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Un combate entre titanes

BUENOS AIRES -- Chile y Argentina son sin lugar a duda los dos equipos del continente con mejor funcionamiento desde hace algo más de un año. Eso ayuda a que hayan brillado sus individualidades más importantes. Por tal razón, la gran final de América remite a varios nombres propios.

En Santiago de Chile se citan el mejor jugador del mundo y algunos de los jugadores más relevantes del planeta, en el momento culminante de sus respectivas carreras. Titanes. Esto provoca que el juego del sábado en el estadio Nacional sea la definición continental más esperada desde hace más de 10 años. Genera incluso mayor expectación que la de Venezuela 2007 disputada por Argentina y Brasil, pues aquella verdeamarelha no despertaba tanto interés por ser en esencia un conjunto experimental.

La Albiceleste coloca sobre el paño a Lionel Messi, Sergio Kun Agüero, Ángel Di María y Javier Mascherano. Muy cerca en el rendimiento, con estatus creciente, Javier Pastore y Lucas Biglia. Y en la recámara, Carlos Tevez.

La roja presenta a Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Jorge Valdivia y Gary Medel. Con performances superlativas de Eduardo Vargas y Charles Aránguiz. Y la solidez y tranquilidad que transmite Claudio Bravo desde el arco.

De Leo Messi sólo cabe esperar lo inesperado. El gran mérito del mejor jugador del mundo, acaso de la historia, es la capacidad que tiene para mantener su estilo indescifrable en la era de la información, las cámaras de tv, y el estudio pormenorizado del juego. Su participación en la Copa va in crescendo, como si esperara la llegada de la definición para brillar. Messi ha evolucionado como jugador todocampista. Detrás de la conducta en apariencia apática que algún que otro sabiondo le cuestiona, se esconde un lobo que elige el momento oportuno para aparecer, marcar diferencias y finiquitar los partidos. Frente a Paraguay se mostró incontenible. Lo único que le ha faltado en el torneo es el gol, pero espera saldar esa cuenta pendiente en la final. El partido vs Chile le ofrece esa atmósfera tan particular que aumenta su motivación. Escenario hostil, ambiente pesado y marcaje pegajoso rozando el límite del reglamento. Quizá le recuerde lo que vive en el estadio Santiago Bernabéu cada vez que visita con su FC Barcelona el coliseo de Real Madrid para disputar el superclásico español. Su duelo con Francisco ‘El Gato’ Silva, quien ingresa en Chile con la misión de controlarle, y Marcelo Díaz, que retrasará unos metros su posición para ayudar a Silva, apunta a disparar chispas.

Agüero y Di María han aparecido en toda su dimensión en la Copa América. En la intimidad no dejan de imaginar lo mucho que les hubiera gustado estar hace un año en el aspecto físico como están ahora. De ser así, tal vez Argentina hubiera conquistado la tercera copa del mundo de su historia. Ambos están enfocados en ayudar a su equipo a coronar con un título importante los méritos que ha hecho esta generación dorada del fútbol argentino. Intratable y en racha, Agüero se ha ganado a pulso ser el 9 titular de Gerardo Martino. Por su parte, después de una temporada con altibajos en Manchester United, Di María ha vuelto a ser el jugador punzante que fue en el Mundial. Incluso se ha reconciliado con el gol.

Ambos, ‘Kun’ y ‘Fideo’, protagonizarán duelos clave durante el partido. Agüero se las verá con Gary Medel en un choque espectacular en el que pueden estar escondidas las llaves para destrabar la final. Medel es fundamental en Chile para dotar de equilibro al equipo en la cobertura. Rápido para cerrar a los costados, y solvente para liderar la última línea del equipo de Sampaoli, el jugador del Inter de Milán es el emblema de la roja trasandina, como Mascherano lo es en la albiceleste. Mientras tanto, en su intención de llegar lanzado al arco de Bravo desde la segunda línea, Di María deberá toparse con el tándem que forman Arturo Vidal y el lateral Mauricio Isla. Otra batalla particular que puede decantar el destino del partido.

Les comentaba sobre Mascherano y Medel, y es curioso lo que le sucede a ambos jugadores. Sendos mediocentros defensivos, Mascherano es utilizado en el FC Barcelona como defensa central, y en la selección se reencuentra con su función original. Medel juega en su demarcación de origen en el Inter de Milán, pero en la selección le necesitan atrás, como líbero, con panorama, para ordenar a su equipo y ejercer la voz de mando en la transición defensiva. Ambos jugadores son los jefes de sus equipos, y expondrán sus respectivos liderazgos en la gran final.

Luego, cuanto más juega, Lucas Biglia más se afirma como complemento de Mascherano. En el caso de Javier Pastore, Martino defendió su inclusión a pesar de algunas críticas recibidas por la irregularidad del jugador del Paris Saint-Germain en sus inicios como internacional absoluto. La apuesta personal le ha dado resultado a ‘Tata’, porque Pastore se ha convertido en el Iniesta de la selección argentina. Un socio ideal para Lionel Messi, apto para dialogar en la misma sintonía con D10S, y preparado para comandar el ataque argentino cuando Leo está rodeado. Mientras tanto, en el banco esperan turno Carlos Tevez y Gonzalo Higuaín, hombres capaces de aportar una cuota importante de gol a la selección argentina. El combinado dirigido por Martino tiene una profundidad de banco inusual por la enorme jerarquía que rezuman estos jugadores.

La mejor generación del fútbol chileno opone rendimientos estelares que incluso han sorprendido a su propio público. El primer nombre que emerge es el del ‘Mago’ Jorge Valdivia. A nadie escapa que el talentoso enganche se encuentra consustanciado al máximo con el objetivo de conseguir para su país el primer gran título internacional a nivel de selecciones. Juega todos los minutos sin que su nivel decaiga, con entusiasmo, implicado y sin padecer contratiempos físicos. Se nota que se ha cuidado para llegar íntegro a la cita. Incluso los chilenos alucinan con el nivel de compromiso que muestra, tras haber protagonizado en el pasado reciente numerosos incidentes disciplinarios que en su momento le costaron ser apartado de la selección. Uno se pregunta hasta dónde podría haber llegado este jugador de haber mostrado este nivel de profesionalismo e identidad que enseña ahora en la cancha. Valdivia mueve los hilos, genera fútbol, propone esa pausa que desconcierta al rival, y con su juego le revela al mundo su deseo de ser campeón y hacer historia.

Junto al ‘Mago’, en un medidor virtual de rendimiento, se ubican Charles ‘El Príncipe’ Aránguiz y Eduardo ‘Torpedo’ Vargas. Aránguiz es talento puro. Aporta toque, calidad de posesión y apariciones sorprendentes en ataque que también le han proporcionado goles a la selección chilena, como sucedió vs Bolivia en el último encuentro de la fase de grupos. Por su parte, Vargas se ha reencontrado con su mejor nivel después de pasar una temporada tormentosa en la Premier League, donde se le había mojado la pólvora y su promedio goleador era alarmante. Ahora llega dulce a la final y va por el trofeo al máximo goleador de la Copa América.

Valdivia protagonizará un duelo más que interesante en el centro del campo con Javier Mascherano. Aránguiz topará con Lucas Biglia. En cuanto a Vargas, el resultado de su cara a cara con Nicolás Otamendi puede influir de forma directa en el desenlace.

Chile espera que Arturo Vidal recupere la influencia que tuvo en el equipo hasta antes de protagonizar su último episodio disciplinario (en estado de ebriedad produjo un grave accidente de tráfico la noche en que Sampaoli había dado día libre a sus dirigidos antes del último encuentro de la fase de grupos, y debió pasar una noche en la cárcel). Y el país también aguarda que Alexis Sánchez reorganice sus ideas para mostrarse letal como lo ha sido en la última temporada con el Arsenal inglés. Vidal se va a cruzar con Di María.

En tanto, Alexis Sánchez buscará explotar espacios detrás de Zabaleta y Rojo para perforar la última línea Argentina. Los centrales albicelestes deberán estar muy finos para cortar la capacidad de pase interior que ha hecho grande a Chile durante la Copa. El déficit del anfitrión se encuentra en la última línea y en el juego aéreo. No obstante, cuando se vio superado en varias fases por el rival, emergió la figura de Claudio Bravo. La serenidad, concentración, aplomo y madurez del buen arquero del FC Barcelona, acostumbrado a que le ataquen muy poco pero a fondo, le otorgan un enorme beneficio al anfitrión.