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El último romántico

Navarro hace del saque y la volea sus armas fundamentales Getty Images

BUENOS AIRES -- Ir a la red en el primer saque. En el segundo saque. En la devolución. En todos los puntos, o en casi todos.

Un planteo así sólo posible en los juegos de tenis de PlayStation o en el romanticismo de cuatro o cinco jugadores profesionales que todavía intentan volear a tiempo completo en la era del tenis supersónico. El más conocido es Michael Llodra, sobre quien Carlos Moyá escribió el año pasado: "Es uno de los jugadores de los '70 que juega en el 2010. Muy bonito de ver".

En Buenos Aires hay otro espécimen de esta raza en extinción. Iván Navarro, anteriormente conocido con su doble apellido Navarro Pastor, alicantino, 29 años, pasó la clasificación de la Copa Claro y se enfrentará este martes con Juan Mónaco en la cancha central. Hace saque y red de manera sistemática y no es australiano o británico. Es español, repetimos, de la tierra de Nadal.

"Es verdad, soy distinto", dice Navarro, y no queda presumido. Es una simple y acertada definición de sí mismo.

"A los 13 ó 14 años, no sé por qué, sin que nadie me dijese nada, yo hacía saque y red. Me gustaba y ya. De fondo me encontraba incómodo y prefería subir a la red cuando sacaba", cuenta Navarro, recién salido de la cancha tras la victoria en la última ronda de qualy frente al argentino Diego Junqueira.

"La volea más o menos la iba practicando y poco a poco iba confiando en ella. En cancha de tierra jugaba como el típico español: de atrás, tirando para arriba, con tops-pin, con peso, pero la cosa no iba bien", recuerda.

Llegó el momento de su big bang personal, el día en que todo cambió. "Tenía 19 años, vi que de fondo no desbordaba. Me comían pista, siempre iba remando y no llevaba la iniciativa. Mi coach en ese entonces me dijo: 'Oye, vamos a probar'".

Primera semana de futures: resultado, llegó a la final en Dénia, Alicante. A la semana siguiente, campeón.

Navarro habrá contado la historia cien veces, pero no puede evitar sonreír como la primera. "'Esto está funcionando', decíamos. Entonces intenté potenciar mi saque, la volea... cómo cubrir mejor. Al ver que no perdía mi saque, eso me dio confianza para jugar más tranquilo de fondo".

Hoy, con el avance de la tecnología en la fabricación de raquetas, las pelotas más pesadas, las superficies rápidas ya no tan rápidas, el asunto se le hizo bien difícil.

"La pista dura y la hierba están cada vez más lentas, y si te fijas hay muy poca gente que haga saque y red. Antes estaban Rafter, Henman...".

Navarro piensa unos segundos y no hay apellidos que le vengan a la mente.

"Es que Llodra va cambiando, y yo normalmente subo en todos los puntos, salvo que juegue con un restador increíble, o no esté sacando tan bien y vea que me la ponen siempre abajo en el pie", se ríe.

¿Ivo Karlovic? "Tipos como él son tan altos que cuando pegan el golpe, dan un paso y ya están dentro. Sí que suben, pero yo subo siempre, Karlovic de repente con el segundo saque se queda atrás".

Navarro recuerda a Joan Balcells, catalán que vivía en la red, hoy retirado. "Cuando comenzábamos, a Joan y a mí nos llamaban 'los saqueyred españoles'".

Otro caso del circuito era el de Taylor Dent, retirado en 2010. Con él jugó un partido de otra época en el US Open 2009. Todo el tiempo saque y red, 4 horas y 12 minutos con 255 aproximaciones a volear en 376 puntos totales y 191 tiros ganadores entre los dos. "El partido mítico", le dice Navarro. "Era atípico, también bonito de ver". Dent se impuso por 6-4, 5-7, 6-7 (1-7), 7-5, 7-6 (11-9).

Los tiempos cambian, el juego se acelera, y para un jugador como Navarro, que debe recorrer un trecho entre línea de base y cercanías de la red, la tarea se dificulta.

"A mí, que me tengo más o menos como buen sacador, no me gustan los cambios de velocidad de superficie. Para colmo, los chicos nuevos, los que vienen de atrás, restan increíble. Les sacas a 220 y la bola llega a 300. Es complicado...", dice con resignación.

"Hoy en día está todo puro palo. En tierra todavía se puede, españoles y sudamericanos la luchamos más, pero lo demás es imposible".

La defensa de su estilo de juego es razonable. "Hicieron las canchas más lentas para que haya puntos más largos y la gente disfrute más, pero llama la atención también ver a un tío que está tres metros detrás de la línea de base tirando para arriba...".

"Cada uno tiene su estilo, yo juego así... ¿Qué pasa con Soderling y Berdych? Tocan la derecha y te meten un winner. Todos caños, si la meten bien y sino también. Quizá no arrancaste ni a transpirar cuando lo hicieron".

Vaya si tiene razón. ¿Por qué culpar a un jugador que hace saque y red de "cortar ritmo", como si hiciera trampa? Es simplemente su forma de ganar los puntos.

Navarro tiene su lista de favoritos en el circuito, y no será original al nombrar "a los cuatro primeros. Verlos a Nadal, Federer, Djokovic y Murray es increíble. Es como un juego de video, es imposible decir cuál fue el punto del partido: fueron todos".

A los románticos les queda la certeza de que seguirá luchándola, pese a su ranking actual, 195º. "He estado un año y pico lesionado, con dolor de codo, pero jugando. Esta pretemporada dimos con lo que era, y ahora vengo con muchas ganas porque veo que con mi saque estoy haciendo daño otra vez, subo bien a la red y cierro las jugadas".

"Nunca tuve un gran ranking, fui 67º, pero en ese momento, llevo toda la vida luchando y cuando estás cerca, las pistas las hacen más lentas, las bolas más rápidas, empieza a molestarme el codo, cambio el saque, la raqueta, y la cosa no funciona...".

"Estuve bastante desanimado, pero ya es pasado". Navarro comienza la despedida. Espera la ducha, relajar un poco y esperar el partido con Mónaco.

"Esto es así: tienes tres partidos durísimos en la qualy y luego te toca uno descansado. Lo importante es que estoy disfrutando". Si él disfruta, el público también.