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Ganan los de afuera

Getty Images

BUENOS AIRES -- Se terminaron las especulaciones. El Boca-River copero es una realidad que al comienzo de la Libertadores parecía imposible, al menos en octavos de final. Pero el gran desempeño de Boca y la floja actuación de River los dejará frente a frente una vez más.

Los amantes del fútbol imparciales ya están disfrutando de esta rivalidad que resulta apasionante y que trasciende las fronteras del país. Los hinchas, desde La Boca hasta Núñez, empiezan a sufrirla: serán dos finales a pura tensión y nerviosismo, donde no habrá tregua dentro del campo de juego y tampoco afuera.

El despliegue mediático jugará una vez un papel clave, las redes sociales estallarán y los jugadores, verdaderos protagonistas de esta serie, tendrán que estar muy frios para evitar subirse a la ola de pasión y de presión que significa un superclásico copero. Más: como si con esto no alcanzara, la serie arrancará el domingo 3 de mayo, por la 11° fecha del torneo local. Sí, tres Boca-River en apenas 11 días. ¿Habrá en el país médicos, calmantes y ansióliticos para todos?

La pregunta del millón en estos casos es: ¿quién llega mejor? Y la respuesta del millón es: los clásicos son aparte.

Es cierto. Y en este caso más. Es que el cierre de la fase de grupos marca un antes y un después en la Copa. Es barajar y dar de nuevo. Boca, obviamente, parece estar un escalón más arriba por resultados y rendimiento. Pero deberá ratificar todo lo bueno que hizo en esta primera etapa, donde pudo marcar notorias diferencias ante rivales muy inferiores en lo futolístico y lo económico.

River entró por la ventana. Le tocó un grupo muy accesible y estuvo cerca de quedarse afuera en primera ronda. Pero eso ya es pasado. Ahora, en partidos de eliminación directa, tendrá la posibilidad de cambiar el chip y demostrar que puede recuperar el nivel que tuvo el semestre pasado, cuando se consagró campeón de la Copa Sudamericana.

La otra pregunta inevitable es: ¿quién tiene más para perder? Boca, sin dudas, será el más perjudicado en caso de quedarse afuera. Hizo bien sus deberes, quedó primero e invicto para jugar con un rival accesible... y le tocó River. Por cómo viene jugando (invicto en la Copa y el torneo local), por las incorporaciones que hizo y porque viene de ser eliminado por River hace pocos meses en la Sudamericana , tendrá más que nunca la obligación de ganar.

River, que arriba al clásico tras dejar afuera a Boca en las semifinales de la Sudamericana (donde luego fue campeón), llega de punto tras una fase de grupos muy floja. Pero cuidado, que quedarse afuera de la Copa ante Boca no será gratuito ni mucho menos. Tuvieron que esperar varios años los millonarios para tomarse revancha de Boca en torneos internacionales. Luego de las victorias xeneizes de 2000 y 2004, pasó una década hasta que volvieron a enfrentarse en definiciones continentales. Esta serie le dará a los Xeneizes la chance de recuperarse pronto del duro golpe de finales de 2014. Si es así, la alegría habrá sido efímera para los de Núñez.

Más allá de lo que arroje el resultado, los dos quedarán desgastados tras la seguidilla de clásicos. Seguramente el vencedor saldrá fortalecido en lo anímico, pero el nivel de exigencia desde lo emocional y lo físico que demandarán estos partidos puede pasar facturas en el futuro inmediato. Los dos están primeros en el torneo local, algo que poco importa a esta altura: lo más importante para ambos es ganar la Copa. Así , el panorama se presenta ideal para Central y San Lorenzo, también líderes en el campeonato, y para el pelotón que los sigue de cerca.

Ya lo dice el Martín Fierro: "Si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera".