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El estado de Miguel García

MADRID -- A punto de entrar en el Hospital Universitario de Salamanca por segunda vez en el día, el director deportivo del Salamanca Baltasar Sánchez, conocido como Balta atiende la llamada en la tarde de ESPNdeportes.com para explicar cómo está Miguel García, después de que el jugador sufriese un infarto de miocardio ayer en el partido que el enfrentaba al Betis y que le tuvo muerto durante varios segundos.

"Esta mañana estuve con él y estaba muy bien, como tú y como yo". Sobre si se acuerda de lo que le pasó, Balta desvela que "recuerda que íbamos perdiendo 2-0. Se acordaba de cómo fue toda la primera parte. Me ha sorprendido la fortaleza que tiene. Él siempre ha sido muy gracioso, siempre le gusta hacer bromas y hoy tenía ánimos hasta para eso".

A Balta aún no se le quitan de la mente los momentos de angustia que le tocó vivir. "Fueron los momentos más duros que he vivido" relata la persona que se trasladó en la ambulancia con el jugador y la esposa de éste (su hija de tres años también estaba en el campo).

"Íbamos en la ambulancia su mujer y yo. Imagínate como estábamos hasta que llegamos al Hospital Clínico Universitario de Salamanca. Afortunadamente los cardiólogos de este centro hospitalario –de los mejores de España- dieron rápido de dónde venía el problema. Cuando le metieron en el quirófano sus padres venían de camino a Salamanca desde Albacete y pudimos tranquilizarles porque las noticias de los doctores eran positivas. Ellos me dijeron que tuvo mucha suerte porque de cada 100 casos como este sólo sobreviven cinco. Hoy podemos contarlo, pero el susto aún no se me quita".

Para explicar cómo sobrevivió Miguel García, tres son las causas. La primera fue la rápida intervención de los médicos de Salamanca y Betis. El galeno bético, Tomás Calero, fue el primero en asistir al jugador. A continuación llegó su homónimo salmantino Nacho Garrido. Los dos vieron que se trataba de un infarto y pidieron rápidamente que la Cruz Roja les llevase el desfribilador. El uso de este apartado tecnológico es el segundo factor.

Al primer chispazo no respondió, sí al segundo afortunadamente. Y que reaccionará a la descarga es la última causa, ya que con la segunda descarga el corazón de Miguel García volvió a latir. Como decía Balta, la suerte ha estado de nuestro lado. "De cada 100 caso, 95 no sobreviven ni siquiera con el defribilador".

La vida de Miguel García a partir de ahora ya no pasará por un terreno de juego. Los doctores le han comunicado que no ya no podrá jugar más al fútbol. Es lo de menos. Lo importante es que Miguel está con nosotros y que puede contarlo. De ahora en adelante, en la voz de Balta, el Salamanca quiere "dedicarle todos los triunfos a Miguel". Que sean muchos.