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Mi primer Giro

Sarmiento cumple un sueño en el Giro Cortesía José Sarmiento

ITALIA -- Todo esto es nuevo para mí y no estaba equivocado, pero tampoco arrepentido. Desde el viaje a Holanda ya tenía sensaciones nuevas, el ánimo en el equipo, la estructura montada para la salida del Giro, la presentación de equipos, muchas figuras que solo había oído nombrar, otras que había visto en la televisión, acá los veía más grandes, más imponentes y eso me parecía un sueño.

Luego, al hacer el reconocimiento del prólogo... sin palabras. Todo cerrado en vallas, los gritos de la gente (no sé que decían) y claro, muy nervioso, pero la realidad es esa, y tocaba ya estar acá presente, preparándome para la salida de una gran fiesta, de un gran objetivo y sobre todo para la salida de uno de mis grandes sueños: correr una Grande.

Y allí estaba calentando al lado de los grandes, luego a apretar. Duro prólogo a millón, con todo, "a tutta picolino" me animaban desde el carro y con la tranquilidad de haberlo dado todo y sin ser mi especialidad normal ser último de los colombianos. Con eso quedé listo para la primera, no sabía lo que me esperaba, ya ustedes lo conocen: caídas y mas caídas, caíamos todos, grandes, pequeños, los expertos, los primerizos, adelante, atrás, en el pasto, en la carretera, en fin. Lo duro es que fueron dos días seguidos, yo caí en la segunda etapa y me golpee un dedo con pérdida de la uña, pero bueno, no fue tan grave. Lo duro es que hubo viento, lluvia, frio y para mí, eso es como subir el escobero sin bajar el plato... Y lo bueno es que ya estoy en Italia y lo rebueno es que sigo en carrera, ¡ah! y con ganas que llegue la montaña.

Quiero dar gracias a Dios por permitirme estar acá, a mi familia, amigos, al equipo, por el apoyo y confianza y a Serpa, Rigoberto, Ardila y Duque por los consejos, por preguntar, porque nos une la sangre y cada que nos vemos en el lote nos preguntamos "¿se cayó, hermano?, ¿que le paso Gue..?, ¿ya mejorcito o qué?" Nos preocupamos por las caídas, el clima, etc.

Perdonen lo largo y perdonen si me demoro en escribir, ya me había advertido don Libardo (Leyton) que acá no quedaba tiempo de casi nada, sólo desayunar, alistar maleta, bajar al bus, correr, terminar etapa, baño, masaje, comida, a dormir y así por 22 días... Llevo tres.

Un saludo.