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Cavaliers ilusionados con ponerse la corona de monarcas de la NBA

Los Cleveland Cavaliers actualmente atraviesan el Año 1 D.F. (Despues de las Finales) y todos se preguntan como será el segundo capítulo de esta historia de amor basquetbolístico entre LeBron James y una ciudad desesperada por aquel beso que tanto espera. El de besar una copa que se le ha negado durante toda su historia.

Si quieren ilusionarse, no hace falta remontarse muy lejos en la historia para encontrar una razón.

En el 2011, el Miami Heat de LeBron, Dwyane Wade y Chris Bosh masticaba bronca tras perder en las Finales después de ir ganando aquella serie por 2-1. Ocho meses después, ellos estaban celebrando en Miami tras apabullar al Oklahoma City Thunder.

Bueno, el ¨Súper Trio¨ actual de Cleveland compuesto por LeBron, Kyrie Irving y Kevin Love ahora también va en busca de la redención tras haber estado a dos juegos de la gloria la temporada pasada.

La diferencia clave es que este tridente tan temido se desmoronó debido a las lesiones de Love en la primera ronda de los playoffs y de Irving en el tiempo suplementario del primer juego de aquellas Finales contra los Warriors en junio pasado, lo que dejó a LeBron batallando solo contra el mundo con Matthew Dellavedova como principal aliado.

Eso sí, si el Heat sirve como inspiración, aquel Thunder del 2012 también debe servir como advertencia.

En aquel entonces, todos pensaban que esa sería la primer final de varias a las que Kevin Durant, Russell Westbrook y Serge Ibaka irían juntos en Oklahoma City. Sin embargo, tres años después una epidemia de lesiones de sus tres máximas figuras no solo no les ha permitido volver al escenario más grande del básquetbol mundial como todos esperaban, sino que ni siquiera accedieron a los playoffs más recientes.

Con eso dicho, echémosle un vistazo al plantel de unos Cavaliers que son firmes candidatos a retener su corona como reyes de la Conferencia Este por segundo año consecutivo.

EL FUTURO DEL SÚPER TRIO

Cualquier conversación sobre el potencial de los Cavs debe comenzar con la mención obligada de LeBron, el ancla de una franquicia que se hundió hasta el fondo de la NBA sin él durante sus cuatro años en Miami.

LeBron jugó menos partidos (69), promedió menos puntos (25,3) y regaló más la pelota (3,9 balones perdidos por partido) durante la temporada 2014-15 que en sus dos campañas anteriores con el Heat antes de ponerse la capa de Superman en las Finales contra Golden State.

El número 23 de Cleveland promedió 35,8 puntos, 13,3 rebotes y 8,8 asistencias durante los seis juegos de aquella gran final, una bestialidad. Sin embargo, no es una locura preguntarse si Cleveland no exprimió a LeBron tanto que pagará los platos rotos por ello en el 2016.

LeBron es un espécimen físico único en la liga, pero el paso del tiempo afecta a todos y él está por cumplir 31 años el 30 de diciembre.

Tengamos en cuenta que él ha disputado cinco Finales consecutivas sin haberse perdido más de 13 juegos de la temporada regular durante los últimos cinco años. Ningún otro jugador de la liga ha contado con una carga tan pesada durante la última media década.

Además, su misión de darle el título tan anhelado a Cleveland no está por volverse más fácil ante una Conferencia Este fortalecida. Si él se toma unas dos semanas sabáticas como hizo la temporada pasada, los Cavs podrían sufrir de lo lindo sin él y Irving al mismo tiempo.

Hablando de Irving, el base de 23 años se fracturó la rodilla en las Finales de la temporada pasada y nadie sabe cuando él estaría listo para regresar.

No estamos hablando de Derrick Rose 2.0 en este caso, ya que él jugó 71 y 75 juegos respectivamente durante las últimas dos temporadas regulares, pero su historial de lesiones desde que él era apenas un estudiante de primer año en la Universidad de Duke es francamente alarmante.

Conmoción cerebral, fractura nasal y de mandíbula, ambos hombros esguinzados, dedos rotos, rodillas maltrechas, tobillo derecho golpeado, pies que no aguantaron. O sea, duele el solo ver al tipo. Me sorprende que pueda levantarse de la cama a esta altura.

Los Cavaliers no pueden darse el lujo de exponerlo a más daño en noviembre y diciembre considerando que lo necesitan entero para abril, mayo y junio, pero una ausencia prolongada de Irving podría significar la diferencia entre el primer y el segundo puesto en la temporada regular.

Esa es la diferencia entre definir un hipotético séptimo juego de las Finales del Este en casa propia o ajena.

Matthew Dellavedova y Mo Williams serán los encargados de tomar su lugar. Dellavedova fue la gran sensación de los playoffs la temporada pasada, jugó los 20 partidos de su vida y fue clave para que los Cavaliers lleguen a las Finales.

Sin embargo, él es apenas eso: Un base que deja alma y vida en cada pelota y es muy útil en dosis limitadas. Sin embargo, él no es lo suficientemente constante como para tener ese mismo impacto como titular en la campaña regular y no promedió más de 4,8 puntos o tres asistencias por partido en sus dos años en la NBA hasta ahora.

Quizás este sea su salto de calidad. Pero si hasta llegando a su techo en la postemporada promedió apenas 7,2 puntos, entonces lo dudo.

Mo Williams arribó como refuerzo proveniente de Charlotte y le peleará el puesto a Dellavedova. Williams es un anotador nato que promedió 14,4 puntos con los Minnesota Timberwolves y los Hornets la temporada pasada, hasta se despachó con 52 puntos contra los Indiana Pacers en enero.

Sin embargo, él no es un asistidor nato. Eso significa que LeBron tendrá que ser anotador y distribuidor al mismo tiempo sin Irving, lo que duplica su desgaste.

Kevin Love es la otra gran incógnita.

Love se lesionó el hombro en la primera ronda de los playoffs contra los Boston Celtics pero estaría en condiciones de volver a entrenar sin limitaciones este sábado y de jugar sin problemas en el debut del martes 27 en Chicago.

A Love le costó una enormidad encajar en el esquema del equipo la temporada pasada, pero depende de todos encontrarle su lugar durante esta nueva etapa.

No cabe duda de que él será una importantísima opción ofensiva mientras Irving no está, pero también me gustaría verlo afirmarse más con su defensa en la zona pintada.

Su Rating de Eficacia general se ubicó apenas en el puesto número 57 de la NBA la temporada pasada con un puntaje de 18,89. Irving fue vigesimoprimero con un 21,57 y LeBron octavo con un 26,01.

Love quiere ser reconocido, quiere ser elogiado. Esta es su gran oportunidad de demostrar que su presencia en la cancha es vital para las aspiraciones de los Cavaliers.

Tristan Thompson podría llegar a ser su principal aliado, ya que el ala pivot de 24 años es una pieza clave del esquema del equipo al entregarse para hacer el trabajo sucio y bajando los rebotes difíciles.

Thompson promedió 8,5 puntos y ocho rebotes mientras elevó su porcentaje de efectividad en tiros de campo del 47,7 al 54,7 por ciento la temporada pasada y no se ha ausentado de un solo partido desde el 2012. En las Finales, él elevó su nivel y promedió un doble-doble con 13 puntos y 10 rebotes por encuentro.

Ese tipo de consistencia explica las razones de su disputa contractual con los Cavs y LeBron cree que eso puede llegar a ser una ¨distracción¨ para un equipo que quiere verlo de regreso entrenando con el plantel.

Eso sí, si todo sale bien y Thompson está motivado es más que probable que él promedie un doble-doble como en las Finales pero en la campaña regular por primera vez en su carrera.

Después hay otros factores como el futuro de David Blatt en su segundo año como entrenador del equipo, el regreso del ídolo de la gente Anderson Varejao y el enigma constante que es J.R. Smith, un peligro tanto para sus rivales como para su propios compañeros.

Sin embargo, esos son temas que quedan para otro día.

La ilusión de los Cavaliers se está por poner en marcha, y tanto la salud como el rendimiento de su Rey y sus dos principales aliados determinarán si esta vez la historia culmina con un desfile por las calles de Cleveland en junio del año que viene.