpool, incluso antes de la venta de Luis Suárez, ya había saqueado al Southampton, arrebatándole tres piezas: Adam Lallana, Dejan Lovren y Rickie Lambert.

Si Lallana logra conservar la soltura y el descaro, puede que no acaben extrañando al uruguayo, pues el peso goleador caerá ahora en Daniel Sturridge y el recién llegado Mario Balotelli. Su traspaso supone un gran reto para Brendan Rodgers y su habilidad para lidiar con el carácter y la frialdad sobre la cancha del atacante italiano.

Mientras, Lovren viene a tapar el parche del inestable rendimiento de los varios acompañantes que tuvo recientemente Martin Skrtel en el centro de la defensa.
Pero eso no es todo, también se hizo de los servicios de Lazar Markovic y Emre Çan, extrapoblando el centro del campo con una cantidad de jugadores que no van a ver demasiados minutos.

La diatriba de Van Gaal en el United
El anuncio de la cesión de Radamel Falcao a pocas horas del cierre de la ventana estival fue bastante sorpresivo y asombroso, sobre todo porque no es precisamente en el frente del ataque donde los Diablos Rojos tienen sus mayores problemas.

Esta decisión parece contradecir la gran confianza que Van Gaal tiene en Robin van Persie, su delantero centro inamovible durante su reciente ciclo en la selección holandesa, pues luego de haberle entregado la cinta de capitán a Wayne Rooney no parece tener muchos planes de mandarlo a la banca.

Por otro lado, Ángel di María tiene la capacidad para aportar esa dosis de adrenalina aún ausente en Old Trafford, aunque Van Gaal necesita fusionar su ritmo con el de Juan Mata y que el equipo funcione bajo este compás para rentabilizar los 98 millones de dólares invertidos en el argentino.

Pero esto no es todo, el United también se hizo de los servicios de Luke Shaw, Marcos Rojo Ander Herrera y Daley Blind, quien puede acabar siendo esa pieza que le permita jugar con una defensa de tres.

Arsene Wenger volvió a ser bastante contradictorio, pues apenas el último día del mercado y urgido por la larga lesión de Olivier Giroud, se decidió a contratar otro centro delantero, Danny Welbeck. En cambio, desembolsó casi 50 millones de dólares por Alexis Sánchez, otro extremo derecho que choca posicionalmente con Theo Walcott y Alex Oxlade-Chamberlain.

La defensa fue reforzada con el joven y multifuncional Calum Chambers, el arquero David Ospina y el lateral derecho Mathieu Debuchy.

En el resto de la clase media-alta de la tabla vuelve a ser significativo el éxito del Everton, quien logró el traspaso definitivo de dos hombres claves la pasada temporada, Romelu Lukaku y Gareth Barry.

Por su parte, luego de no haber empleado muy juiciosamente el dinero de la venta de Gareth Bale, todo parece indicar que el mejor fichaje del Tottenham fue justamente Mauricio Pochettino. En los primeros partidos ha logrado explotar la magia de Christian Eriksen y el desenfreno de Erik Lamela, aunque tener que jugar los jueves en la Europa League vuelve a ser una amenaza para un sólido rendimiento en la Liga.