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Las figuras argentinas llegaron a EEUU

NUEVA JERSEY -- Las figuras de la Selección, habituadas al acoso incesante en cualquier ciudad, llegaron a la indiferente Nueva Jersey, que albergará el amistoso del sábado con Estados Unidos. Sólo la aparición de Messi alteró mínimamente la tranquilidad del hotel donde se se concentra el equipo.

El rosarino bajó de una combi en la puerta, vestido con ropa informal, e ingresó con la libertad de cualquier huésped, aunque con una guardia que realizó su trabajo con extrema rigurosidad.

Saludó a los colaboradores del cuerpo técnico, accedió al único pedido de fotografía que recibió en el lobby y subió directamente a su habitación del séptimo piso.

El capital del equipo, Javier Mascherano, y el defensor Gabriel Milito, sus compañeros de Barcelona, lo hicieron con cara de sorpresa, acaso por la escena, descontracturada, poco común.

El mediocampista Esteban Cambiasso, que llegó minutos antes junto a Javier Zanetti, vivió la situación más curiosa cuando una morena empleada en el lobby del hotel le sugirió que no lo tenía en la lista de huespedes.

"Kambiasso, ¿with K?" le preguntó para identificarlo, lo que motivó la sonrisa de los dos jugadores, actuales campeones de Europa y del mundo a nivel clubes.

Los pergaminos de los futbolistas argentinos son ignorados por una sociedad, cuya agenda deportiva sigue fuertemente marcada por el básquetbol y el fútbol americano.

El amistoso con Estados Unidos, que lleva vendidas unas 60 mil entradas, se orienta a captar el interés de la nutrida comunidad hispana pero es ajeno al marketing típico de los estadounidenses.

Las principales cadenas televisivas del país no hacen mención al amistoso y apenas algunos diarios le dedican un espacio limitado para informar a los extranjeros.

"Los latinos trabajan todo el día y no tienen tiempo de ver televisión. Del partido se ocupan algunas periódicos", le explicó a Télam el único periodista local que se acercó a la concentración argentina.

En ella, no hubo hinchas ni curiosos desde la llegada de los jugadores, por eso los enviados especiales se transformaron en "enemigos" de una seguridad obstinada con un lobby despejado