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Volver a ser

Teo, sin castigo, estuvo intratable en el primer tiempo Getty Images

BUENOS AIRES -- Con su máxima figura Teófilo Gutiérrez y con la alegría de tener a seis jugadores en el equipo campeón del Sudamericano sub 20 de Uruguay, River vuelve a ser el del año pasado. Pese a haber tenido un mal partido de verano ante Boca (perdió 5 a 0), el Millo tiene categoría de sobra y sabe que los partidos de verdad son estos.

Ante San Lorenzo por ejemplo, deberá mostrar lo que tiene de sobra, un juego elegante y contundente. No hay quien pare a River Plate, esa es una de las aristas de la realidad futbolera. Puede tener buenos o malos partidos, pero es un equipo que definió su patrón de juego, que tiene madurez y piensa en la Copa Libertadores, casi como objetivo principal.

Si aparece Teófilo Gutierrez todo River cambia, es el colombiano el que le impone ritmo y aventura al equipo. Hay dos Rivers: uno con Teófilo y otro sin él.

De figura polémica, estados de ánimo impredecibles y una dinámica enloquecedora, Gutierrez es, por lejos, el mejor futbolista de la actualidad en Argentina. Con su estilo parsimonioso, frío y desprovisto de cualquier egomanía, Teo hace lo que quiere dentro de la cancha.

El otro gran jugador de River es Marcelo Gallardo, su director técnico que fue capaz de revolucionar a un equipo que mas o menos, ya había armado Ramón Díaz. Pero Gallardo le agregó su impronta, lo mejoró y lo potenció en todas las líneas.

San Lorenzo es apenas un obstáculo, para un River que sabe a lo que juega y sabe como hacerlo.

Hoy mi barrio amaneció empapelado con unos lindos carteles, "volvemos a ser", y estaba la figura de Angel Labruna impresa con los colores riverplatenses. Esto demuestra el entusiasmo de los hinchas. Por pura curiosidad me acerqué a uno de los muchachos, que con largos palos y pegamento en pote, pegaba sin parar: "Disculpame, ¿no me das uno de estos posters?"

El muchacho me miró con desconfianza, pero no estaba dispuesto a perder un minuto de su tiempo. Me lo dio sin decir palabra y continuó realizando su acalorada faena. Seguí mi camino con el poster en la mano y un niño se me acercó y me lo pidió: "Señor, soy hincha de River, por favor, ¿no me regala su poster?"

Me quedé reflexionando un minuto, eran las diez de la mañana, me dirigía al banco y ya tenía dos llamadas de River Plate. Le di el poster al niño y entré en la sucursal del Banco Ciudad. El cajero que me atendió tenía una cadenita de River Plate y me dieron ganas de preguntarle. Pero decidí pagar el gas y seguir mi camino.

Es indudable que la mitad del país, respira a River Plate, otro grupo numeroso adora a San Lorenzo, pero signos, imágenes, gestos, mensajes, a cada rato solo encuentro del equipo de Nuñez.

River podrá ganar, podrá perder, pero es un grande. Por eso Teófilo Gutierrez es un jugador que tiene una poderosa representación del ser riverplatense. Los hinchas lo aman. Primero porque no se parece a nadie. Segundo porque está más allá de una simple tarde en la que convierte goles; más allá de un rendimiento pobre.

Teófilo Gutierrez es un grande. Eso quería preguntarle al niño, al muchacho que pegaba carteles, al joven que me atendió en el banco. ¿Teófilo es el jugador más atractivo que apareció en River en los últimos treinta años?

No sé, dejo la pregunta abierta para el millón. Por ahora, me conformo con verlo jugar, con saber que todavía usa la banda millonaria.