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Wilmer Flores vive momento especial

NUEVA YORK -- Tras ver como el relevista dominicano Hansel Robles dominaba a los Nacionales de Washington ponchando a cada uno de los tres bateadores que enfrentó en la duodécima entrada, Terry Collins miró en dirección de su coach de banca Bob Geren y le dijo que presentía que uno de los muchachos estaba a punto de sacar la pelota del parque en la tanda de los locales.

El dirigente de los Mets de Nueva York no nombró quien se iba convertir en el héroe que entonces hundiría a los Nacionales en el primer partido de este importantísimo choque ante los líderes de la División Este de la Liga Nacional. Sin embargo, sintió como que el honor le pertenecía apropiadamente al venezolano Wilmer Flores.

Dos días después de haber estallado en lágrimas en pleno terreno de juego tras descubrir que iba ser parte de un canje que lo hubiera llevado a Cerveceros de Milwaukee a cambio del dominicano Carlos Gómez, Flores vivió uno de esos momentos que sólo se ven en las pantallas de Hollywood cuando disparó el tercer lanzamiento que le ofreció su compatriota Felipe Rivero por encima de la cerca entre el jardín izquierdo y central para dejar tendido a los Nacionales en la victoria 2-1.

Los Mets, quienes iniciaron la jornada en segundo lugar y a tres juegos de los Nacionales, acortaran la desventaja a dos partidos en lo que fue una de las noches más emocionales en la historia del estadio que apenas celebra su séptima temporada de existencia.

El jugador de 23 años de edad, quien inició la temporada como el torpedero titular antes de ser movido a la segunda base a principios de julio, cumplió su papel de apoyo cuando le negó un hit al cubano Yunel Escobar, estirándose hacia su izquierda y atrapando la roleta antes de pararse y completar el tiro a la inicial para el segundo out de la entrada inicial del partido. Una gran parte de los 36,164 aficionados, quienes ya habían localizado sus asientos en las gradas, lo ovacionaban.

Flores, quien se ganó la adulación de la fanaticada neoyorquina la noche del miércoles, de nuevo fue recibido con aplausos y un tremendo rugido en su primer turno de la noche y los puso de pie en la cuarta entrada cuando colocó a los Mets en la delantera 1-0 con un sencillo al jardín izquierdo para remolcar al dominicano Juan Uribe.

Aunque se celebraba la llegada del cubano Yoenis Céspedes, quien el viernes fue adquirido minutos antes de que venciera la fecha límite de cambios, y Matt Harvey perdía su juego perfecto con un out en la sexta entrada, la noche pertenecía a Flores cuando se mantuvo sereno y enfocado con un conteo de 1-1 antes de conectar su cuadrangular 11 de la temporada y el hit más importante de su carrera joven como miembro de los Mets y convertirse en el héroe de Flushing.

“Obviamente, hacen dos días fue un día diferente. Obviamente, todo lo que estaba pasando no me imaginaba que iba pasar por eso”, indicó Flores en un aparte con ESPNDeportes.com. “Pero ya pasó. Estoy aquí. Vine hoy listo para jugar. Ya lo que pasó pasó”.

En la primera parte de la temporada, Flores atrajo la ira de la afición de Citi Field, cometiendo 10 errores en los primeros 68 partidos mientras se adaptaba a su primera campaña como torpedero titular. En las gradas se preguntaba cuánto tiempo más podía durar como camporcorto de un conjunto que anhelaba regresar a los playoffs por primera vez desde 2006.

Pero en un lapso de 48 horas, Flores de repente capturó los corazones de los seguidores en el condado de Queens.

“Un cariño increíble que me dieron ahí. Apoyándome en todo. Se sintió la alegría de los fans y todo eso de verdad se sintió bastante especial”, dijo.

Luego de haberse fijado cómo Flores había manejado los sentimientos entremezclados --la tristeza que sentía por un canje y la alegría que vivía luego de enterarse que la franquicia que lo había firmado como un niño de 16 años anulaba el canje por Gómez por varias razones-- Collins eligió el partido que Nueva York culminó perdiendo la tarde del jueves contra los Padres de San Diego como el día apropiado para que se recuperará mentalmente.

Collins, quien fue último en enterarse por qué Flores parecía agotado emocionalmente la noche del miércoles, aplaudió el trato que le de nuevo le extendía la fanaticada en cada momento que pudieron hacerlo.

“Después de la otra noche, les diré algo, los aficionados de Nueva York reciben críticas por ser difíciles. Toman una gran cantidad de tensión por lo difícil que son con las personas”, explicó el manager luego de partido. “Lo que hicieron por Wilmer Flores esta noche no lo van a encontrar en muchos lugares. Es la forma más respetuosa para manejar una situación. Una ovación de pie en primer lugar cuando el muchacho hizo la jugada en la primera entrada. Estaban de pie y aplaudieron por él. No vas a ver eso en muchos lugares. Es por eso que aquí son grandes aficionados y tienen respeto por el juego”.

Curiosamente, los actos heroicos de Flores que impulsaron a los Mets el viernes por la noche, 48 horas después de que lo habían incluido en su capricho por obtener el bate de Gómez, podría ser la razón por la cual esta franquicia celebre su primer boleto a los playoffs en nueve años.