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Fallos y jurados, viejo tema

Advertidos por la OMB Ramón Cairo

BUENOS AIRES -- Hace menos de un mes, en Las Vegas, Francisco Valcárcel, presidente de la Organización Mundial de Boxeo, fue muy duro y directo con el tema de los malos fallos. "Aquellos jurados que tengan un contacto muy cercano con los organizadores, deberán justificarlo o serán duramente sancionados, porque hay que terminar con los fallos discutibles", dijo durante la 27ma Convención de esa entidad.

Un jurado viaja a una pelea en Paris, o Monte Carlo. Es recibido en hotel de primera, come de primera y es atendido de primera. Cuando llega el momento de fallar la pelea estelar, todas esas atenciones pueden influenciar en el boxeador del promotor local. Es humano y viejo como la injusticia.

Pero también es cierto que, en muchos casos, hay cuestiones de concepto que parecen no ser repasadas. Más allá de que el boxeo gana quien pega más y no quien lleva la iniciativa por la iniciativa en si --son muchos los que "premian" a quien ataca, aunque esté recibiendo una paliza-- hay otros elementos como para confundir.

Por ejemplo, el medio punto que, desde hace años se ha instaurado en la Argentina y que ahora está en los planes de la Asociación Mundial de Boxeo. La Federación Argentina creó la figura del medio punto como caso extremo, esto es: cuando un jurado ve un round empatado, debe definirlo, aunque sea por medio punto, para uno u otro boxeador. ¿Y esto por qué nació? Porque, al menos en Argentina, hubo un período en que los jueces repartían empates round por round y finalmente, decidían un ganador en los últimos asaltos. De esta manera olvidaban un principio elemental: cada round es una pelea y cada pelea debe tener un ganador...

Sin embargo, la idea del medio punto terminó complicando las cosas, aunque se decidió emplearlo excepcionalmente, cuando no había para el jurado un elemento como para darle ganador uno de los dos boxeadores.

Hoy se ha generalizado de tal manera, que son muchos los que dan medio punto asalto por asalto --olvidando que el tema, hay que repetirlo una vez más, nació para ser utilizado solamente como excepción-- y no solamente eso: no faltan quienes otorgan un "10-8 y medio", por ejemplo, complicando más algunos fallos.

Hace menos de una semana, en una pelea no titular, se enfrentaron en Buenos Aires dos campeonas mundiales. Ana "La Monita" Esteche, campeona superligero de la AMB y Soledad "La Camionera" Alegre, titular de la WBO. En fallo no unánime, dos jurados la vieron ganar a Esteche y el restante, a Alegre.

Más allá de que el boxeo es material opinable y no siempre es posible ponerse de acuerdo, hay detalles como para tener en cuenta. Porque para José Geido, Esteche ganó por un punto y medio (97,5 a 96) mientras que, para el jurado Héctor Miguel, las diferencias fueron mucho mayores, 97,5 a 93,5 (cuatro puntos). A su vez, Carlos Azzinaro, con un 98-95,5 a favor de Alegre, por lo cual, comparando su tarjeta con la de Miguel, por ejemplo, quedó en claro que vieron absolutamente dos peleas diferentes...

Esto va más allá, por supuesto, de "el punto de vista del jurado" y apunta a su criterio para fallar una pelea. De una manera similar, por ejemplo y siguiendo con boxeadoras argentinas, recordar que en México se midieron Érica "La Pantera" Farias y Alejandra "Locomotora" Oliveras, en una pelea válida para el Consejo Mundial de Boxeo. Dos jurados le dieron el triunfo a Farías por 97-93 y 97-94, mientras que el restante votó… ¡99-92 para Oliveras!". "Nuestro error fue poner a un referí de juez", dijo Mauricio Sulaimán, refiriéndose justamente a Curtis Trasher, que vio ganador a Oliveras. Por lo menos, Sulaimán se hizo cargo públicamente del error.

Recordar el caso de Cynthia Ross, que vio empate la pelea entre Floyd Mayweather y El Canelo Álvarez, lo que le costó una oportuna renuncia a su puesto, luego de 22 años como jurado...

El medio punto suele complicar las cosas todavía más, por su utilización indiscriminada. Pero no es, por cierto, el problema real. Más allá de quienes, por inseguridad, reparten "medios puntos" a diestra y siniestra, lo que más preocupa es que no haya por lo menos, una cierta unidad de conceptos.

Discutir un fallo y apasionarse con ello es parte del folclore del boxeo, porque muchas veces cuesta trabajo ponerse de acuerdo cuando una pelea es pareja. Discutir, en cambio, el fallo por sobre encima de la pelea, porque nadie entiende algunas tarjetas, es un paso atrás para el boxeo.

Dirigentes y jurados deberían trabajar en ello para que haya un boxeo menos sospechado, más transparente y con reglas más cristalinas.