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Cantando bajo la lluvia

BUENOS AIRES -- La tormenta era terrible, había volteado todas las plantas. Y yo me desperté asustado a la medianoche. No había dormido la noche anterior y esa tarde me fui a acostar a las siete de la noche y me desperté a las 1 de la madrugada. Eso decía el reloj de mesita, con agujas fosforescente que se ven en la oscuridad. Un regalo que me hice en el Aeropuerto de Miami.

¿Qué pasa? Me desperté y salté de la cama, transpirado. Y los árboles de la calle caídos, arrasados. Y de pronto, en medio de una cortina de agua espesa y ventosa. Vi a muchas personas saltando, agitando paraguas, mojadísimos... ¿Qué hacen a esta hora?

Pasaron por la puerta de mi casa. ¿A dónde van? ¡Vamos al Obelisco, Cucu! ¡Vamos a festejar que somos los mejores de América y del Mundo! Entonces comprendí todo. ¡River se había consagrado campeón al derrotar al Tigres!

La multitud era como una gran bola de energía que me arrastró con ella. En pocos minutos estábamos todos mojados saltando bajo la lluvia en el Obelisco. ¿Cómo era posible que estuviera viviendo algo asi? ¿Sería un sueño? Hace solo unos minutos estaba durmiendo en mi cama, ignorante de todo lo que sucedía afuera.

Saltar debajo de la lluvia y el frío, mantenido en clima por el calor de la multitud. La fiesta era total. Recién ahí me enteré que River había ganado 3 a 0. Muchos alentaban a Funes Mori. Otros hacían lo mismo con el Pelado Sánchez.

Nunca en mi vida vi tantas camperas de River Plate, todas amontonadas, saltando y gritando por una misma alegría. Pasaron las horas y pronto comenzó a amaneceer apenas, la lluvia, la gran tormenta impedía cualquier aparición de luz.

Me di cuenta que quedaban solo un par de hinchas saltando y me volví a mi casa, caminé varias cuadras por Corrientes, empapado. No había un alma, pero los primeros trabajadores ya enfilaban apurados para la boca del subterráneo.

Los seguí y me subí al primer tren que paró. Sentía mucho frío y seguramente iba a engriparme. El tren estaba vacío y me tiré a dormir en un asiento. Cuando me desperté estaba en la estación de Chacarita, eran las diez de la mañana y el subte estaba lleno de gente.

Me miraban como si hubiera salido de otro planeta, como si hubiese caído de una nave espacial. Nadie festejaba el triunfo de River, todos iban a sus trabajos, a llevar a los chicos al cole. Seguía mojado y comencé a toser.

Llegué a mi casa, me saqué la ropa, abrí la ducha y dejé que el agua caliente llenara de vapor el baño. Luego me metí y me quedé una hora dormido bajo las aguas y el vapor que entraba por mi garganta y me quemaba el pecho.

Me tiré en la cama, completamente feliz. Creo que soñé que estaba en el Monumental y veía de muy cerca el primer gol de Alario. Soñé eso, soñé con el campeón.