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Mourinho, a la conquista del mundo

BUENOS AIRES -- Jose Mario Felix dos Santos Mourinho (26 de enero de 1963, Setúbal, Portugal) continuará en la dirección técnica de Chelsea hasta el 30 de junio de 2019, y mientras apura los últimos días de vacaciones en El Algarve (Portugal) traza las bases de su nuevo proyecto que, espera, lleve al conjunto de Stamford Bridge a conquistar la segunda UEFA Champions League de su historia.

El diario London Evening Standard ha publicado que antes de que comience la nueva temporada de la Premier League (8 de agosto) Chelsea anunciará de manera oficial la prorrogación del contrato del entrenador portugués, cuya vigencia caducaba a mediados de 2017. Mourinho pasará a cobrar 12 millones de euros por año (antes recibía €10,03M), con lo que se afirmará en el segundo puesto de los técnicos mejor pagados del mundo detrás de Josep Guardiola (Bayern de Múnich le ingresa 17 millones de euros brutos al año).

Mourinho había ideado un plan para intentar alcanzar la final de la última edición de la Copa de Europa, pero entre distintas lesiones (casos de Diego Costa y Loic Remy) y el mérito de un heroico Paris Saint-Germain, ese sueño se truncó demasiado pronto, en los octavos de final de la competición. Ahora, cuando parece haberse apropiado de la receta para conseguir el título en la liga inglesa, el polémico preparador se propone recomponer la delantera del equipo con el objetivo de volver a optar a su tercera orejona como entrenador.

Por otra parte, Mou está muy atento a la evolución del mercado. Su idea es abonar el terreno para acometer un par de movimientos de alto impacto a mediados de julio. El año pasado esta táctica le dio un resultado brillante al llevarse a Cesc Fàbregas con él, y ahora busca repetir mientras esconde sus fichas y apuesta al poder de persuasión de Jorge Mendes, su omnipresente agente y amigo.

Mourinho acaba de sumar a su nuevo proyecto a Radamel Falcao, de quien se ‘enamoró’ el 17 de mayo de 2013, cuando El Tigre resultó providencial en la histórica remontada del Atlético de Madrid en la recordada final de la Copa del Rey 2012-13 en el estadio Santiago Bernabéu vs Real Madrid (1-2) dirigido por él mismo. El exentrenador de Porto, Inter de Milán y Real Madrid está convencido de que puede actuar sobre Falcao de la misma manera en que lo hizo Diego Pablo Simeone en el Atlético de Madrid para hacer del colombiano uno de los delanteros top del planeta. Por eso fue él mismo quien llamó por teléfono al exariete de River Plate, Porto y Atlético para convencerle de fichar por Chelsea, cuando estaba a punto de firmar con el Valencia.

Con Falcao, a quien Roman Abramovich, presidente y dueño del equipo, no estaba convencido de contratar, Mou busca reactivar a Diego Costa y disfrutar del resultado de la competencia que libren ambos jugadores. El entrenador es un ferviente admirador de la obra de Simeone en el Atlético, y pretende trasplantarla a su equipo. Por eso el año pasado fichó a parte de la columna vertebral del equipo colchonero (Courtois, Filipe Luis, Diego Costa) y ahora, además de atar a Falcao, continúa intentando persuadir al centrocampista internacional español Koke. La opción alternativa que maneja el técnico es otro internacional español, Isco. La diferencia entre ambos jugadores es que el primero se siente identificado con el Atlético y no se plantea salir del que considera club de su vida. El segundo no cuenta por el momento con el aval de Real Madrid para abandonar la institución, aunque habrá que atender a los próximos días. Por el momento, resulta muy sugerente que haya sido conminado a cambiar su dorsal con vistas al próximo curso.

Luego, el técnico portugués tiene subrayado entre sus prioridades encontrar un recambio para el capitán John Terry de cara al futuro mediato. Por otra parte, el colombiano Juan Guillermo Cuadrado, considerado hoy moneda de cambio por gran parte de la crítica especializada en Inglaterra, no es descartado en absoluto por Mourinho ya que el entrenador le ve aptitudes para actuar como defensa lateral derecho en el caso de no poder contar con Branislav Ivanovic.

Como fuere, Mourinho planifica la que desea, sea una temporada llena de satisfacciones para el Chelsea. El entrenador entiende que a su equipo no le hace falta una restructuración profunda al estilo de otro tiempo, sino pequeños retoques. No modificará su estilo de juego, ni su esquema favorito 4-2-3-1. En Chelsea, tanto el club como él mismo, tienen claro que el objetivo de conquistar el mundo no implica que se deban cambiar modos, hábitos, ni señas de identidad. En Stamford Bridge sólo piensan en aumentar su intensidad y mentalidad competitiva.