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Un grande camino a la salida

Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": como si el panorama no estuviera ya suficientemente nublado en el horizonte de los Yankees luego de que no pudieron quedarse con los servicios de Cliff Lee, una nueva sorpresa dada a conocer por Brian Cashman oscurece aún más el panorama para los inquilinos del Bronx.

Andy Pettitte les ha hecho saber que prefiere que no cuenten con él a la hora de hacer sus planes para la próxima temporada. Aunque no es un retiro totalmente oficial, el zurdo lo está considerando de forma muy seria, quiere dedicar más tiempo a su familia y está casi seguro de que ya lanzó sus últimos pitcheos en las Grandes Ligas.

La decisión de Pettitte deja la rotación Yankee más endeble que el mismo Titanic luego de golpear el iceberg que al final causó su hundimiento. Con la seguridad de CC Sabathia como primer abridor, pero con un montón de signos de interrogación que siguen en la lista, comenzando porque el mediocre A.J. Burnett tendrá que convertirse en el segundo de a bordo, aún a pesar de los "milagros" que eso requeriría, y siguiendo con nombres como Phil Hughes, Ivan Nova, Sergio Mitre e incluso otros menos conocidos, como Andrew Brackman, Dellin Betances, Adam Warren, Héctor Noesi y Manuel Bañuelos.

El alto mando de los Yankees está pagando el precio de haber "puesto todos los huevos en una sola canasta", en el caso de Cliff Lee, que al final los dejó "plantados" para irse a Filadelfia. Las esperanzas de Cashman estaban al 100% en Lee, respaldadas por su jugosa oferta, y como nunca consideró fracasar en ese intento, no existía un "Plan B" con Zack Greinke, con Brandon Webb, o con cualquier otro abridor con la calidad suficiente para soportar la presión de jugar en el Bronx.

Ciertamente ya todos conocen del interés de los Yankees por Freddy García, pero aun suponiendo que la negociación se llegara a concretar, el venezolano no terminaría por ser la solución al problema, no por su falta de calidad, sino porque el paso de los años y las lesiones, han mermado en demasía su rendimiento.

Pero mientras un atribulado Cashman tratará de resolver esos problemas que tienen a tanta gente pendiendo de un hilo; de ser definitiva la determinación de Andy Pettitte, llegaríamos al momento de reconocer su gran carrera y, sobre todo, de discutir si el zurdo de Louisiana es merecedor o no al Salón de la Fama.

Pettitte demostró no sólo su calidad sobre la loma, sino su profesionalismo y una gran ética de trabajo, durante 16 años en las mayores, tres de ellos con los Astros de Houston y el resto en el uniforme a rayas. Sus 240 victorias tal vez no le hagan merecedor a un lugar de forma automática en Cooperstown, como tampoco sus 2,251 ponches, pero sus 19 juegos ganados en postemporada, con efectividad de 3.83 en 42 duelos iniciados, y sus cinco anillos de Serie Mundial, pueden ser un argumento más que suficiente para alcanzar la inmortalidad.

Con excepción de tres temporadas, Pettitte se mantuvo alejado de lesiones serias a lo largo de esa ilustre carrera, siendo su consistencia un argumento más para colocar en la balanza. Desde su debut en 1995, se mantuvo con arriba de 30 encuentros por campaña hasta el 2002, cuando solo pudo iniciar 22 partidos. Dos años más tarde, en su primer calendario con los Astros, apenas comenzó 15, y en la temporada anterior (2010), en la que finalizó con 21 comienzos. En 13 de sus 16 temporadas en las mayores, Andy trabajó en más de 30 juegos, un dato que se crece aún más, tomando en cuenta que en ocho ocasiones estuvo en la lista de lesionados, pero esa misma ética de trabajo y ese gran profesionalismo, hicieron que todas esas lesiones tuvieran períodos de rehabilitación muy conscientes de su parte, lo que le permitió no perder demasiadas aperturas en cada ocasión.

Pettitte podría cambiar de opinión y regresar a los diamantes en cualquier momento, pero la estrategia de un "jugoso" contrato que no le funcionó a Cashman con Lee, tampoco serviría con él. Para decidir volver, Andy necesitaría otro tipo de incentivo, más bien de carácter personal que económico. Pero si esto no se presenta, tendremos cinco años para debatir si es o no, material de Salón de la Fama.