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Que de la mano, de Lionel Messi...

BARCELONA -- La última vez que Leo Messi visitó el Vicente Calderón en un partido de Copa, el 6 de enero de 2009, el Barçelona arrodilló al Atlético de Madrid por 3-1 y la Pulga anotó los tres goles del equipo de Pep Guardiola.

Seis años después, el argentino regresa a aquel escenario del que mantiene recuerdos felices, por cuanto en 11 visitas consiguió 11 dianas, con la conciencia de que el equipo que encontrará enfrente poco o nada tiene que ver con el de aquella ocasión, en que el equipo colchonero era entrenado por Javier Aguirre y ninguno de los protagonistas del rival siguen en el club.

Cinco titulares de aquel partido de 2009 (Alves, Piqué, Busquets, Iniesta y Messi) podrían volver a serlo este miércoles en el once titular de Luis Enrique, sumándole a Xavi como superviviente del primer Barça de Guardiola en la demostración de las enormes diferencias entre los dos rivales que aspiran a salir del choque del Manzanares con la ineludible etiqueta de favorito al título de Copa.

"Espero un inicio de partido intenso. Ellos querrán agobiarnos aunque sea un resultado al que se le puede dar la vuelta durante el transcurso del encuentro" intuyó este martes el entrenador azulgrana, quien espera un Atlético "al contragolpe" y advirtió que su equipo deberá estar "atento a todo".

La atención, la concentración, la intensidad serán claves a tener muy en cuenta en este Barça renacido, que a partir del derrumbe en San Sebastián ha mutadoen un grupo aplastante y que ha derrotado ya dos veces, ambas en el Camp Nou, al equipo de Simeone.

"Hemos pasado buenos momentos al inicio del campeonato y alguno delicado por nuestros resultados y el ambiente que nos rodea" convino Luis Enrique, reconociendo la calma del momento actual: "Afrontar una situación como la de ahora tal y como estamos nos da confianza".

La confianza, la calma, el optimismo, sin embargo, sabe el entrenador asturiano que son cosas que aparecen y desaparecen con rapidez en el Camp Nou y a partir de ello avisa que una posible eliminación no debería provocar ninguna clase de crisis. De hecho porque no lo contempla.

"No me interesa pensar que sucede si perdemos, prefiero pensar que pasará si ganamos" proclamó. "Está en juego pasar a las semifinales de la Copa del Rey... Ya veo que flota un aire de positivismo en el ambiente..." resumió irónico el entrenador.

Apenas cuatro semanas han bastado para que la depresión haya dejado paso a la euforia en el entorno azulgrana.

El juego del equipo se ha revolucionado y en su seno se ha destacado el renacer de Messi, autor de ocho goles en los cinco últimos partidos y que ha encontrado a Neymar a su mejor socio en el ataque del equipo. En base a ellos se adivina el plan del Barça en un Calderón que sabe le recibirá con el ánimo encendido, deseoso como estará el Atlético de Simeone de demostrar que sigue manteniéndose en la primera línea del fútbol español.

Ante el reto, Luis Enrique acudió al discurso optimista. Huyendo tanto de dudas como de euforias desmedidas, el técnico asegura que cualquier etiqueta "me parece bien. Estoy cómodo con cualquier etiqueta pero sé que pensar en que eres favorito es el primer paso hacia la derrota".

Frenar la salida en tromba del Atlético, tomar el mando del juego y mirar a la portería rival es el plan establecido por Luis Enrique. Simple y complicado a partes iguales.

"Es evidente que si marcamos un gol antes que ellos eso les condicionará. Esa es la ventaja de no haber encajado goles en la ida" dejó dicho el entrenador, para quien, en el fondo, pocas cosas han cambiado desde Anoeta. Aunque los resultados digan lo contrario.

"El partido de Anoeta fue un partido normal que forma parte de una temporada. El rival también juega. No es que a partir de ese día hayamos cambiado algo o tocado una tecla" destacó el entrenador, quien avisó que hasta final de curso "puede que se vea algún partido como aquel" y destacó que el camino del equipo hacía la excelencia no ha acabado. "Espero que aún se pueda ver una mejor versión del Barça" sentenció Luis Enrique.

En el escenario actual, y a la vista de quien es el rival, a la hinchada azulgrana, reconvertida a un resultadismo ortodoxo, abandonar el Calderón con el billete para las semifinales de Copa le resultaría la mejor de las noticias.

Y para ello cuenta con un secreto conocido por todos: Messi. A Leo las pruebas le motivan y jugar ante el equipo que le apartó del último título de Liga se ha demostrado que le enchufa de manera especial.