<
>

La venta de Vidal es un buen negocio, ¿pero cuánto le dolerá a la Juventus?

Arturo Vidal fue el jugador que el Bayern dejó escapar. Luego de anunciar en marzo de 2011 que Jupp Heynckes regresaría al club para un tercer mandato aquel verano, los preparativos estaban en marcha para construir un equipo capaz de arrebatarle el Meisterschale a Dortmund. Procedente del Leverkusen, Heynckes deseaba traer a un jugador con él. Ese jugador, traído a Europa por Michael Reschke, actual director técnico del Bayern, era un joven Vidal.

Aunque ya habían llegado a un acuerdo, Vidal finalmente no se unió al Bayern; en cambio, firmó con la Juventus. Karl-Heinz Rummenigge estaba profundamente amargado. "Vidal nos garantizó que firmaría en múltiples ocasiones", se quejó. "Y luego pudimos ver lo que valen sus promesas. Si hubiera mantenido su palabra y mostrado un poco de carácter, si tuviera valores morales, entonces estaría jugando para nosotros. Se va a un club que es como él. Basta con mirar la historia judicial de la Juventus [El Calciopoli] y sus resultados recientes".

Vaya. En su defensa, el gerente general Beppe Marotta aseguró que, a diferencia del Bayern, ellos se habían manejado por los "canales ortodoxos". Y luego devolvió el golpe: "Obviamente, el pasado de Rummenigge en el Inter pesa [en su mente]".

Sólo eso podría explicar su hostilidad hacia la Juventus. ¿O habrá sido porque Rummenigge sabía que el Bayern acababa de perderse a uno de los mejores mediocampistas de su época?

Hasta la compra de Carlos Tevéz en 2013, Vidal representó la mejor relación calidad-precio para la actual administración de la Juventus. Tuvo un costo inicial €10,5 millones. Al llegar a Turín durante la misma ventana de pases que Andrea Pirlo, fue igualmente importante para el renacimiento del club. Nadie simbolizaba mejor el espíritu de lucha de la Juventus de Antonio Conte; Vidal era la personificación de una nueva mentalidad que elevó a un club que había terminado séptimo dos veces seguidas a su periodo más dominante en Italia desde la década de los '30.

Al ser asociado con el fin del purgatorio de la Juventus, y la manera en que lo abordó, Vidal se convirtió en una figura muy popular. Su estilo de juego tenía todo lo que el público podría pedir de un jugador. Jugaba cada partido como si fuera una batalla. Vidal ponía en riesgo su cuerpo. Era un héroe de acción, quien dejaba el alma en los tackles y en las carreras de punta a punta. Y convertía goles, muchos goles. Vidal fue el máximo goleador de la Juventus hasta que Tévez entró en escena (50), y ahora que el argentino se ha ido, lo seguiría siendo si se quedara (48).

Entonces, ¿por qué vende la Juventus a una de sus figuras? ¿No tuvo grandes momentos la temporada pasada, como aquel gol fantástico en San Paolo que frenó de manera definitiva al conjunto del Napoli que había derrotado a la Juventus en la Supercopa y que estaba en buena racha, justo cuando los campeones estaban tambaleando y la Roma se desvanecía? ¿No fue Vidal quien convirtió de cabeza el gol que selló el cuarto Scudetto consecutivo? Lo fue, pero la impresión que predominó durante la campaña en general fue que Vidal había perdido su condición de indispensable.

Para sus altos estándares, fue la temporada más decepcionante de su carrera en el club. Y hasta cierto punto, era comprensible. Había postergado una cirugía de rodilla hasta que finalizó la participación de la Juventus en las semifinales de la Europa League durante el mes de abril anterior, y luego apresuró su regreso para no perderse el Mundial.

"Al hacer una rehabilitación tan rápida, corrí serio riesgo de sufrir un daño irreparable", reconoció. Abundaron las preguntas con respecto a si alguna vez volvería a ser el mismo jugador. "Hubo veces que jugué en un estado desastroso", reveló. "Sólo el equipo médico y yo sabemos la verdad".

Para complicar más las cosas, Vidal también estaba jugando bajo un nuevo entrenador, y en una posición más avanzada detrás de los delanteros cuando Max Allegri cambió el 3-5-2 por una alineación de 4-3-1-2 en octubre. Tuvo dificultades y parecía furioso con su cuerpo y su incapacidad de hacer lo que podía hacer antes. Esta pérdida de firmeza hizo brotar un lado impulsivo en Vidal. Insistió en patear un penal contra el Olympiakos, agitó al público antes de hacerlo, y luego erró. Pudo ser muy costoso para la Juventus en la fase de grupos.

No fue hasta marzo que Vidal volvió a ser el mismo de antes con una medida de consistencia. Cuando Sky Italia le hizo una pregunta al respecto, Allegri dijo que la principal diferencia era que Vidal "ya no corría detrás, sino que daba caza" a los jugadores contrarios. Incluso cuando ya había comenzado a recuperar la forma y el estado físico, verlo jugar a menudo era como ver una tarjeta roja a punto de suceder. Pero decir que la falta de disciplina convirtió a Vidal en un pasivo sería exagerado. Más preocupante era lo que ocurría fuera del campo de juego.

Poco después de unirse a la Juventus, Vidal y otros cinco jugadores fueron enviados a casa por Chile cuando llegaron tarde a un entrenamiento, aparentemente borrachos. En octubre de 2013, tardó en regresar del servicio internacional tras celebrar la clasificación al Mundial. Multado por la Juventus, se quedó sin jugar el siguiente partido y perdieron en Florencia por primera vez desde 1998. En la misma época el año pasado, Vidal volvió a recibir este castigo y una multa récord antes de un partido con la Roma tras verse involucrado en una pelea fuera de un club nocturno durante la madrugada del viernes antes del partido.

Si estos incidentes pusieron a prueba la paciencia de la Juventus, la noticia de que Vidal habría conducido alcoholizado después del empate 3-3 con México en la Copa América, podría haberla colmado. Horas antes, Tuttosport había publicado puros elogios por su actuación. "El verdadero Vidal está de vuelta", decía el artículo. "[Es] el de los €50 millones". Al día siguiente, el periódico de Turín decía: "Ahora Vidal es ... invendible". Nadie iba a querer sacarlo de las manos de la Juventus y, además, el daño a su imagen seguramente había bajado su valor.

Pero al no excluirlo, Chile le hizo un favor a la Juventus. Vidal tenía la oportunidad de redimirse. Si conducía al país anfitrión a su primera Copa América, su perfil y su valor podrían recuperarse. Si esto ocurría (y ocurrió), podrás comprender por qué la Juventus cree que éste es el mejor momento para venderlo, sobre todo cuando el acuerdo con el Bayern podría alcanzar los €40 millones (con complementos) y Vidal cumple 29 el año que viene.

En abstracto, tiene mucho sentido y parece un buen negocio. Sin embargo, en el contexto de las pérdidas de Pirlo y Tévez el mismo verano, los hinchas de la Juventus están preocupados. El martes, la UEFA nominó a cinco de sus jugadores para el premio al mejor jugador de Europa. La Juventus fue el club más representado. Tres de ellos ya se han ido, y cada uno a su manera era un símbolo importante del retorno al poder del club.

Como Maurizio Crosetti escribió en La Repubblica: "Si el cerebro [Pirlo], el brazo derecho [Tévez] y los pulmones [Vidal] se quitan del cuerpo de golpe, entonces no hay nada que puedas hacer más allá de poner la fe en los trasplantes y en la habilidad del cirujano".

Las posiciones más delicadas, como la portería y la defensa, permanecen inalteradas, pero la creación de ocasiones y la conversión de goles son una gran incógnita. Si incluimos a Fernando Llorente (en la puerta de salida), la Juventus ha perdido 114 de los 210 goles que marcó en los últimos dos años. Es mucho que recuperar.

Si el Inter fue acusado ​​de cambiar demasiado poco después de ganar la Triple Corona, permitiendo que se instalara el declive y bajara la motivación, todo ello saciado por el éxito, ¿podría la Juventus -aunque obligada a despedirse de Pirlo y Tévez- estar cambiando demasiado? ¿Y qué hay de Paul Pogba? La partida de Vidal seguramente descarta la salida del francés, pero como dice Andrea Agnelli, "nadie es invendible hasta el 1° de septiembre".

Esta venta es la más importante de la Serie A desde que Edinson Cavani pasó del Napoli al PSG. La Juventus ha vendido bien. El dinero recaudado, más lo que obtuvieron por Angelo Ogbonna y lo que podrían recibir del Real Madrid por Llorente, se gastará principalmente (aunque no exclusivamente) en el número 10 que Allegri tanto desea.

Pero, ¿cuántos equipos realmente juegan con un 10 hoy en día? Y... ¿recuerdas la última vez que la Juventus siguió ese camino? ¿Cuando perdió extremos y le pagó €29 millones a Werder Bremen por Diego Ribas? Fue un desastre. Obviamente, eso no quiere decir que ahora sucederá lo mismo, además, hoy por hoy muchos nros. 10 son extremos invertidos.

Lo que está claro es que el equipo va perdiendo la forma de Conte y va tomando la forma de Allegri. No es ningún secreto lo mucho que le gustan Isco y Oscar. Los últimos nombres vinculados con la Juventus son Mario Götze y Julian Draxler. Todos tienen 23 años o menos, en línea con la profunda transición generacional de la Juventus. Una auténtica estrella como Götze generaría euforia y produciría un cambio de perspectiva en esta ventana. Los demás ya requieren otro salto de fe.

En papel, la Juventus parece tener un futuro muy prometedor con Daniele Rugani, Stefano Sturaro, Pogba, Kingsley Coman, Álvaro Morata, Simone Zaza y Paulo Dybala. Pero, ¿qué hay del presente? Como equipo, cuando sumas a Sami Khedira y Mario Mandzukic, ¿están listos ahora? ¿O cerrar la brecha dejada por Pirlo, Tévez y Vidal será un paso demasiado lejos?

James Horncastle colabora con ESPN, BBC Sport, Guardian Football Weekly, FourFourTwo y The Blizzard. Síguelo en Twitter @JamesHorncastle.